Construido entre 1858 y 1867 por Conrad Wilhelm Hase, uno de los arquitectos más influyentes de la época, como regalo de cumpleaños del rey Jorge V de Hannover a su esposa María Sajonia-Altenburgo y siempre ha sido la sede de la Casa Hannover en Alemania. Allí se casó Ernst de Hannover (padre) por primera vez, en 1981, y celebró su boda el príncipe Ernst de Hannover (hijo) con la diseñadora rusa Ekaterina Malysheva y también se ha rodado una de las series de habla no inglesa que más éxito ha tenido en los últimos meses, Maxton Hall. Con más 600 habitaciones y un inventario de 20.000 objetos de colección, el castillo necesita un director que emprenda la rehabilitación que desató la última tormenta familiar de los Hannover: la oferta de empleo ya ha sido publicada.
Aunque es un palacio de cuento de hadas rodeado por unos bosques que ofrecen un paisaje que cambia en cada estación del año, el castillo de los Hannover tiene la mayor parte de sus alas cerradas al público y afectadas por graves defectos de construcción. Aun así aseguran que la visita merece la pena y anuncian que progresivamente se irán abriendo nuevas zonas del castillo, todo a medida que avance el gran plan de rehabilitación que impulsó Ernst August de Hannover, que cedió la propiedad al Estado alemán por la simbólica cantidad de un euro a cambio de una restauración con fondos públicos de 27 millones de euros y que estiman que se prolongue hasta el 2031 siendo optimistas.
Este es un paso más en un largo camino que comenzó en el año 2018 cuando el hijo mayor de Ernesto de Hannover, en calidad de príncipe heredero y gracias a la cesión de la fortaleza que le hizo su padre en el año 2004, optó por ceder la propiedad al Estado alemán por una cantidad simbólica (un euro), tras siete años de negociaciones con el ministro de Ciencia y Cultura, Björn Thümler. Esta fue la solución que encontró para mantener un monumento cultural único, pero cuya rehabilitación resulta enormemente costosa y que con este acuerdo quedará abierto al público, seguramente en calidad de museo, pero también se exploran otras vías como la construcción de un hotel.
"Mi familia y yo seguiremos estrechamente vinculados al castillo de Marienburg en el futuro y me complace poder trabajar como presidente del consejo directivo en el gran proyecto para preservar y desarrollar este extraordinario monumento cultural", asegura el príncipe Ernst de Hannover a través de su página web. No hay que olvidar que la cesión de este castillo fue un motivo de disputa entre el padre y el hijo, ya que el todavía marido de Carolina de Mónaco no estaba de acuerdo con su primogénito y así lo hizo saber en los tribunales, que tras dos años de enfrentamiento desestimó la petición de Ernesto de Hannover de recuperar las propiedades que habían puesto en manos de su hijo alegando una "gran ingratitud".
Entre esos bienes en disputa, estaba la propiedad de Calenberg, en el municipio de Pattensen-Schulenburg; el Palacio del Príncipe Herrenhausen, donde reside su primogénito con su mujer, Ekaterina Malysheva y sus tres hijos; y la joya de la corona, el Castillo de Marienburg, la antigua residencia de verano de la dinastía al sur de Hannover.