En tan solo un mes, la vida de Delphine Boël ha dado un giro radical. La ahora princesa belga ha mantenido una batalla judicial de siete años para que fuera reconocida como hija de Alberto de Bélgica, poder llevar sus apellidos y ser tratada como alteza real. Todo parece que ha quedado atrás y hace tan solo una semana Delphine y su hermano, el rey Felipe de los belgas tenían sus primer encuentro, que la Casa Real quiso enmarcar con una imagen de ambos juntos. Días después ha sido el propio Rey Alberto y el príncipe Laurent, hermano de Felipe y, por tanto, de Delphine, los que se han pronunciado sobre la significativa reunión que tuvieron el actual jefe del Estado y su hermana.
A juzgar por las palabras del marido de la reina Paola, parece que las rencillas y los largos años de peleas judiciales han quedado atrás, ya que se ha mostrado “encantado” del encuentro entre su hijo, el Rey, y su recién reconocida hija. De hecho, Paola también estaría “encantada” de que ambos hermanos se hubieran conocido”, según un comunicado de prensa de Palacio, recogido por el periódico belga Het Laatste Nieuws. Días después, ha sido el príncipe Laurent el que ha cerrado filas en torno a su nueva hermana con unas contundentes palabras: “Sabe que nuestra puerta, la mía y la de mi esposa, siempre está abierta para ella” ha dicho en VTM News por primera vez sobre Delphine y quiso zanjar el asunto diciendo que “no tengo que decir nada sobre eso públicamente”.
El pasado 15 de octubre, la Casa Real publicó una imagen y un comunicado conjunto, dos semanas después de que el juez concediera a Delphine el título de Princesa y la reconociera a llevar el apellido Sajonia- Coburgo. La comentada reunión, la primera en que ambos se veían, tuvo lugar unos días antes, el 9 de cotubre en el Castillo de Laken, la residencia de la Familia Real y fue calificada de “cálida” y les dio la oportunidad de conocerse un poco mejor. “Hablamos de nuestra propias vidas y nuestros intereses comunes. Este vínculo seguirá desarrollándose en un contexto familiar”, finalizaba el anuncio, que estaba firmado por el rey Felipe y por Delphine en aras de normalizar la relación, eso sí, en un ámbito más privado.
Esta no fue la primera vez que se veía a Delphine como alteza real. Unos días antes, el 6 de octunre, dio su primera rueda de prensa donde se mostró serena y satisfecha por la sentencia judicial. Insistió en que no quería obtener ningún dinero ni privilegio, sino que solo quería que se reconociera su situación. Según fue avanzado su intervención pública se vino abajo cuando fue preguntada sobre su marido y el apoyo que este le había brindado durante todo este complicado proceso, que comenzó en 2013. Aunque el reconocimiento del apellido real y del título de Princesa llega ahora, el pasado 27 de enero, el rey Alberto ya admitió a través de un comunicado oficial la paternidad de Delphine, pero ella decidió seguir peleando por aquello que le correspondía hasta que el Tribunal de Apelación de Bruselas dictaminó que la artista debía ser tratada como alteza real y ser llamada Princesa. De la misma forma, sus dos hijos, Joséphine y Oscar, de 16 y 12 años, respectivamente, también se han convertido en príncipes. La historia de Delphine Boël salió a la luz en 1999, cuando se publicó una biografía no autorizada de Paola de Bélgica. Hace siete años, la belga, ayudada por su madre -que aseguraba que había tenido una relación con el entonces Rey durante varios años- reclamó una prueba de ADN a Felipe y Astrid de Bélgica. Paralelamente Jacques Boël se sometió a una prueba genética para constatar que, efectivamente y tal como reclamaba la artista, él no era el padre biológico.
Haz un click para ver la actitud del príncipe Laurent de Bélgica durante el desfile nacional, en el que sus reprochables gestos no tuvieron fin: primero, decidió hablar por teléfono durante unos dos minutos, ante la atenta mirada de los Reyes y de su mujer, no se levantó para saludar a la doctora del rey Alberto II, y se marchó antes de estrechar la mano a los políticos asistentes. Dale al play y no te lo pierdas.