Laurent de Bélgica vuelve a sembrar la polémica
El hermano pequeño de Felipe de los belgas no acudirá al tradicional 'Día del Rey'
El príncipe Laurent siempre ha sido el más polémico de la Casa Real belga y cuando el país se dispone a celebrar el tradicional Día del Rey vuelve a convertirse en noticia. Si el año pasado fue la distancia que marcó con el resto de miembros de la Familia Real a su llegada a la Catedral de Bruselas, este año los medios del país informan que directamente no estará presente.
Según informa VTM Nieuws, el hermano pequeño de Felipe de los belgas no estará presente en las celebraciones del 15 de noviembre y de momento no se da explicación a esa ausencia. Los medios del país se preguntan si se debe a motivos de salud o es solo una nueva salida de tono del príncipe que se declaró cansado de ser príncipe y al que el Tribunal de Cuentas de Bélgica cuestionó por sus gastos privados hechos con dotación real.
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El citado medio recuerda que el príncipe Laurent no aparece en público precisamente después de su última polémica con el Gobierno del país, que propuso, según Le Soir, sancionarle después de reunirse con autoridades chinas sin permiso del Ejecutivo. Esta polémica tuvo lugar el pasado verano después de que el propio Laurent subiera a Twitter una imagen en la que celebraba el 90 aniversario del Ejército Popular de Liberación en la embajada China en Bélgica. El hermano del monarca afirmó entonces que asistió a la celebración en respuesta a una "invitación personal", si bien diarios como La Libre Belgique aseguraron que no solicitó la autorización del primer ministro para participar en un evento en el cual estaban presentes autoridades extranjeras, tal y como está obligado a hacer.
Hay que recordar que el Día del Rey -que contará con la presencia de los reyes Alberto y Paola junto a su hija la princesa Astrid y el marido de esta- se celebra en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas con una misa Te Deum desde 1866, cuando se conmemora la onomástica del rey Leopoldo, primer rey de los belgas. A esta celebración no acuden los Reyes vigentes, una vez que, según las reglas protocolarias, no está bien visto que el homenajeado esté presente en una ceremonia celebrada en su honor.