La princesa Astrid de Bélgica, hermana del rey Felipe, fue víctima de un robo en París la semana pasada, según informaciones publicadas por el periódico flamenco Het Nieuwsblad. El robo se produjo cuando la Princesa viajaba en coche por la autopista A 86, a la altura de Aubervilliers, en las inmediaciones de la capital gala, acompañada de su marido, el príncipe Lorenzo, y de una de sus dos hijas.
Los ladrones aprovecharon que el automóvil de la familia se encontraba parado a causa de un atasco para romper una de las lunas del Mercedes y robar el bolso de la Princesa, que contenía una cantidad cercana a 2.000 euros en metálico, además de toda la documentación personal de la hija de los reyes Alberto y Paola, que desde el relevo en el trono se ocupa de las misiones económicas del reino belga. La Princesa presentó denuncia posteriormente en la comisaría de Seine-Saint-Denis. Palacio ha confirmado el incidente, sin ofrecer más detalles.
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Un disgusto entre las últimas grandes alegrías de Astrid de Bélgica. Se da la circunstancia de que ayer domingo la princesa Astrid celebró su 54º cumpleaños, el primero como abuela, después de que su hijo mayor, el príncipe Amadeo, se convirtiera en padre el pasado 17 de mayo de una preciosa niña de 3,3 kilogramos y 52 centímetros al nacer.
Amadeo y Elisabetta de Bélgica, sobrinos del rey Felipe de los belgas, presentaron cuatro días después del nacimiento a su primera hija, la princesa Anna Astrid, primera bisnieta de los reyes Alberto y Paola y séptima en la línea de sucesión al trono de Bélgica, al abandonar el hospital UMC Sint-Pieter de Bruselas, en donde la princesa Elisabetta permaneció ingresada desde que diera a luz. "Estamos muy felices. Una nueva vida ha comenzado". Y nada puede empañar dicha felicidad.
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