Laurent de Bélgica: 'A veces estoy harto de ser Príncipe'
No es tan maravilloso ser un miembro de la realeza como uno podría imaginarse. No lo es al menos para Laurent de Bélgica, el hermano pequeño del rey Felipe de los belgas, que ha manifestado sentirse a veces cansado de ser Príncipe. La espontánea respuesta se produjo durante un encuentro con estudiantes de la escuela San Pablo de la localidad flamenca de Kortrijk, cuando uno de los escolares le preguntó cómo se sentía siendo hijo de Reyes.
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"Cuando se trata de servir a una buena causa, me siento motivado. Pero ciertamente a veces estoy harto de ser Príncipe", contestó Laurent de los belgas en un arranque de sinceridad. La escuela San Pablo llevaba catorce años mandando invitaciones a la Casa Real para que alguno de sus miembros la visitara. El príncipe Laurent, de 52 años, fue definitivamente el encargado de viajar a Kortrijk para conocer de cerca el centro escolar y departir con estudiantes y profesores.
El siempre polémico príncipe Laurent, uno de los miembros más criticados de la Familia Real belga debido a diversos escándalos, volvía a dejar de piedra a su auditorio con una de sus declaraciones. Tal vez la respuesta del menor de los tres hijos de los anteriores soberanos Alberto II y Paola de Bélgica fuera una alusión a su disgusto por el hecho de tener que devolver 16.000 euros al Estado belga, después de que el Tribunal de Cuentas cuestionara algunos gastos privados hechos con la dotación real.
En octubre pasado, el Tribunal de Cuentas de Bélgica criticó particularmente que el Príncipe hubiera presentado recibos de una cadena de supermercados, gastos escolares para sus hijos y los costes de un viaje de esquí entre sus justificantes de los gastos por actividades oficiales. Laurent de los belgas recibe aproximadamente 300.000 euros al año de la Casa Real, un importe que se divide en una partida a modo de salario para costearse la vida y en otra para cubrir sus actividades de representación oficiales. Por ello los miembros de la Familia Real tienen que entregar al Tribunal de Cuentas justificantes sobre cómo han gastado el dinero a lo largo de un año fiscal.