Las críticas y la polémica les siguen golpeando de lleno y desde todos los frentes, y la sensación es que todo (o casi todo) les sale mal, y que el sueño que abrazaron, cuando iniciaron una nueva vida en EE. UU., podría estar llegando a su fin… Aunque la última palabra la tienen ellos, y no parece que se vayan a dar por vencidos. Decididos a mantenerse en el éxito y restaurar una imagen y una popularidad que han llegado a un mínimo histórico, los duques siempre han resurgido de sus 'cenizas'.
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En 2020, parecía que estaban en camino de hacerse con un imperio, pero los planes americanos no han salido tan bien como esperaban y, en el camino, aunque han batido récords con su docuserie autobiográfica y las memorias del príncipe Harry —En la sombra es el libro de no ficción más vendido en la historia—, han perdido mucho dinero, poder y prestigio.
Los duques han tenido que soportar que les llamen estafadores (por su pódcast en Spotify), mentirosos y morosos (por su Fundación), y que la prensa inglesa eche cuentas de los empleados (hasta 20 dicen) que han tenido que renunciar a trabajar con ellos. Con contratos de confidencialidad de por medio, no pueden conocerse las razones, pero, igualmente, Meghan sale muy mal parada por "arrogante y déspota". También han perdido el tratamiento de Sus Altezas Reales; tuvieron que abonar 2,8 millones de euros por la reforma de la casa en Windsor; no han conseguido protección del Gobierno del Reino Unido; han peleado en los tribunales; siguen sin conseguir una disculpa de la Familia Real… y la paz no está firmada.
El revés
A esto se suma que American Riviera Orchard, el imperio de estilo de Meghan, sigue sin despegar. El problema estaría en que la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO) rechazó su solicitud para registrar su marca, pero Markle puede apelar y buscar otras soluciones porque, según su entorno, no permitirá que este revés la desanime. Y tampoco hay que pasar por alto el otro 'escándalo' de la semana. Según publicó Daily Mail, la Fundación Archewell, que crearon en 2020, no ha declarado 3,58 millones de euros en su última declaración de impuestos, aunque no están fuera de la ley y habrá que esperar al próximo ejercicio financiero, para ver si esta cantidad aparece reflejada.
Asimismo, los últimos movimientos de Harry han sembrado muchas dudas en la prensa internacional. ¿Hay problemas entre ellos? ¿Tienen una nueva estrategia de 'negocio' y han decidido seguir cada uno su propio camino?… Desde muy joven, Harry ansiaba tener una compañera con la que trabajar y 'compartir la presión' y, hasta ahora, han sido casi inseparables, pero en las últimas semanas, el príncipe, que afianza su papel como un activista y líder global, ha asumido en solitario siete actos entre Nueva York y Londres, y un viaje a Lesoto. Que Meghan no le acompañe a Gran Bretaña ya no llama la atención. Harry lo ha dicho claramente, después de que el Gobierno les retirase su servicio de escoltas permanente: ni su mujer, ni sus hijos van a pisar suelo británico… Pero verlo tan solo y pensativo, aunque risueño, tanto en Manhattan como en Maseru, donde se le conoce como "El Guerrero", levanta sospechas. ¿Dónde está Meghan? Y ¿qué va a ser de Harry? Un príncipe sin reino, al que no espera ni su familia cuando visita Londres, como hemos vuelto a ver la pasada semana, cuando acudió a la entrega de los premios WellChild, que se celebró a pocos metros de Buckingham.
Según Netflix, hay dos nuevos proyectos. Uno con Harry (centrado en el polo), y otro con Meghan sobre "los placeres de la cocina, la jardinería, el entretenimiento y la amistad". Y según el entorno de los duques, un montón de ideas sobre la mesa. Pero, a estas alturas, son muchos los que se preguntan: ¿creen que han salido perdiendo con el cambio?, ¿se arrepienten?, ¿se sienten una Familia Real californiana?, ¿qué hay de cierto en los rumores de crisis?