El rey Alberto de Bélgica entregó en la mañana del martes una muestra de ADN en los laboratorios forenses designados por el tribunal de Bruselas que dilucida la paternidad de Delphine Boël. Así lo ha comunicado el abogado del que fuera soberano hasta 2013, Alain Berenboom. La multa diaria de 5.000 euros impuesta por el juzgado a petición de la demandante hasta que el Rey se hiciera las pruebas parece haber sido clave en el cambio de estrategia del ex Jefe de Estado, hasta ahora contrario a colaborar con la justicia.
Los resultados de esta prueba permanecerán en todo caso secretos hasta que el juzgado se pronuncie, algo que no se espera que acontezca hasta como muy pronto finales de año. La decisión del tribunal no supondrá el final del caso, ya que la sentencia estará sujeta a un posible recurso de las partes. En declaraciones a medios belgas, el abogado de Delphine Boël, Yves-Henri Leleu, ha manifestado que su clienta se siente "contenta y muy aliviada" por el paso tomado por Alberto de Bélgica, si bien ha subrayado que el largo proceso judicial está siendo "una fuente de gran sufrimiento" para ella.
Cabe recordar que el que fuera monarca, que cumple 85 años en junio, se negó desde el principio a colaborar con la justicia y decidió apelar en el Tribunal de Casación la decisión que le obligaba a someterse a dicho examen genético con el que se pretendía comprobar si efectivamente es el padre de la artista belga, tal y como esta viene defendiendo desde que saliera a la luz su historia, allá por el año 1999. Con esta apelación, el rey Alberto intentaba evitar tener que realizarse las pruebas de paternidad.
El caso de Delphine Boël ha sido muy complicado para el rey Alberto, dice su segundo abogado, Guy Hiernaux. "Está sufriendo mucho. Durante cinco años se vio acosado por una historia que se remonta ya 50 años atrás. Y su salud está lejos de ser buena".
La petición de la belga comenzó en 2013. Ya entonces, sus abogados reclamaron un test genético a los hijos del rey Alberto, Felipe y Astrid, ya que en aquel momento la condición de monarca de Alberto II le impedía ser citado por la Justicia. El pasado mes de noviembre, el Tribunal de Apelación de Bruselas le instó a realizarse dichas pruebas, tras concluir que Jacques Böel, padre legal de Delphine, no era el biológico. Se le dio entonces un plazo de tres meses para que las llevara a cabo pero no lo hizo. Es más, su letrado, Alan Barenboom, siempre negó que su cliente hubiera sido convocado con este cometido.