Vittoria de Saboya, hija de Manuel Filiberto de Saboya y Clotilde Courau, ha dado un paso más en el mundo de la moda debutando en el último desfile de la casa Emilio Pucci celebró en los jardines de la abadía de Cervara, en Portofino. Precisamente ha sido en este espectacular escenario donde la bisnieta del último rey de Italia, Princesa de Carignano y marquesa de Ivrea, ha demostrado que, además del arte y del teatro, tiene otros intereses y que este pude ser solo el principio.
Hace exactamente un año que Vittoria de Saboya llegaba con su madre al desfile de la casa italiana, conocida por sus estampados geométricos y sus calidoscopios de colores, pero lo hacía para sentarse en el front row. Ahora ha dado una salto a la pasarela, marcando un paso significativo en su trayectoria y debutando en un desfile en el que ha tenido compañeras de la talla de Naomi Campbell.
La nieta de Victor-Emmanuel de Saboya nació en Suiza y se crió entre Montecarlo, Francia e Italia. Estudió Ciencias Políticas, Historia del Arte e interpretación entre París, Londres y Nueva York. Con sus trabajos como modelo se pagó las clases de interpretación mientras impulsa su proyecto personal como curadora de arte emergente. Siempre centrada en su carrera profesional, Vittoria de Saboya no solía hablar de su historia familiar: “Hasta los 18 odiaba hablar de monarquía, incluso podía enfadarme si alguien me llamaba princesa. Nunca me consideré así…”, confesó en una de las pocas entrevistas que concedió a la publicación francesa Madame Fígaro.
"Mi suerte fue que mi padre se casara con una madre como la mía, actriz, trabajadora e independiente. Nunca me veo como una princesa, este rango es honorífico. Además, habiendo sido abolida la monarquía italiana en 1946, ¡no se plantea la cuestión de acceder algún día al trono!", explicó Vittoria en la citada entrevista. Recientemente, ha sido su padre, el príncipe Manuel Filiberto de Saboya el que ha estado de actualidad y no por su relación sentimental con Adriana Abascal, el príncipe tuvo que pronunciarse sobre la disputa que mantiene abierta contra el Estado italiano para recuperar las joyas que según él pertenecen a su familia, un conflicto sobre el que opinó su primo, Aimone de Saboya-Aosta, y que sirvió para retomar el eterno enfrentamiento entre las dos casas.