Los duques de York junto a la princesa Margarita y la Reina Madre durante el bautizo de la princesa Eugenia en diciembre de 1990 en Sandringham
El carácter espontáneo de Sarah, que el principio conquistó a muchos, en los momentos de tensión que se vivieron a comienzos de los noventa, se volvió en su contra y se señalaron imágenes como estas. Fue tomada durante una cena de gala en Canadá en 1987, cuando el príncipe Andrés le pasó a su mujer el micrófono sin previo aviso ella bromeó con este gesto.
“Mis padres son la mejor pareja de divorciados”, ha llegado a decir la princesa Eugenia sobre la idílica relación de los duques; mientras que el Príncipe en el año 2000 afirmó durante una entrevista con Tatler que nunca había descartado una segunda boda con la madre de sus hijas.
La Casa Real ha tenido varios gestos encaminados a normalizar la situación con la que un día fue una de los suyos. Sarah Ferguson fue invitada a la boda de Harry y Meghan y este verano acudió a las carreras reales de Ascot, momento en el que la vimos practicar su reverencia más esmerada ante la Reina
Sarah Ferguson e Isabel II durante las carreras de Ascot con la princesa Eugenia
Los recién casados, Andrés y Sarah de York, hacen una reverencia ante la Reina de Inglaterra y el duque de Edimburgo. Cabe señalar que a diferencia de lo que había hecho Diana de Gales cinco años antes, excluyendo el voto de obediencia, Sarah lo recuperó y lo incluyó en el momento del intercambio de votos de la ceremonia religiosa.
El 23 de julio de 1986 el segundo hijo de la Reina de Inglaterra y el duque de Edimburgo se casaba con Sarah Ferguson, a la que había conocido durante su infancia pero con la que mantuvo un corto noviazgo.