El pasado sábado, 12 de octubre, mientras miles de ojos estaban puestos sobre el rey Felipe VI y su heredera, la princesa Leonor, durante el desfile de la Fiesta Nacional, a varios cientos de kilómetros del centro de Madrid, en Sevilla, la infanta Cristina tenía un compromiso ineludible que le hacía especial ilusión.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Su ahijado Fernando Möller Andrada-Vanderwilde, que ese día se casaba en una emotiva ceremonia con Sara de Eusebio, le había pedido meses atrás que fuera uno de los tres testigos de su enlace. Una petición que llenó a la hija de don Juan Carlos y doña Sofía de orgullo e ilusión. Por supuesto, no faltó a la cita.
Tal y como publicamos esta semana en nuestras páginas, doña Cristina acompañó a los novios en su gran día y lo hizo como suele ser habitual en ella, causando sensación con su look.
Con un estilo tan personal como impecable, la infanta para esta boda celebrada en la localidad sevillana de Marchena, se decantó por un look perfecto para un evento de mañana. La misa comenzaba a las 13:30 y con el cielo completamente encapotado, su mantón de manila color rosa empolvado se convirtió en el aliado perfecto para resguardarse de las bajas temperaturas.
Un complemento cargado de historia que lleva en el armario de Cristina de Borbón desde hace décadas. Al menos, es lo que se deduce de las múltiples ocasiones en las que lo ha lucido siempre con acierto.
Una de ellas, fue en 2010, durante la gala Holding Hands en Nueva York, la misma noche en la que lució el vestido de terciopelo azul marino que su hija Irene llevó a la boda de Teodora de Grecia hace apenas unas semanas.
Un conjunto que siempre aparece en el listado de mejores looks de doña Cristina y cuyo mantón no ha dejado de lucir a lo largo de los años. También fue el elegido para cubrir sus hombros durante el concierto previo a la boda real entre Federico de Dinamarca y Mary Donaldson celebrado en el Teatro Real de Copenhague, en 2004.
En cuanto a los pendientes, la infanta también rescató a otro de sus grandes aliados a lo largo de los años. Se trata de dos piezas de oro en forma de nudos que posee desde hace décadas y con lo que también la hemos visto en diferentes eventos a lo largo de los años. Una de las más recordadas fue durante la boda del príncipe Nikolaos de Grecia y Tatiana Blatnik, el 25 de agosto de 2010.
La última, de hecho, fue hace apenas seis meses. Fueron los que eligió para aderezar el conjunto de top y pantalón que llevó a la boda de José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid con Teresa Urquijo.
Completó el look, compuesto por una camisa color crudo y un pantalón palazzo color caldero, con un bolso que combinaba nácar y dorado y unos salones en color natural perfectos para cualquier ocasión.
Sin duda, una de las mujeres más elegantes de la boda.