Rania de Jordania y Matilde de Bélgica, dulce esencia de primavera en Bruselas
Los soberanos hachemitas han emprendido su primera visita de Estado a Bélgica
Se esperaba a Abdalá y Rania de Jordania como agua de mayo en Bélgica, y tanto han afinado anfitriones e invitados que no ha llegado mayo sin la añorada visita de Estado de los soberanos hachemitas. La primera y, por tanto, histórica. Es la noticia de hoy en Bruselas el encuentro de Oriente y Occidente, en tiempos especialmente críticos; son las imágenes del día el encuentro de Rania de Jordania y Matilde de Bélgica, dos reinas de la elegancia.
Los reyes Abdalá y Rania llegaron ayer por la tarde en un avión de las Fuerzas Aéreas Jordanas al aeropuerto militar de Melsbroek en la capital belga, pero oficialmente han comenzado hoy su viaje de dos días de duración a Bélgica. Y, como es tradición en las grandes citas de Estado, han sido obsequiados con todos los honores, ayer en la base militar y esta mañana en el Palacio Real por los reyes Felipe y Matilde.
Tras los saludos protocolarios, complicados por el aparatoso sombrero de la reina Matilde, que ha impedido por sus dimensiones el gesto demasiado cercano, los cuatro han escuchado los himnos nacionales de los dos países y, a continuación, las damas reales han paseado glamour por la alfombra roja y los reyes Felipe y Abdalá han pasado revista a las tropas.
Cuando Matilde apunta a Máxima y Rania recuerda a Letizia
La prensa belga ha puesto el acento en la excelente relación de los Reyes de Bélgica y Jordania, especialmente en el buen entendimiento entre las reinas Matilde y Rania, que comparten causas y fines, como su trabajo para la Unicef o su compromiso con los objetivos de la ONU en materia de medio ambiente. Sin olvidar la obligada alusión a la elegancia de las soberanas. Dulce esencia de primavera.
Ambas han vestido su primer encuentro de hoy en tonos pastel. Rosa cuarzo y amarillo vainilla, muy muy suave como tomando fuerzas para lo que ha de venir en su próximo cambio de ropa, pero sin quitar un ápice de sofisticación a la cita matutina. Matilde de Bélgica se ha radicalizado y se ha hecho Máxima con un vestido de pata de gallo adornado rica y profusamente con todos los complementos: pamela XXL como acostumbra la reina de los tocados, clutch dorado y guantes de estilo lady tornasolados igual que los zapatos. Rania de Jordania, como tantas otras veces, recordaba a la reina Letizia, de gusto más minimalista. La soberana jordana lució para la ocasión un sencillo abrigo evasée, con un bordado de flores en la solapa como único exceso ornamental, que combinó con bolso colgado al hombro y zapatos en negro.
Las buenas relaciones se demuestran en los malos momentos lo que, como no podía ser de otra manera, ha transcendido especialmente en este viaje oficial y, en concreto, durante el almuerzo de trabajo con el Primer Ministro, en el que los soberanos jordanos se han solidarizado con el pueblo belga por los atentados de Bruselas de marzo pasado. El rey Abdalá ha mostrado todo el apoyo al ejército belga en su envío de cazas a Siria e Irak para luchar contra el ISIS.
Por la tarde los Reyes jordanos participarán en un debate sobre el Islam en la Universidad de Lovaina. El Rey contestará a preguntas de los estudiantes sobre Jordania y su situación política y social. Más tarde los reyes Felipe y Abdalá tomarán un helicóptero para trasladarse a la base aérea de Florennes, donde se encuentran los cazas F16 que se enviarán a Oriente Medio y donde está previsto que el Rey jordano pilote uno de los aviones. Y, por la noche, más: un brindis de glamour en la cena de gala del Palacio de Laeken.