El rey Alberto II, antiguo Soberano belga, tendrá que someterse a un test de ADN dentro de los próximos tres meses, según ha determinado el tribunal que trata el caso de Delphine Boël, quien desde hace años afirma ser hija biológica del Rey, de 84 años de edad.
El padre legal de Delphine Boël, Jacques Boël, ya se sometió voluntariamente a una prueba de paternidad de la que resultó que no es el padre biológico, un hecho que, según los expertos, "justifica el interés legítimo y suficiente para buscar la paternidad en otro hombre". De negarse a someterse al test podría reforzarse la presunción sobre su paternidad, aunque es posible que la defensa de Alberto II recurra la decisión al Tribunal de Casación de Bruselas.
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La existencia de Delphine Boël salió a la luz en 1999 como consecuencia de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola. "Después de todos estos años, todavía me enfrento a un muro de incomprensión", dijo en una entrevista concedida a la cadena flamenca VTM en septiembre de 2014. Su madre, Sybille de Selys Longchamps ha apoyado todas sus demandas y ha detallado la relación que supuestamente mantuvo durante años con el Rey.
Alberto y Paola de Bélgica son padres del actual Rey de los belgas, Felipe, de 58 años, así como de los príncipes Astrid, de 56, y Lorenzo, de 55. En el que caso de que se probara la paternidad de Alberto II, Delphine Boël no entraría en la línea sucesoria al trono, no sería princesa y no llevaría el nombre de Bélgica, aunque sí pasaría a ser heredera del monarca.