El esquí es, desde hace años, el deporte rey en las Casas Reales, y uno de los lugares a los que suelen ir cada invierno son los Alpes suizos. La semana pasada, estuvieron en St. Moritz, en la estación de Corviglia, los príncipes Pablo y Marie-Chantal de Grecia, quienes siempre viajan en familia en navidades a este exclusivo enclave para disfrutar de la nieve. En esta ocasión, fueron acompañados por dos de sus hijos, Constantino y Achileas, y también recibieron una visita "real".
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Los duques de Edimburgo han aprovechado que en Reino Unido son las vacaciones de invierno para hacer una escapada con su hijo menor, James, conde de Wessex, a este paraíso nevado.
Tan solo faltó su hija mayor, Lady Louise Windsor, de 21 años, que está estudiando en la Universidad de St. Andrews. Eduardo, Sophie y su hijo se reunieron con los príncipes griegos en el exclusivo Club Corviglia, donde estuvieron almorzando juntos tras su jornada de esquí.
Entre la Familia Real inglesa y la griega siempre ha habido unos férreos vínculos de amistad y lazos de sangre. Sin ir más lejos, Felipe de Edimburgo —marido de Isabel II y padre de Eduardo— era hijo del príncipe Andrés de Grecia y de Alicia de Battenberg y, por tanto, primo carnal del Rey Pablo I —padre del Rey Constantino—.
Además, su amistad se reforzó durante los años que Constantino —padre de Pablo de Grecia— estuvo exiliado en Londres.