Michiko de Japón, quien este mes de octubre cumplirá 90 años, ya ha sido operada de la fractura que sufrió en la parte superior del fémur de su pierna derecha debido a una caída que tuvo lugar el domingo. La emperatriz ha sido intervenida quirúrgicamente en el Hospital de la Universidad de Tokio este martes por la mañana. Aunque la cirugía ha sido un éxito, estará hospitalizada entre una y dos semanas en las que se irá viendo su evolución, según ha informado la Agencia de la Casa Imperial.
La madre del emperador Naruhito se cayó en el Palacio Imperial Sento, su residencia, el domingo por la noche, lo que le provocó un fuerte dolor en la pierna derecha. Rápidamente, fue llevada al centro sanitario, donde se la sometió a un examen que dictaminó que se había roto el fémur derecho.
La que fuera emperatriz nipona entre 1989 y 2019 ha recibido la visita de su marido, el emperador Akihito, con el que lleva 65 años casada. La última imagen juntos de los dos se produjo este fin de semana cuando estuvieron en un concierto de la pianista Michie Koyama.
Uno más de sus achaques
Este accidente doméstico se suma a otros achaques que en los últimos tiempos ha sufrido la emperatriz Michiko. En junio contrajo la covid, lo que le provocó problemas de garganta leves por los que no requirió atención hospitalaria. Hace dos años también tuvo problemas en su pierna derecha, en esta ocasión por una trombosis venosa profunda. En aquel entonces se sometió a una serie de controles periódicos para vigilar el coágulo, pero no le pusieron tratamiento específico más allá de beber mucha agua y hacer algo de ejercicio.
En septiembre de 2019, en el mismo hospital en el que ahora está hospitalizada, fue operada de un cáncer de mama, que se le detectó un mes antes durante una revisión rutinaria en su seno izquierdo. Se trató de un tumor maligno en estado 1. Ese mismo año la operaron de cataratas en ambos ojos y le diagnosticaron una anomalía en sus válvulas cardíacas que le estaba provocando problemas respiratorios.
Hace unas décadas, la salud mental de Michiko de Japón se vio deteriorada. Sufrió un cuadro depresivo que la llevó a perder la voz durante casi un año. Con posterioridad le detectaron fatiga psicológica, unida a una gastritis crónica producida por una tradición nipona y un exigente protocolo: los apretados y ceñidos cinturones de los kimonos.
Akihito y Michiko de Japón se retiraron en 2019 de la primera línea institucional tras la abdicación del emperador, con lo que subió al trono del Crisantemo su hijo Naruhito y su mujer Masako. Desde entonces, el antiguo monarca japonés y su mujer disfrutan de una vida más tranquila y con menos actos públicos. A Michiko le gusta pasear por los jardines de Palacio y contemplar las flores y los insectos así como leer en voz alta tras desayunar.