Este viernes 7 de febrero se celebra en Atenas la primera boda real del año. El príncipe Nicolás, hijo de la reina Ana María, se casa con Chrysi Vardinogiannis. Una dama griega hasta ahora desconocida, pero ligada por sangre a una de las familias más ricas, poderosas e influyentes de Grecia. Y esta es la historia de sus padres y de sus siete tíos. Ocho hermanos que pasaron de trabajar en el campo siendo una familia humilde de Creta a señores del mar con un imperio naviero.
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La dinastía Vardinoyannis viene de Episkopi, un pueblo cerca de Rethymno en el norte de la isla de Creta, donde se estableció la familia, tras liderar uno de sus antepasados, Giannis Vardinakis, el levantamiento contra los otomanos en 1877.
Dando un salto de generaciones, llegamos a los abuelos de la nueva princesa griega, Ioannis Vardinoyannis y Chryssi Theodoroulaki, quienes tuvieron ocho hijos y vivían bajo la asfixiante pobreza de aquella época. No es ningún secreto. Trabajaban en el campo y los hijos mayores ayudaban en las tareas hasta que encontraron una salida en el mar, la política y el mundo de los negocios.
Pavlos llegó a ministro del gobierno de la república griega; Sifis, que siempre vivió en Creta, presidió la Naviera ANEK; Giorgos, empresario y padre de Chryssi; Nikos, fundador del imperio empresarial; Vardis, magnate petrolero y naviero; Eleni (madre de Olga Kefalogianni, que fue ministra de Turismo), Amalia y Theodoros. Y ya en la siguiente generación, una prima hermana de Chryssi, Olga Kefalogianni, fue ministra de turismo y es ahora parlamentaria griega.
Endeudarse para comprar un viejo petrolero
Nikos y Vardis ingresaron en la Academia Naval de la Armada Real -Grecia era entonces una Monarquía- la mejor vía para acceder a una buena formación y tras graduarse como oficiales siguieron caminos diferentes. Nikos, comandante de submarinos, decidió adentrarse en el mundo de los negocios. En 1963, creó la primera empresa del grupo, SEKA con Mobil Corporation y Aristóteles Onassis y tuvo que endeudarse para comprar un viejo petrolero, al que llamó Ioanna V en honor a su hija mayor, Ioanna Vardinoyannis, exmujer del empresario español, Antonio Fournier, y madre de la joven greco-española, Irini Fournier Vardinoyannis. La joven, ahijada de la princesa Irene de Grecia y del príncipe Pablo, cursa actualmente estudios en Georgetown (Washington) siguiendo los pasos de su madre. De hecho, fue en esta universidad donde Ioanna hizo pandilla con el príncipe Pablo de Grecia y don Felipe de Borbón, siendo el príncipe el que le presentaría años después al que sería su marido en la boda del príncipe Kardam y Miriam de Ungría.
¡Fuego a bordo!
Volviendo al petrolero y en concreto al año 1966, se sabe que lo capitaneaba su hermano, el ahora nuevo suegro del príncipe Nicolás, y que éste, al declarar fuego a bordo, consiguió romper el embargo, impuesto por la ONU y aplicado por Gran Bretaña, al régimen de Rhodesia (Zimbabue) llevando petróleo al puerto portugués de Mozambique de Beira, conectado con Zimbabue por un oleoducto. Giorgos Vardinoyannis se había graduaso en la Escuela de Marina Mercante de Southampton, Inglaterra, pero fue entonces cuando se ganó el apodo de Capitán.
El resultado es que con este movimiento el grupo obtuvo enormes beneficios que permitieron a Nikos Vardinoyannis crear las bases del imperio financiero: saldó la deuda, compró otros buques y desarrolló una importantísima flota de petroleros, estaciones de aprovisionamiento marítimo, la refinería de petróleo y química Motor Oil Hellas; y abrió campo a otros múltiples negocios
El control y la gestión de su imperio
Nikos murió de manera repentina en 1973 y, al ser menores sus hijos, Ioanna, Pavlos, Demóstenes y Pirro – nacidos de su matrimonio con Manuela Vardinoyannis- tomaron el control y la gestión de su imperio sus hermanos. Fue en concreto, Vardis el que se hizo con la propiedad desarrollando más navieras, redes de gasolineras, bancos, medios de comunicación, constructoras y el club de futbol Panathinaikos, que presidió Giorgos Vardinoyannis muchos años.
A la muerte de Vardis en noviembre de 2024 -un año después de que falleciera su mujer Marianna Vardinoyannis- se dieron cifras que sumaban 92 empresas con una facturación superior a los 13.000 millones de dólares.
La madre de la novia
Desde que saltó la noticia de que habría una nueva boda real en Atenas, el apellido Vardinoyannis ha llenado titulares, pero sigue siendo la madre de la novia una gran desconocida. Separada de su marido, Giorgos Vardinoyannis -no hay fecha oficial- se ha mantenido en un segundo plano. Un lugar en el que siempre se sintió muy a gusto. Les adelantamos algunos datos de Agapi Politi.
Nació en El Pireo y creció en una familia donde el deporte era una forma de vida. Era hija de Nikos Politis, conocido portero del Olympiacos, fue jugadora de voleibol y presidenta de la asociación deportiva femenina Kallipateira. Y, también una persona que se volcó con las causas humanitarias y apoyó siempre en las galas benéficas a su cuñada, Marianna Vardinoyannis, que tuvo un papel reconocidísimo como filántropa y como activista en favor de los derechos humanos.
En los años 80 y 90, Agapi (que significa amor) fue una de las mujeres griegas más fotografiadas. Era bellísima. Ojos azules, cabello castaño (que ha heredado su hija), muy esbelta, y llamaba mucho la atención, aunque eran contadas sus salidas. Su papel más importante siempre fue su dedicación a la familia: a sus tres hijos, Nikos, Pavlos y Chryssi y a su marido, Giorgios, al que calificó en una de las pocas entrevistas que ha concedido “como hombre inteligente, de voluntad fuerte, romántico y moralmente sólido. De valores”, según publicó Ta Nea, un referente de la prensa griega.
En la actualidad, después de haberse dedicado a la comunicación y de estar al frente de la empresa de publicidad Caramela, siguió un camino aún más discreto en el sector inmobiliario.