Felipe y Matilde de Bélgica recuerdan los nervios y las anécdotas de su compromiso 20 años después

‘Escondida en una librería, escuché por la radio el anuncio de nuestro compromiso’, asegura la Reina

por hola.com

Felipe y Matilde de los belgas inauguraron el turno de bodas reales de su generación. Fueron los primeros, antes incluso de la llegada del nuevo milenio, en darse el sí un frío 4 de diciembre de 1999 en la catedral de St. Michel et Sainte-Gudule. Ella tenía veintiséis años y él treinta y nueve; trece años de diferencia no son nada para todos los proyectos que tenían en común... El tiempo les ha dado la razón. Dos décadas, cuatro hijos y una investidura después han ofrecido una entrevista al canal de televisión francófona RTBF en el que rememoran su noviazgo y su enlace, del que la próxima semana se cumplirán los 20 años.

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La entrevista, grabada en el Palacio Real de Bruselas, será emitida el próximo viernes, pero ayer la cadena emitió un primer avance en el que rey Felipe recordó la tensión de los primeros días después de que se conociera su compromiso con la aristócrata Matilde d'Udekem d'Acoz, hija mayor del conde Patrick d'Udekem d'Acoz y de la condesa de origen polaco Ana María Komorowska: “Cuando se anunció nuestra relación decidimos escondernos. La prensa nos buscaba por todas partes, pero no queríamos aparecer en público hasta el día de la pedida de mano. Fueron días de gran nerviosismo”.

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Toda aquella inquietud mientras aguardaban el momento de la presentación oficial se disipó después del recibimiento del pueblo belga a su futura esposa: “El pueblo belga acogió a mi novia con tanto afecto que todos mis miedos desaparecieron. Aún hoy estoy profundamente agradecido por todo el cariño que recibimos aquellos días”, reconoce el soberano.

Mientras el mundo entero conocía la feliz noticia y soñaba con una nueva boda real, la futura princesa agotaba difícilmente sus últimas horas de anonimato. La reina Matilde recuerda en la entrevista cómo sobrellevó el estrés del día en el que se anunció el compromiso: “Estaba tan nerviosa el día del comunicado que no se me ocurrió otra cosa que meterme en una librería. Recuerdo que el dueño tenía la radio puesta y que cuando estaba ojeando un libro escondida entre dos estanterías escuché el anuncio del compromiso. No sabía dónde meterme”, rememora entre risas. Como si fuera ayer.