La boda de la hija de los duques de York se celebrará el próximo 12 de octubre
¿Por qué el príncipe Harry necesitó permiso para casarse y Eugenia de York no?
El duque de Sussex ocupa el sexto puesto en la línea de sucesión mientras que su prima está en el noveno, esto lo cambia todo
Uno de los pasos previos y esperadísimos al “sí, quiero” de Harry y Meghan fue el consentimiento oficial de la Reina. Dos meses antes de la boda, que se celebró en el Castillo de Windsor el pasado 19 de mayo, Isabel II remitió una carta formal al Consejo Privado del Reino Unido en el que comunicaba que permitía el enlace de su nieto con la exactriz. Ahora, con la boda de Eugenia de York y Jack Brooksbank a la vuelta de la esquina, no hay que esperar ese permiso.
El acta de consentimiento se remonta a la Ley de Matrimonios Reales de 1772 y otorga al soberano un derecho de veto con el fin de que los matrimonios no disminuyeran el estatus de la Casa Real. Así a lo largo de la historia los monarcas británicos han consentido una larga lista de matrimonios, algunos curiosos como el del príncipe Ernesto de Hannover, descendiente de la línea masculina de Jorge III del Reino Unido, con Carolina de Mónaco. Otros, como el del duque de Windsor con Wallis Simpson no lo pidieron y directamente renunciaron al trono para casarse.
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Esto cambió hace algunos años con la Ley de Sucesión a la Corona de 2013 que modificó varias cosas como la primogenitura de preferencia masculina por la primogenitura absoluta para aquellos nacidos en la línea de sucesión después de octubre de 2011, lo que significa que el hijo mayo, independientemente de su sexo, precede a sus hermanos. También eliminó ese requisito de consentimiento para aquellos que no ocupan los seis primeros puestos en la línea de sucesión.
Así el príncipe Harry, que ocupa el sexto puesto mientras que los duques de Cambridge no tengan un cuarto hijo, necesitó el permiso oficial de su abuela, mientras que Eugenia de York, que ocupa el noveno puesto, detrás de su padre, el príncipe Andrés, y de su hermana, la princesa Beatriz, no tiene que solicitar por tanto el acta de consentimiento. Esto no quiere decir que abuela y nieta no hayan tenido algún otro tipo de gesto no oficial en este sentido.
La pérdida de un documento excepcional
Para algunos esta reforma supuso una liberación pero para otros es una pena, ya que el acta de consentimiento oficial de la reina Isabel es un documento excepcional, tal y como vimos en la boda de los duques de Sussex. El Instrumento de Consentimiento fue redactado por la Casa de la Reina de Inglaterra y, en el caso del enlace del príncipe Harry, fue escrito e ilustrado a mano en papel vitela, un material reservado a los documentos estatales importantes.
El resultado fue una verdadera obra de arte con un gran valor en todos los sentidos y cargado de detalles. Desde las palabras de la Reina, que sorprendió mostrando su debilidad por Harry, al que se refirió como su “más querido nieto”, hasta los guiños a los orígenes a la pareja. No faltó un dragón rojo, símbolo de Gales, así como los emblemas florales del Reino Unido o las conchas en alusión a las armas de la familia Spencer, a la que pertenecía Diana de Gales.
Los artesanos de la Casa Real también crearon un emblema para Meghan y a la derecha del texto figura una rosa, uno de los símbolos florales de los Estados Unidos, rodeada de cuatro amapolas doradas que designan a California, el estado natal de la duquesa de Sussex. El manuscrito está firmado en la parte superior por la reina Isabel como Elizabeth R, refiriéndose la R a la fórmula Regina (reina en latín), y sellado con el Gran Sello del Reino Unido que se adjunta al acta con un cordón trenzado. Una auténtica y personal obra de arte que fue presentado al matrimonio poco después de su boda.
