Familia Imperial Japonesa en noviembre de 2017

La igualdad de género no existe en la monarquía hereditaria continua más antigua del planeta

La discriminación de la Casa Imperial japonesa hacia las mujeres llega a las Naciones Unidas

Un representante del gobierno japonés ya ha adelantado que la norma actual 'cuenta con el apoyo público gracias a su historia y tradición'


19 de octubre de 2024 - 8:48 CEST

El Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer se reunió el jueves en Ginebra, Suiza, para revisar las políticas de Japón sobre las mujeres. Uno de los principales reclamos es que se revise el Código Civil del país, que exige que las parejas casadas tengan el mismo apellido, lo que en la práctica lleva a que sean las mujeres las que adopten el apellido de los maridos. Por otro lado, este comité también pide desde hace años que se revise de una vez por todas la Ley de la Casa Imperial para garantizar la igualdad de género, algo que en este momento directamente no existe en la monarquía hereditaria continua más antigua del planeta y que ningún gobierno japonés se ha atrevido a llevar a cabo. ¿Puede cambiar la suerte para las mujeres que nacen en la Familia Imperial?

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Balcón del Palacio Imperial(Tokio) en mayo de 2019 durante la primera aparición pública de la Familia Imperial tras la entronización del nuevo emperador, Naruhito. De izquierda a derecha, Tomohito Mikasa, las hermanas Kako y Mako, y su madre Kiko, la mujer de Akishino, hermano del emperador y príncipe heredero

Las intenciones de este organismo son buenas: un panel de 23 de expertos que revista el cumplimiento de las políticas de género en los 189 países que lo firmaron y Japón lo hizo en 1985. El fin es eliminar toda las formas de discriminación contra la mujer y corregir las desigualdades de genero, pero las recomendaciones del comité no son jurídicamente vinculantes, aunque sí han servido para impulsar cambios en las leyes como fue el aumento de la edad legal para casarse de las mujeres, de 16 a 18 años para equipararla con la de los hombres, o la abolición del período de prohibición de volver a casarse impuesto sólo a las mujeres. 

La ley vigente, creada después de la Segunda Guerra Mundial, establece que el trono tiene que ser ocupado por un varón de linaje paterno

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La lista de agravios contra las mujeres de la Casa Imperial, las que nacen dentro de la familia y las que entran por matrimonio, es larga, empezando por que solo los descendientes varones de la línea paterna de la Familia Imperial pueden llegar a convertirse en emperadores. Ya en el 2016 el informe del comité incluyó un llamamiento o una recomendación para el se revisara la Ley de la Casa Imperial, pero la propuesta fue eliminada tras la oposición de Tokio. En este 2024 y con las elecciones generales fijadas para el próximo 27 de octubre, un representante del gobierno japonés, Keiko Okada, ya ha adelantado que este no es un asunto apropiado para discutir en un comité, ya que "la norma cuenta con el apoyo público gracias a su historia y tradición". 

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Los emperadores de Japón, Naruhito y Masako, con su única hija, la princesa Aiko de Toshi

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La tristeza de Mako de Japón fue evidente durante años, al final consiguió casarse con Kei Komuro y comenzó una nueva vida en Nueva York. Su hermana, la princesa Kako, fue la única que habló en su favor, asunto que también le costó muchas críticas.

¿Qué implica la ley actual?

La ley vigente, que se creó después de la Segunda Guerra Mundial, establece que “el trono tiene que ser ocupado por un varón de linaje paterno”. Es decir, las mujeres no pueden llegar a la jefatura del Estado, aunque en el pasado hubo emperatrices reinantes por derecho propio. Esta es solo una de las muchas limitaciones que tienen las princesas dentro de un país con un machismo que empieza en las propias instituciones. Si en el gobierno japonés las mujeres son una minoría diminuta, en la Casa Imperial nacen con los días contados, ya que la normativa actual establece que las princesas deben abandonar la casa, el título, sus derechos, sus privilegios y sus funciones institucionales al casarse con un plebeyo. Una expulsión por la que son indemnizadas por parte del Estado, ya que el sistema sí reconoce que las despoja del derecho con el que nacieron.

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¡Qué difícil es ser princesa en Japón! Esta es la historia de Mako, la princesa de cuna a la que llamaban la 'Kate Middleton japonesa'. Durante años tuvo una brillante carrera dentro de la Casa Imperial y mucha proyección en el extranjero representando al emperador, pero todo cambió cuando se comunicó su compromiso matrimonial con Kei Komuro. 

