La princesa Elisabeth de Bélgica ha ejercido como madrina de excepción en el bautizo del barco gallego Bélgica, el nuevo buque de investigación oceanográfica fabricado en Galicia, que ha adquirido el gobierno belga. La heredera al trono belga, tras retomar este verano sus entrenamientos militares, parte de su formación para llegar a convertirse en Jefe de Estado, ha dedicado este fin de semana a apoyar las labores de investigación en el mar.
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Radiante siguiendo su nuevo estilo, marcando su figura con un entallado traje blanco de escote de pico al que ha acompañado con un tocado rosa, zapatos y bolso a juego, la primogénita de los reyes Felipe y Matilde de Bélgica, está demostrando moverse como pez en el agua en el mundo castrense. Ha sido ella, a sus veinte años, la encargada de romper la tradicional botella de vidrio que como marca el protocolo dará una larga vida al buque y lo ha hecho con gran fortuna y desparpajo.
El español Marcos Freire, director general del astillero de Vigo, ha acudido al solemne acto que se ha celebrado en Gante. Una verdadera fiesta para la armada naval belga, que encargó el buque a través del Ministerio de Defensa del país en 2017, contando con un presupuesto de 54 millones de euros para su construcción en dos años de plazo.
Construido en Vigo por el astillero Freire Shipyard, el RV (Research Vessel) Bélgica partió de Galicia en febrero del 2020 y llegó a la base naval de Zeebrugge en septiembre del 2021. Tras superar las dificultades de varios parones a raíz de la pandemia el gobierno belga ha comunicado su inauguración con el objetivo de "llevar a cabo investigaciones en el mar con equipos de última generación, en particular sobre la calidad del agua, los sedimentos marinos y las poblaciones de peces", confirmando que la embarcación operará desde hoy “en el Mar del Norte y mucho más allá”, tras haber realizado el pasado mes de enero su primera misión en Zeebrugg, el importante puerto naval de la costa de Brujas donde la marina militar belga tiene actualmente su base.
Tras bautizar el buque de 70 metros de eslora, la princesa Elisabeth ha visitado todas sus instalaciones en compañía de sus altos mandos, interesándose especialmente por los laboratorios de abordo de última generación con los que cuenta la embarcación. La mayor de las hijas de Felipe y Matilde de Bélgica, que este año comenzó sus estudios universitarios de Historia y Política en el Lincoln College de la Universidad de Oxford, está también muy implicada con el respeto al medioambiente y la búsqueda de energías alternativas. El desarrollo de la “economía azul” que abanderará este buque contribuirá a fomentar la pesca sostenible, la energía eólica con base marina, las actividades mineras de los grandes fondos marinos y el almacenamiento de energía en la costa.
El duro entrenamiento de Elisabeth de Bélgica en la fase final de su formación militar