La contundente respuesta de Pablo de Grecia ante la última polémica: 'Soy un ciudadano común y corriente'

Desde que en diciembre pasado recuperó la ciudadanía griega mediante un proceso administrativo que otorgó este derecho a los cinco hijos del fallecido rey Constantino, Pablo de Grecia ha intensificado su actividad en la vida pública del país. La semana pasada, el jefe de la Casa Real Griega asistió a una celebración de dos días en el municipio de Mani Oriental para conmemorar el inicio de la lucha de los griegos contra el Imperio Otomano. Durante el acto, donde reinaba un ambiente de exaltación popular, Pablo de Grecia tomó la palabra como figura destacada del evento. Sin embargo, la controversia surgió cuando fue presentado como "príncipe". A pesar de que él aclaró en su discurso que estaba allí como un ciudadano más, la situación ha generado polémica, y el alcalde de la localidad enfrenta posibles sanciones disciplinarias.

Todo comenzó cuando el alcalde de Mani Oriental, Petros Andreakos, durante su saludo en un evento conmemorativo de la revolución de 1821 en el Areópolis de la localidad presentó a Pablo de Grecia, ante un nutrido grupo de autoridades, con las siguientes palabras: "Queridos compatriotas, convencidos de que aquí solo somos griegos, cada uno tiene derecho a creer lo que quiera. Pero personalmente creo que los títulos nunca mueren. Y los títulos acompañan a las personas durante toda su vida. Así pues, doy la bienvenida al príncipe Pablo". Entonces la plaza estalló en aplausos y en vítores, no obstante, la polémica ya estaba servida, puesto que uno de los requisitos que se exigió a la familia del último rey de los helenos para la concesión de esa ciudadanía fue no reivindicar el uso de títulos reales.

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El acto continuó con la entrega de una bandera de la revolución con una corona real en el centro. "Muchas gracias por darme este regalo hoy, es un honor especial estar aquí con ustedes, porque la patria es todo para mí. La religión y la patria son lo que nos mantiene unidos a todos. Muchas gracias. Viva Grecia, viva Mani", dijo el príncipe Pablo en el transcurso de las celebraciones. 

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El acto, que está íntegramente grabado en vídeo y que alcanzó bastante repercusión, en parte por la presencia del propio Pablo de Grecia, abrió el debate. Mientras la autoridad competente, la Administración Descentralizada de Grecia Occidental, Peloponeso e Islas Jónicas, ha abierto un procedimiento en torno al incidente, que comienza con una citación al alcalde para que ofrezca por escrito su punto de vista sobre lo sucedido, mientras se estudia el ordenamiento y se explora si cabe tomar medidas disciplinarias. 

Mientras el "incidente", como lo llama la prensa griega, se resuelve, las opiniones se van dividiendo. Por un lado, se recuerda que el hijo de los últimos reyes de Grecia no incumplió ni con su presencia ni con su discurso ninguno de los compromisos que adquirió con el Estado heleno a cambio de la obtención de la ciudadanía; y, por otro, los que consideran que tenía que haber recordado durante su discurso que es un griego más, algo que ha hecho días después en cuanto las cámaras han ido a preguntarle por su versión de lo sucedido. 

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"Lo pasé muy bien. El municipio nos había invitado otros años y yo no había podido ir. La hospitalidad fue muy buena, la gente muy acogedora, el hotel, la taberna, todo fue muy bonito", contó Pablo de Grecia a las cámaras del matinal del canal griego ANT1. Al preguntarle por la presentación que hizo el alcalde, el príncipe Pablo señaló lo siguiente: "Está claro que mi nombre es Paul De Grasse. Es una nueva etapa y tenemos que acostumbrarnos. Todo esto pasó y pasará. No queremos que haya ningún problema. Queremos continuar nuestras vidas aquí como cualquier otro. Le doy las gracias al alcalde por su buena acogida. Por otro lado, no quiero decir nada más".  Sin embargo, el príncipe griego volvió a enfatizar: ''Mi nombre es De Grasse, como todo el mundo me llame es otro asunto. Soy un simple ciudadano común y corriente".