Estefanía de Mónaco acaba de cumplir 60 años. De reina del mundo a querer ser olvidada. Son 1.000 vidas y ninguna de cuento de hadas, pero es en esta última donde encaja mejor. Lejos de los focos y muy cerca de los suyos. Familia, amigos y el mundo solidario, porque la vida le ha enseñado a ser compasiva.
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Son tres hechos los que la han marcado a fuego: la muerte de su madre, Grace, el 14 de septiembre de 1982, horas después de haber sufrido ambas un accidente de coche. Al drama se unió la calumnia de hacerla responsable de su muerte. La infidelidad de su marido Ducruet, que fue noticia en todo el mundo y la llevó a encerrarse casi diez meses, aunque no le guarda rencor. Y la muerte de su padre, el príncipe Raniero, 'Papoune', en 2005, el hombre que más la protegió y le dio los mejores consejos.
Durante dos décadas, Estefanía encadenó novios y escándalos, pero fue cumplir 40 y morir su padre cuando dejó todo eso atrás. Aunque no se arrepiente. Como suele decir: "Mis errores me construyeron, me hicieron fuerte". Ahora cuida de otros, personas con necesidades, para hacerlos felices; ayuda en todo lo que puede a su hermano, el príncipe Alberto; sirve a Mónaco de corazón; es un pilar para sus hijos, a los que les dice te quiero varias veces al día, y canta nanas. La novia rompecorazones de Europa tiene dos nietas. Parece que fue ayer y cumplió 60 el 1 de febrero.
Al igual que su hermana, Carolina, no ha rehecho su vida sentimental y su mundo gira alrededor de sus tres hijos, Louis, Pauline y Camille, y sus dos nietas, Victoire y Constance
¿Qué contó a '¡HOLA!' de la muerte de su madre?
Veinte años después de la tragedia, en una entrevista exclusiva, la princesa nos decía que su madre era "el eje central de mi vida". "Nadie puede imaginar cuánto he sufrido. No solo porque perdí a mi madre a los 17 años, sino porque era la única que estaba a su lado en el momento del accidente... Cuestionar mi palabra, dar a entender que yo conducía y que, por lo tanto, maté a mi madre es, sencillamente, algo horrible. No hay derecho… No creo haber merecido todo esto. Hice todo lo posible, incluso tiré del freno de mano para detener el coche, pero realizó su salto final y, durante días, estuve entre la vida y la muerte… Estaba hecha pedazos. Tenía los dientes rotos, la lengua seccionada y la cabeza abierta. Todo en medio de un baño de sangre. Tuve mucha suerte. Un milagro del cielo".
Debut como modelo en ¡HOLA!
Nació princesa y, en sus otras vidas, ha sido modelo, diseñadora, cantante pop, perfumista, actriz, empresaria… "Confieso que he tenido una trayectoria no habitual para una princesa", nos dijo en una de sus entrevistas. En 1983, tras recuperarse del accidente, estuvo de prácticas en Dior, y en 1984 debutó como modelo en un reportaje de alta costura para ¡HOLA! En 1986, lanzó su propia línea de trajes de baño, Pool Position. Y ese mismo año alcanzó además el 'top 10' musical —vendió más de cinco millones de copias con Ouragan (Huracán), que en España se tituló Irresistible—. Ella era realmente eso: un huracán irresistible. La imagen de la libertad. Una princesa trepidante que buscaba el amor —Paul Belmondo, Anthony Delon, Rob Lowe y Mario Oliver, asesinado en 2022— mientras rompía tradiciones y marcaba tendencia como 'alteza divina'. Era atrevida y única y se comía el mundo con su figura atlética; su mirada desafiante; su imagen sexi y andrógina, remarcada por el corte de pelo a lo garçon; las cazadoras de cuero y los 'leggins' de licra, que puso de moda. Cada movimiento acaparaba titulares. Nada se le resistía y exploró mundos. Participó en seis episodios de la serie Dallas, creó un perfume, abrió una boutique en Mónaco y hasta hizo una colaboración secreta con Michael Jackson. Ese mismo año, en 1991, con su último álbum, Estefanía tuvo decepcionantes ventas… y volvió a casa.
En 1984, debutó como modelo en un reportaje de alta costura para ¡HOLA!, y dos años después, triunfó en la moda con su línea de baño y también consiguió un enorme éxito como cantante
Harta de ser rebelde
En sus entrevistas, muy escasas, siempre lanzó un grito de guerra: "¡Basta ya! de llamarme rebelde. No soy esa persona. Solo fui una chica de mi tiempo que quería divertirse. Me gustaría que me dejasen en paz de una vez, porque antes que princesa soy un ser humano. He aguantado mucho, pero ahora estoy harta. No puedo más… ¿Por qué siempre se esfuerzan en hacerme daño? No tengo nada que reprocharme. Aparte, tal vez, de seguir aquí. Yo soy una víctima al cien por cien", confesó a ¡HOLA! hace algunos años. "Estuve a punto de perderlo todo y por eso quería aprovechar la vida al máximo. Sí. Me lo han reprochado mucho... Nadie ha tratado realmente de comprender mi comportamiento, que consistía, sobre todo, en disfrutar de todos los momentos de la vida y en encontrar mi lugar. Es una pena". Y también confesó a Paris Match: "Si la gente viviera la vida de una princesa durante una semana, soñaría mucho menos. Mis lágrimas son iguales que las de todos".
