Bélgica vive hoy un día de celebración. El Día Nacional encadena celebraciones cada 21 de julio y la familia real está a la cabeza de la mayoría de ellas. Después del tradicional Te Deum en la catedral de Bruselas, al que han acudido los Reyes con sus cuatro hijos, Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Eleonore, por la tarde ha tenido lugar uno de los platos fuertes de la jornada, el desfile civil y militar. A la cita también se han sumado los hermanos del monarca: Astrid de Bélgica y su esposo, el príncipe Lorenzo; Laurent de Bélgica y su mujer la princesa Claire; y un año después de su debut en esta celebración también ha acudido Delphine Böel con su marido James O'Hare. Cabe recordar que tiene el título de Princesadesde que en octubre de 2020 la Justicia le concediese el título tras ser reconocida como hija por Alberto II.
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La tribuna real ha acogido a los Sajonia-Coburgo, donde hemos visto llegar poco a poco a los royals belgas, que ya colocados en sus puestos han recibido a los Reyes. La princesa Delphine ha llegado a la vez que la princesa Astrid, con la que mantiene una excelente sintonía. "Me gusta mucho tener contacto con Astrid y siento una enorme simpatía por ella. Es mi hermana, eso se ve", decía. También ha compartido risas y confidencias con a princesa Claire. La artista ha apostado para esta cita tan significativa por un vestido rojo con una paloma. Se trata de un look firmado por el joven diseñador flamenco Pol Vogels, quien trabaja con el objetivo de lanzar mensajes a través de sus creaciones. En este caso, ambos han querido transmitir paz y esperanza.
La Fiesta Nacional recupera su esplendor después de dos años marcados por las restricciones de la pandemia en un "homenaje a todas las mujeres y hombres que se comprometen día a día por la seguridad de los ciudadanos", tal y como lo ha definido la ministra de Defensa, Ludivine Dedonder. El año pasado, fue más breve y con menos participantes, pero entre ellos había una soldado que hizo saltar las lágrimas a Felipe y Matilde de Bélgica. Su hija Elisabeth que había recibido su formación castrense en la Real Academia Militar de Bruselas desfilaba como una efectivo más ante la emoción de sus padres.
Este año, la heredera, que deslumbraba esta mañana en la Catedral con un vestido rojo midi, se ha unido a su familia en la zona más alta de la tribuna real situada en la Place du Palais, donde se encuentran los Reyes y sus hijos, así como los representantes del Gobierno. En la otra parte de la tribuna, han ocupado su lugar los hermanos de Felipe de Bélgica, también Delphine, decidida a formar parte de la vida institucional y la tradición de los Sajonia-Coburgo. Después del desfile civil y militar, las celebraciones se vuelven más festivas y la música se abre paso el llamado concierto nacional en el que actuarán artistas belgas francófonos y neerlandófonos antes de concluir el día con un espectáculo de fuegos artificiales a las 23 horas.