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El romance de Nicolás de Grecia y Chrysi Vardinogiannis se ha desarrollado en la más estricta intimidad, al igual que sus planes de convertirse en marido y mujer en un enlace que volverá a reunir a las familias reales de España, Grecia y Dinamarca cinco meses después de festejar el amor de Teodora de Grecia y Matthew Kumar. Hace solo unos días supimos que los preparativos de esta celebración no solo estaban muy adelantados, sino que iba a celebrarse de forma inminente porque el tercer hijo del último monarca de los helenos tiene todo dispuesto para pasar por el altar el 7 de febrero. Un gran acontecimiento que estaba rodeado de incógnitas, hasta ahora, cuando se han comunicado oficialmente los detalles de la primera gran boda royal de 2025.
© GTRESLa oficina de la Familia Real helena ha emitido un comunicado en el que anuncian el sitio y la hora que los novios han elegido para iniciar un nuevo capítulo en su discretísima relación. En el texto oficial se puede leer: "El viernes 7 de febrero de 2025, a las 18:00 horas, tendrá lugar en la iglesia de San Nicolás de Rangava la boda del príncipe Nicolás, ya Nicolás de Grece, con la señora Chryssi Vardinoyannis, en presencia de parientes cercanos y amigos de la familia y de los novios".
La iglesia que han elegido refleja el profundo amor que ambos sienten por Grecia, y es que se trata del templo más antiguo de Atenas. Ortodoxo de arquitectura bizantina, fue construido en el siglo XI y reparado en el siglo XVIII tras sufrir daños por una bala de cañón. Fue nuevamente reparado en el mismo siglo y restaurada en la década de 1970. Su campana sonó por primera vez en 1821 y fue guardada en una cripta especial durante la ocupación turca, que prohibía el repique de campanas. En 1933, la campana volvió a sonar, siendo la primera iglesia en Atenas en tener un campanario tras la Revolución Griega, cuando las campanas fueron nuevamente permitidas tras el fin del dominio otomano. También fue la primera en sonar tras la liberación de la ocupación alemana en 1944. Esa campana suena cada 25 de marzo para conmemorar el Día Nacional de Grecia.
© GTRESNicolás de Grecia va a casarse nueve meses después de anunciar su separación de Tatiana Blatnik (sigue manteniendo el título de princesa) y toda la familia está entusiasmada de poder acompañarle en un momento tan importante. El príncipe Pablo ha contado en la televisión local ANT1 que su hermano está feliz y no le ve nada nervioso a pesar de que queda solo una semana: "Estoy muy feliz, creo que él está muy contento y el resto se lo tendréis que preguntar a él. Me encanta estar aquí y ver que las cosas van bien”. Además, ha preferido no desvelar si será uno de los padrinos del enlace religioso.
El enlace llega tras un momento histórico con el que los miembros de la Familia Real no pueden estar más felices y orgullosos: han recuperado la ciudadanía de su país. "Con profunda emoción, después de treinta años, hemos recuperado nuestra ciudadanía griega. La ley de 1994 nos privó de ella, convirtiéndonos en apátridas, con todo lo que ello implica en términos de derechos individuales y gran sufrimiento emocional. Nuestro padre y familia respetaron plenamente el resultado del referéndum de 1974. Sin embargo, la disposición de la ley de ciudadanía de 1994, resultado del estatus político de la época, no era propia de un ex jefe del Estado griego y de una institución que servía fielmente al país. La muerte de nuestro padre marcó el fin de una era. El requisito previo para la recuperación de nuestra nacionalidad era declarar un apellido, por lo que elegimos el elegido por nuestro difunto tío, Miguel De Gréce, que era el único que nos resultaba familiar ya que nuestra familia nunca llevó apellido. Durante los años que estuvimos privados de nuestra ciudadanía, nos impulsó el deber y el honor de servir a nuestro país con lealtad y devoción desde donde estuviéramos y con todos nuestros medios. Los mismos principios seguirán guiando el rumbo de nuestra familia", dijeron,
Así es Chrysi Vardinogianni, que en unos días será oficialmente miembro de la Familia Real helena
El 16 de enero, el primo de Felipe VI y Federico de Dinamarca hizo oficial su relación con Chrysi Vardinogianni al ir juntos al homenaje que se celebró a puerta cerrada en el Palacio de Tatoi al cumplirse dos años del fallecimiento del rey Constantino. Era un romance completamente desconocido porque ambos han apostado por la máxima discreción, pero eligieron ese acto tan personal para dar un paso más, al menos públicamente, porque ella ya forma parte desde hace meses de la familia y acudió en septiembre a la boda de la que en unos días será su cuñada, Teodora de Grecia. Eso sí, fiel a su discreción, ese día no se dejó ver con su pareja, sino que llegó sola a la Catedral de la Anunciación de Santa María, en Atenas.
La futura princesa es muy conocida en la alta sociedad helena porque forma parte de una de las grandes sagas griegas del petróleo y el transporte marítimo. Es hija de Yiorgos Vardinogiannis, un empresario y magnate naviero griego, antiguo propietario y presidente del club de fútbol Panathinaikos y, por tanto, sobrina de Vardis Vardinogiannis, uno de los grandes nombres del petróleo y el transporte marítimo, habitual de la lista Forbes. Los hermanos Vardinogiannis (el padre y los tíos de Chrysi) son conocidos por haber levantado un imperio familiar, naviero y petrolero, empezando desde cero y a base de cursar estudios marítimos de forma civil o militar. La más conocida fue su tía política, Marianna Vardinogiannis, quien llegó a ser Embajadora de la UNESCO.
Esta tampoco es la primera boda para Chrysi. Estuvo casada con el cantante griego Stefanos Xypolitas, conocido como Nino, quien alcanzó la fama en el año 2003 tras concursar en el programa de televisión Fame Story. Juntos tuvieron dos hijos que ya son adolescentes y tras su divorcio ella fue relacionada con el director y actor Konstantinos Markoulakis, con quien rompió el año pasado.