Sola, como Carolina
Tuvo una vida sentimental muy agitada, pero desde hace muchos años es una princesa solitaria. Al igual que la princesa Carolina, con la que ha conseguido tener una enorme complicidad a medida que se fueron haciendo mayores, tampoco ha querido rehacer su vida. Y este es un resumen de su historia. Tras los primeros amores de juventud, que incluyen a John-John Kennedy, anunció su compromiso con Jean-Yves Lefur, fallecido el pasado año, pero acabaron rompiendo y llegó la sorpresa: Estefanía salía con su guardaespaldas y estaba embarazada. De la relación nacieron Louis y Pauline y, para legitimar a sus nietos, Raniero consintió el matrimonio en 1995, pero, a finales de 1996, se publicaron unas fotos escandalosas de Ducruet con una bailarina y Estefanía lo abandonó por infiel. Un año después, la princesa se refugió en los brazos de otro guardaespaldas, Raymond Gottlieb, padre de su tercera hija, Camille.
"Estuve a punto de perderlo todo y por eso quería aprovechar la vida al máximo. Sí, me lo han reprochado mucho … Nadie ha tratado realmente de comprender mi actitud", confesó a ¡HOLA!
Transcurridos dos años, en el 2000, Estefanía volvía a sorprender al mundo al unirse por amor a la vida nómada del domador de elefantes Franco Knie, director del circo suizo. Cambió el Rolls y el palacio por una caravana de 14 metros (bautizada como 'Palacio') y se llevó a sus tres hijos con ella. Las imágenes, publicadas por ¡HOLA! dieron la vuelta al mundo. La princesa friega, limpia cristales, cocina… hasta 2002, fecha en la que comienza su relación con el acróbata y equilibrista luso del Circo Knie, Adans L. Peres, con el que terminaría casándose en secreto, en 2003. Rompen en 2004 y se acaban los amores seriales. Desde la muerte de su padre, en 2005, Estefanía ya solo se muestra al mundo como madre orgullosa y una princesa comprometida y solidaria.
El otro mundo de Estefanía
En Mónaco, la adora todo el mundo. Es la princesa que va al súper y vive a pie de tierra cuidando de personas con discapacidad y ancianos, que sigue al frente de Fight Aids Monaco —también es embajadora internacional de ONUSIDA— y preside asociaciones como el Centro Juvenil de Mónaco y el Centro de Actividades princesa Estefanía. "Todos tenemos un papel que desempeñar en esta tierra, cada uno a su nivel. En mi caso, mi deber es estar ahí para los demás. Lo hago por amor, por convicción y porque en mi familia siempre hemos estado allí donde nos han necesitado, para nosotros es la consecuencia lógica de la educación que nos dieron nuestros padres", declaró a ¡HOLA! en una entrevista.
La princesa más tatuada
No solo es la princesa más tatuada, también es la pionera —empezó hace 40 años— y los sigue llevando casi todos con mucho orgullo. Dos delfines en el pie izquierdo, un anillo en el dedo, un sol en la muñeca, una pulsera floral, un dragón y un elefante. "Son parte de mi vida, de mi historia, de mis recuerdos. Simbolizan mis encuentros con el destino. Cada tatuaje en mi piel es una huella profunda de momentos inolvidables. Son un símbolo de libertad", declaró a Vogue. "Para cada tatuaje elegí lugares que serán los últimos en envejecer. No me gusta la idea de un tatuaje en una piel arrugada". Y es que la princesa siempre lo tuvo claro: la cirugía estética no es una opción. "Las arrugas no me asustan si son evidencia de una vida que has amado y disfrutado", afirmó cuando tenía 26 años. Y de momento ha cumplido. Es más, no lleva una gota de maquillaje.
"Confieso que he tenido una trayectoria no habitual para una princesa", dijo a ¡HOLA!
Madre Leona... y dos nietas
Es una madre entregada que vive por y para sus hijos, Louis (1992), Pauline (1994) y Camille (1998), y ahora también para sus dos nietas, Victoire (2023) y Constance (2024), las niñas de su primogénito y Marie Chevalier, con las que, como confesó a Point de Vue, "no podría estar más feliz". De hecho, esta es la imagen elegida por su nuera para señalar su 60 cumpleaños: la princesa dando el biberón a la más pequeña, nacida el 2 de diciembre. Siempre lo tuvo claro: después de años muy difíciles, tenerlos supuso un cambio radical. "Mi verdadera recuperación se la debo al hecho de haber sido madre, el trabajo más hermoso. Eso da otro sentido a la vida y a tu propia existencia", confesó a ¡HOLA!: "Es el más hermoso regalo del mundo, un regalo de Dios. Es mágico. Tengo una relación fuerte y única con cada uno de ellos". Y añadía años después en otra entrevista: "Me consuelo diciéndome que nunca se van ni muy lejos ni mucho tiempo. Mis hijos son mi orgullo, mi vida, el centro de mi existencia. Soy una madre leona, no hay que tocarlos".
Un año de aniversarios
Mónaco tiene por delante un 2025 lleno de celebraciones. En marzo, el príncipe Alberto cumplirá 20 años en el trono, y sus sobrinos Pierre y Beatrice celebran en verano diez años de matrimonio. Asimismo, Estefanía suma 20 años como presidenta del Festival Internacional del Circo de Montecarlo, considerado el más importante del mundo. La princesa ha crecido bajo la carpa. Desde la primera edición, en 1974, cuando acompañó al príncipe Raniero, a esta última edición, la 47ª, que acaba de tener lugar en la carpa de Fontvieille. "Yo debía continuar la obra de mi padre… y espero que el festival tenga una larga vida. Sé que en mi familia el relevo está ya asegurado", nos dijo hace algunos años, en un guiño a Pauline, la niña que fue intrépida domadora de elefantes y es la presidenta del jurado de Nuevas generaciones.