La que ha sido calificada como la boda real más esperada del año, por fin se ha celebrado en Atenas este sábado por la tarde. La princesa Teodora, cuarta hija de los reyes Constantino y Ana María, y el abogado estadounidense Matthew Kumar se han dado el sí quiero en una ceremonia que se ha celebrado por el rito ortodoxo. Junto a ellos han estado además de a la Familia Real griega al completo miembros de la realeza como la reina Sofía, las infantas Elena y Cristina, Juan, Miguel e Irene Urdangarin, entre otros.
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Ha sido un emotivo enlace que ha tenido como escenario la catedral de la Anunciación de Santa María de la capital del país, más conocida como la Catedral Metropolitana, y que ha estado cargada de guiños a los antepasados de la novia, quien goza de un gran linaje y tiene lazos de sangre con las Casas Reales de España y Dinamarca.
La ceremonia religiosa ha tenido cerca de las 17:00 hora española en la imponente catedral del barrio de Plaka en pleno centro histórico. Es todo un símbolo para la dinastía. En ella se casaron hace 62 años los reyes Juan Carlos y Sofía y en 1964 vivió su mayor esplendor con la unión matrimonial de los padres de Teodora. Fue la única boda de un monarca heleno que se ha celebrado en su interior. El templo ha estado engalanado con una alfombra azul, como la bandera nacional, y unos espectaculares arreglos florales compuestos por rosas blancas.
La expectación ha sido máxima y las temperaturas veraniegas de Atenas han hecho que desde minutos antes de que diera comienzo el gran acontecimiento hayan sido muchos los curiosos y vecinos que se han agolpado para ver llegar a los invitados.
El novio ha llegado feliz y muy alegre acompañado por sus seis caballeros de honor. Después, ha sido el turno de la reina Sofía, muy guapa de fucsia, acompañada por las infantas Elena, con lunares blancos, y Cristina, con un vestido turquesa, y tres de los hijos de esta última, Juan, Miguel e Irene Urdangarin. Por parte de la Familia Real danesa ha acudido la princesa Benedicta, tía de la novia y sus hijos.
El príncipe Gustav Sayn Wittgenstein, y su esposa, Carina Axelsson, quienes a primeros de mes bautizaron a su segunda hija, una niña nacida por gestación subrogada al igual que su hermano mayor. También ha ido Alexandra Sayn-Wittgenstein-Berleburg y su marido, Micahel Ahlefeldt-Laurvig -Bille. Entre los asistentes también se encontraban Christian de Hannover y Alessandra de Osma, así como Chantal Hochuli, primera mujer de Ernesto de Hannover y madre de los príncipes Ernst August y Christian. Junto a ellos la princesa Ekaterina, mujer de príncipe Ernst August.
La princesa Alexia y su marido, el arquitecto canario Carlos Morales, con tres de sus hijos, quienes residen en el municipio de Yaiza (Lanzarote) se han llevado muchos vítores. También Marie-Chantal de Grecia y sus hijos, así como el príncipe Philippos y Nina Flohr y Thomas el padre de esta última. El príncipe Nicolas ha acudido del brazo de su madre, la reina Ana María, con un vestido celeste.
La Reina viuda ha tenido muy presente a su marido llevando la misma cruz que usó en su boda y en el funeral, así como un bolso con las inicias "A" y "C" bordadas. Recientemente el hermano de Teodora de Grecia anunció su separación de Tatiana Blatnik tras catorce años de matrimonio. La bella venezolana sigue conservando su título de princesa a pesar del divorcio y aunque guarda una magnífica relación con la familia de su ex no ha ido al enlace por encontrarse escalando el monte Olimpo.
Un novia con una tiara histórica
La novia ha llegado en un todoterreno de la marca Land Rover de color gris del brazo de su hermano mayor, el príncipe Pablo, actual jefe de la Casa Real helena tras la muerte de su padre, quien ha sido el encargado de llevarla al altar. Además, han actuado como padrinos los otros hermanos de Teodora, los príncipes Nicolas y Philippos y sus sobrinas, la princesa Olympia y Arrieta Morales, hija de Alexia de Grecia, quien también es su ahijada, han ejercido como damas de honor, junto con otras cuatro chicas, todas vestidas de malva.
La prima de Felipe VI ha querido que su ‘sí, quiero’ sea todo un homenaje a la Familia Real helena y a sus antepasados y además de elegir el mismo lugar en el que se casaron sus padres, ha lucido un look nupcial cargado de guiños a las mujeres de su familia. El velo que ha acompañado su vestido de Celia Kritharioti, una diseñadora que se caracteriza por sus glamurosas confecciones, lo han usado tres reinas y tres princesas relacionadas con la Corte danesa en sus bodas.
Además de sobrina de doña Sofía, Teodora de Grecia es sobrina de Margarita de Dinamarca y dos de sus primos hermanos, Felipe VI y Federico X, son monarcas. Se trata de una delicada pieza de encaje irlandés de su bisabuela, la princesa Margarita de Connaught. Ingrid de Dinamarca, Ana María de Grecia y Mary de Dinamarca han sido las tres reinas que lo han llevado para pasar por el altar, además de Alexia de Grecia y Benedicta de Dinamarca.
También se ha desvelado otro de los grandes secretos del enlace: la tiara que la Princesa ha elegido. Al igual que su madre y su hermana mayor, la princesa Alexia, la novia ha decidido portar la diadema Khedive de Cartier, fechada en 1904. Es una pieza de diamantes engastados en platino regalo del Khedive egipcio Annas Helmi II a la princesa Margarita de Connaught, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, esposa de Gustavo Adolfo VI de Suecia y madre de la reina Ingrid de Dinamarca, quien dispuso que fuera usada por todas sus descendientes.
Teodora ha cumplido la tradición y la ha elegido como han hecho las damas de su familia durante las últimas seis décadas. Las cuñadas de Teodora, Marei-Chantal, Tatiana Blatnik y Nina Flohr, se casaron con la tiara Corsario de diamantes y perlas, que perteneció a Victoria de Suecia y a la reina Ingrid, quien se la regaló a su hija Ana María cuando esta cumplió 18 años. Para completar su estilismo, unos pendientes de diamantes que también llevó Alexia de Grecia en su boda y un bouquet de peonías blancas, perfecto para su vestido de encaje con escote bardot.
Tras la ceremonia ortodoxa, los recién casados y sus seres queridos se han trasladado al hotel de cinco estrellas One&Only en la playa de Glyfada, a menos de 20 kilómetros de Atenas, un espectacular resort al borde del mar Egeo con una decoración que evoca a la Riviera ateniense. Cuenta con villas privadas con piscina y está rodeado por 21 hectáreas de bosque protegido en el que también hay restos arqueológicos.
El domingo, en este mismo establecimiento de lujo, tendrá lugar un brunch de despedida con que se acabarán las celebraciones por el enlace de la princesa Teodora que empezaron el viernes con una cena preboda en el Museo Bizantino y Cristiano de la capital a la que acudieron sus familiares y amigos más allegados.