Alberto de Bélgica se defiende: acude al Tribunal de Casación para evitar hacerse las pruebas de ADN

El Monarca recurre así la decisión del Tribunal de Apelaciones, que le instó a que se sometiera a un examen genético para determinar si es el padre de Delphine Boël

por hola.com

Ha tardado varios días pero al final ha llegado la respuesta del rey Alberto de Bélgica. El Monarca, de 84 años, ha decidido apelar en el Tribunal de Casación la decisión que le obligaba a someterse a unas pruebas de ADN para comprobar si es el padre de la artista Delphine Boël, tal y como ella misma defiende desde que en 1999 saliera a la luz su historia. Tal y como recoge la prensa belga, el padre del rey Felipe de Bélgica ha decidido llevar su caso ante la última instancia de su país para intentar, en la medida de lo posible, evitar tener que realizar el examen genético que se le requiere.

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Su abogado, Alain Berenboom, así lo anunciaba este viernes. "En la lógica de esta apelación, el Rey no se someterá a un análisis de ADN hasta que el Tribunal de Casación haya emitido su sentencia. De hecho, la apelación tiene un efecto suspensivo que se extiende a esta medida genética", señalaba el letrado, el mismo que a finales del pasado mes de noviembre negó que al antiguo monarca le hubiera sido notificada la obligación de someterse a las pruebas de paternidad de Boël. Las sentencias a las que hace referencia Beremboon son las dictadas el 7 de junio y el 25 de octubre.

El pasado mes de junio, el Tribunal de Apelación de Bruselas consideró que el análisis de ADN de Jacques Boël -el padre legal de Delphine-, era válida. En aquel momento, el tribunal decidió que, por el momento, no era necesario que el rey Alberto se sometiera también a dichas pruebas. Sin embargo, cuatro meses después, una nueva sentencia del mismo tribunal estableció que Jacques Boël no era el padre biológico y ordenó al padre de Felipe de Bélgica que se realizara el pertinente examen genético, dado que este resultado "justifica el interés legítimo y suficiente para buscar la paternidad en otro hombre".

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Por el momento, y con los últimos acontecimientos puestos sobre la mesa, no parece que el caso de Delphine Boël vaya a resolverse a corto plazo. Su historia se remonta al año 1999, cuando salió a la luz como consecuencia de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola de Bélgica. Los abogados de Delphine y de su madre, la baronesa Sybille de Selys-Longchamp -quien siempre mantuvo que su relación con el Rey había durado bastantes años- reclamaron en 2013 una prueba de ADN al entonces príncipe Felipe y a su hermana Astrid, ya que en aquel momento la condición de rey de Alberto de Bélgica le impedía ser citado por la Justicia. El juicio en el Tribunal de Primera Instancia de la capital belga se llevó a cabo en el mes de septiembre de 2014 y ya entonces Delphine, quien en el caso de probar que es hija del rey Alberto no sería princesa y no entraría en la línea sucesoria, tenía la intención de que el Monarca se sometiera a una prueba de paternidad.