 

A la inversa no pasa nada: el emperador emérito Akihito se casó con la plebeya Michiko Shoda en 1959 y ocuparon el trono 30 años después. Para ella también fue muy duro ya que la institución entonces no la aceptaba por no tener sangre real. Sin embargo, ellos se casaron y Michiko obtuvo en los años sesenta un respaldo de la ciudadanía sin precedentes al convertirse en un símbolo de modernidad y democratización. Tuvieron tres hijos (dos hombres y una mujer) que también se casaron con plebeyos aunque con diferente resultado. El príncipe Naruhito y Masako Owada hoy son emperadores; el príncipe Fumihito y Kiko Kawashima son los herederos; mientras que la princesa Sayako fue expulsada al casarse con Yoshiki Kuroda y ahora forman un matrimonio de plebeyos. Así funcionan las cosas: el linaje del varón prevalece por encima del de la mujer y ha sido así durante tanto tiempo que la Casa Imperial está en peligro de exitinción ya que durante cuarenta años solo nacieron mujeres. A día de hoy si algo le pasa al pequeño Hisahito (sobrino del emperador) no hay quien le reemplace ya que es el único varón de una generación de mujeres. 

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Mako de Japón durante un viaje oficial a Peru en el año 2019. Desde que terminó sus estudios, primero como nieta y luego como sobrina del emperador, la princesa Mako cumplió con éxito con una agenda exterior que es complicada de abordar para una Casa Imperial que cada día cuenta con menos miembros

Buscando soluciones: los conservadores preferían adoptar varones a reconocer el linaje materno

Ya en el 2004 se creó un consejo de expertos en la Ley de la Casa Imperial para debatir el futuro sucesorio al Trono del Crisantemo. Ese consejo deliberó durante un año y presentó una serie de opciones para frenar la extinción de la monarquía. Una posibilidad era permitir que las mujeres accedieron al trono, pero apostaron por soluciones a medio camino, como que las mujeres conservaran su estatus imperial con el fin de que sus hijos varones tuvieran derecho al trono. Habría sido un avance reconocer el linaje materno, algo a lo que se oponían los conservadores, que apostaban por que los hombres de la familia adoptaran niños varones, que descendieran de alguna rama lejana de la Familia Imperial.                    

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Hisahito (segundo en la línea sucesoria) nació en septiembre de 2006 y fue el primer varón en la Familia Imperial desde el nacimiento su padre, el príncipe Akishino

    

El informe, aunque no demasiado aperturista, era esperanzador y la sociedad japonesa, en su mayoría, aceptaba la posibilidad de un cambio. Sin embargo, a los tres meses de hacerse público, el documento se metió en un cajón cuando nació en 2006 el príncipe Hisahito, único futuro posible de la dinastía. Su nacimiento terminó con la posibilidad de que las mujeres de su generación accedieran al trono. La reforma de la ley se estancó pero el debate nunca se ha cerrado por completo porque es obvio que en el futuro no habría más herederos que los que el propio Hisahito engendre, pues no tiene hermanos ni primos varones, lo que supone un escenario sucesorio incierto.  Por no hablar del sinsentido que supone dejar fuera de la institución a unas mujeres a las que se ha financiado una educación al más alto nivel, todas ellas hablan varios idiomas, realizan estudios universitarios dentro del país y luego amplían su formación en alguna de las mejores universidades del mundo.  

El caso de la princesa Mako: tres años de escrutinio y castigo público

A lo largo de las últimas generaciones ha habido muchos episodios tristes que afectan tanto a las mujeres que se van como a las que se quedan viviendo dentro de un sistema inmovilista, hermético, arcaico y regido por hombres, pero quiza el más conocido por ser el más reciente es el que afectó a la princesa Mako, que ahora vive fuera de la Casa Imperial con su nombre de plebeya, Mako Komuro, porque ella también tuvo que cambiarse el apellido al casarse con Kei Komuro. Hay que recordar la princesa Mako (que es la sobrina del emperador, hija del príncipe heredero y hermana mayor de Hisahito) vivió un infierno tras anunciar su compromiso matrimonial con un compañero de clase cuando se supo que la madre de él había contraído deudas para pagar la universidad de su hijo. 

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Rueda de prensa de Mako de Japón y Kei Komuro tras su boda el 26 de octubre de 2021

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Mako de Japón se abraza a su hermana Kako una despedida antes de salir de la Familia Imperial tras su boda con un plebeyo

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La vida de princesa ha quedado atrás para Mako, ahora el matrimonio Komuro hacen una vida tranquila en Nueva York, centrados en sus carreras profesionales

A pesar de que ella iba a ser expulsada de la institución fue sometida a un intenso escrutinio y a un juicio por un sector tradicionalista de funcionarios y opinión pública que derivó en tres años de ciberacoso y ella terminó sufriendo ansiedad y estrés postraumático. Durante ese tiempo nadie la respaldó públicamente, solo su hermana, la princesa Kako, por lo que fue públicamente reprendida. Tras someterse a las reglas de la corte nipona y dar varias declaraciones en las que tuvo que asumir culpas que no le correspondían, Mako se casó en una boda sencilla y pudo marcharse a vivir a Nueva York con su pareja. De esto han pasado tres años. Dentro de la casa hay dos mujeres de su generación que serán expulsadas si deciden casarse: una es Kako, la hermana pequeña de Mako y su único apoyo, y la otra es la princesa Toshi, Aiko, la única hija de los emperadores.