Tras una década muy difícil, la infanta Cristina afronta con una sonrisa (y el corazón en paz) esta nueva etapa de su vida. Después de 25 años, se ha quedado sola por primera vez, aunque según su entorno, "sin tiempo para aburrirse". Trabaja a destajo y viaja muchísimo porque tiene que estar al día con los proyectos sociales que lidera en diferentes continentes y repartirse entre Juan, Pablo, Miguel e Irene.
Está lejos de los cuatro, pero pendiente de todo. No pierde detalle de sus vidas y es una madre entregada que se implica muchísimo cuidando siempre los límites. "Son sus hijos, pero tienen vida propia y nunca lo olvida", nos cuenta un amigo de doña Cristina.
Como cualquier madre, quiere que sufran lo menos posible, se preparen muy bien, se labren una carrera una exitosa y tengan una buena vida. Y para ello, los ha educado en la responsabilidad, el esfuerzo, la independencia y en la idea de que tendrán que esforzarse y abrirse camino en la vida.
No contarán con favores
Y los cuatro lo tienen muy asumido: su madre es una infanta de España, pero nada se les dará gratis y no contarán con favores por mucho que se diga... Y cuando se pregunta por los hijos de doña Cristina e Iñaki Urdangarin en los entornos en los que se mueven el fallo es unánime: cuatro chicos estupendos, educadísimos, cariñosos, con valores… Y que se ve que los padres, los dos, han estado muy presentes en el día a día porque nada es porque sí.
Doña Cristina, que nunca se apunta tantos y siempre pone encima de la mesa la dedicación y lo buen padre que es Iñaki Urdangarin, no puede estar más orgullosa. De Juan, el mayor, que trabaja con Alejandro Agag, en Londres. De Pablo, que sigue cosechando triunfos en su carrera deportiva a la vez que continúa con sus estudios de 'Sport Management', en Barcelona. De Miguel, que terminó su carrera con notazas y ahora trabaja en Madrid… Y, por supuesto de Irene, que ya está encaminada, después de un año sabático en el que hizo voluntariado y se sacó también el carnet de conducir.
Un beso y un abrazo para su madre
Las imágenes lo dicen todo. Las últimas este mismo fin de semana, en Grecia, donde la veíamos pletórica en la boda de su prima, la princesa Teodora. Una prueba más de que vive un gran momento, de que sus hijos la adoran, y que siempre tienen listo un beso y un abrazo para su madre. Barcelona, Atenas, Madrid… Londres, Oxford, donde el lunes 16 de septiembre, Irene empezó una nueva vida como universitaria.
Tiene 19 años, pero ahí estaba doña Cristina arropándola en los primeros pasos. Madre e hija juntas comprando todo lo necesario para el desembarco de Irene en la residencia donde vive y muy unidas como reflejan algunas de las fotografías en las que se ve a la infanta compartiendo confidencias con su hija, caminando de la mano y disfrutando de un almuerzo en una terraza con su hijo Juan y Juan Urquijo, el joven con el que su hija tiene una relación especial desde hace casi un año y ella conoce desde que nació.
Todos encajan como anillo al dedo
Un momento entrañable en el que bromean y se parten de risa antes de despedirse con abrazos. Es un ejemplo más. Los gestos y las imágenes tomadas en momentos diferentes evidencian la realidad y nos dicen que todos encajan como anillo al dedo. La infanta Cristina con sus hijos y como 'suegra' ideal y los hermanos unidos como una piña.
En las últimas semanas hemos visto que no es solo con Johanna, que lleva dos años de relación con Pablo, es ya una más de la familia y se nota, también con Juan Urquijo y Olympia Beracasa, dos personas muy importantes en la vida de Irene y Miguel, aunque no se les pueda llamar novios todavía.
La lectura es que no son desconocidos, que están en el círculo. En el caso de Johana y Olympia hablamos de compañeras de colegio en Barcelona y Ginebra; y, en el de Juan Urquijo, de lazos de familia y una fuerte amistad.
Una imagen vale más que mil palabras y las que publicamos en exclusiva nos cuentan que la infanta siempre se suma a los planes de sus hijos con naturalidad. Partidos de balonmano, almuerzos, cenas, celebraciones, que se lo pasa muy bien con ellos y que a sus hijos también les encanta tenerla cerca.