Una vez más el no ocupar las primeras posiciones en la línea de sucesión al trono británico juega a favor de Eugenia de York. Mientras todos los ojos estaban puestos en los movimientos de Meghan Markle, ellos acuden con total tranquilidad a la boda de Pippa Middleton y James Matthews. Mucho se habló semanas antes a ese 20 de mayo de 2017 sobre la regla del “no ring, no bring”, que venía a decir que Meghan no debía acompañar al príncipe Harry porque no estaban prometidos. Por otro lado, todos seguían los pasos de la entonces actriz de Toronto a Londres, buscando en esta asistencia a un enlace con tintes reales (por la presencia del segundo, el tercero y la cuarta en la línea de sucesión) la confirmación de que ellos serían los siguientes en pasar por el altar. En definitiva, Eugenia y Jack acudieron sin estar prometidos y sin que nadie se cuestionara si ellos planeaban su boda.
En la historia de los Windsor ha habido romances breves como el de Harry y Meghan o el de los duques de York, y otros, muy largos, como el de Guillermo y Kate o el de Eugenia y Jack. Tras ocho de amor casi parecía lógico que fueron ellos, Eugenia y Jack, los primeros en pasar por el altar, sin embargo, los duques de Sussex anunciaron su compromiso el 27 de noviembre de 2017 y Eugenia y Jack siguieron sus pasos el 22 de enero de 2018. ¿Casualidad? Probablemente nunca lo sabremos pero recientemente Vanity Fair apunta, citando fuentes anónimas, que Eugenia y Jack querían casarse en 2017 pero que tuvieron que esperar ya que Harry tiene una posición preferente en la Casa Real. No es la primera vez que ocurre algo así, ya en el año 2011 se celebró en abril la boda de los duques de Cambridge y se dejó para julio la de Zara Phillips. Foto: Getty Images / Gtresonline
Ser la novena en la línea de sucesión y tener que esperar a que el sexto (el príncipe Harry) e hijo del primero (Carlos de Inglaterra) celebre su boda tiene una gran ventaja: el ensayo. La princesa Eugenia y Jack Brooksbank vivieron en primera fila de la Capilla de San Jorge el "sí, quiero" de los duques de Sussex el pasado 19 de mayo. ¡Un momento perfecto para pensar en sus propias celebraciones!
Todas las parejas tienen un lugar especial o al menos uno que les recuerde los inicios de su historia de amor. Para Eugenia de York y Jack Brooksbank ese lugar es Verbier una de las estaciones más exclusivas de Europa y en donde los duques de York han pasado sus vacaciones de invierno desde que las princesa Beatriz y Eugenia eran niñas. En esta estación suiza de esquí las hermanas York aprendieron a esquiar, allí hicieron repetidos posados invernales ante los fotógrafos y es el lugar en el que Eugenia conoció a su futuro marido: Jack Brooksbank. Este viernes 12 de octubre se convertirán en marido y mujer, descubre todos los detalles de un amor que sobrevivió al tiempo y la distancia.
Fue en el año 2010, durante unos días en Verbier, cuando unos amigos en común presentaron a la Princesa, que entonces estaba en primero de carrera, a Jack Brooksbank, que tras graduarse en uno de los mejores colegios del Reino Unido comenzó a trabajar en la hostelería. Así comenzó su relación a distancia, ya que ella estudiaba en la Universidad de Newcastle mientras él trabajaba en Londres. En el barrio de Chelsea era conocido como "Barman Jack", gracias a su trabajo como manager de un exclusivo local de copas, el Mahiki.
Desde entonces el chalet que el príncipe Andrés y Sarah Ferguson, divorciados desde 1996, compraron ya en el nuevo milenio para disfrute de la familia York se ha convertido en más de una vez en el refugio de la pareja. Foto: Getty Images / Cordon Press
Se puede decir que la presión mediática con la que Guillermo y Harry vivieron sus historias de amor no ha sido la misma para las hijas del príncipe Andrés, que han podido disfrutar de largos y discretos noviazgos. Solo un año después de comenzar su relación la nieta de la Reina “oficializó” su relación con Jack en las carreras reales de Ascot. Eugenia y Jack incluso se dieron un beso en el palco desde el que estaban viendo las célebres carreras de caballos vinculadas de forma histórica a la familia Windsor. Era el año 2011 y todavía tenía por delante muchos años hasta el “sí, quiero”. Fotos: Getty Images / Gtresonline
En el año 2012 Eugenia de York se graduó en la Universidad de Newcastle en Literatura Inglesa, Historia del Arte y Política y puso rumbo a Nueva York. La hija del duque de York comenzó su carrera profesional en la Gran Manzana trabajando para una firma de subastas online. Durante dos años la pareja continúo con su relación a distancia y fue un tiempo de amor por Skype, como reconoció el propio Jack al que también se vio varias veces visitando a su chica en Nueva York. Unos viajes que la pareja aprovechaba para hacer planes como ir a la NBA.
Durante los años en los que la Princesa vivió en Nueva York fueron frecuentes sus viajes al Reino Unido, tanto para actos oficiales como para estar al lado de sus amigos en fechas señaladas. Jack Brooksbank ya era uno más en el círculo de amistades de Eugenia. Esta imagen, tomada en el verano de 2013, la pareja acude a la boda Melissa Percy & Thomas Van Straubenzee junto con Cressida Bonas, íntima amiga de Eugenia y exnovia del príncipe Harry, y Beatriz de York, que durante diez años mantuvo una relación Dave Clark, con el que llegaron a sonar campanas de boda. Finamente sonaron pero solo para él. Nueve meses después de romper con Beatriz, Clark se prometió con la ejecutiva de publicidad Lynn Anderson, con la que se casó en Italia en julio en una boda por todo lo alto.
A pesar de estar instalada en la Gran Manzana la nieta de la Reina no se perdía las carreras de Ascot. La pareja continuaba paseando su amor (y sus miradas) en el hipódromo del condado de Berkshire, el mismo en el que está ubicado Windsor, el lugar elegido para su boda este 12 de octubre.
En el año 2015 Eugenia de York regresa a Londres y de nuevo la pareja es fiel a las carreras de Ascot. Algo queda claro ese mes de junio en el hipódromo real: Eugenia y Jack están más enamorados que nunca y él cuenta con el total apoyo de la familia York. La química entre el novio de la Princesa y sus padres queda patente, igual que las miradas de amor que se dedican tras abrir una nueva etapa en su vida en común.