Poco a poco, Elisabeth de Bélgica va dando pasos agigantados en su camino como heredera al trono. La hija mayor de los reyes Felipe y Matilde acaba de protagonizar su primer viaje oficial en compañía de su madre, pero no solo esta gira por el extranjero es la única señal de que la joven belga se está formando y concienciado de su importante papel futuro, dado que algún día reinará en el país en el que actualmente lo hace su progenitor, el rey Felipe. Por el momento, la duquesa de Brabante ha renunciado a la dotación que le corresponde como heredera al trono mientras termina sus estudios.
El último paso en el camino de Elisabeth de Bélgica como heredera
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Durante esta estancia en Kenia, que ha servido como curso intensivo de trabajo real de campo para la princesa, Elisabeth de Bélgica se ha mostrado entusiasmada después de conocer de primera mano algunos de los problemas de las mujeres en la comunidad masai, los proyectos humanitarios de Unicef y las iniciativas para apoyar a la infancia y a la familia. El viaje ha sido el último peldaño de una larga escalera por la que lleva meses ascendiendo la hija de los Reyes en su camino al trono, un trayecto que preocupa considerablemente a sus padres, sobre todo en lo que a su vida privada se refiere. Recientemente, Matilde de Bélgica tuvo que pedir públicamente respeto hacia la intimidad de la princesa, ya que todavía es "muy joven".
El próximo otoño, Elisabeth de Bélgica cumplirá además la mayoría de edad, con todo lo que ello conlleva. Podrá incluso llegar a ejercer como regente en momentos puntuales siempre que se la requiera. Mientras eso sucede, la heredera continuará completando sus estudios en el mismo centro en los inició el año pasado, el prestigioso United World College of the Atlantic College de Gales. Allí cursará, una vez que termine el verano, otro año más de bachillerato internacional hasta completar los dos cursos que le corresponden.
Así se educan los príncipes herederos
La hija de los reyes de Bélgica, la primera mujer heredera al trono belga tras la abolición de la Ley Sálica en 1991, habla cuatro idiomas: neerlandés, francés, alemán e inglés. Además, ha estudiado chino en la Universidad de Lovaina. Desde que a los 12 años diera su primer discurso oficial -que ella misma escribió en tres idiomas-, la duquesa de Brabante ha recibido una formación de lo más completa. Cabe recordar que ha sido la primera princesa europea de su generación en tener una agenda oficial propia. Ha sido incluso alumna de la Academia de Música y Danza de Asse, ha recibido clases de dibujo y pintura, otras de sus grandes pasiones.