Tras presidir una entrega de premios en Soria, el Rey comió por sorpresa en un restaurante de carretera antes de llegar al Palacio de la Zarzuela, su residencia oficial. El lugar elegido fue el Área 103, situado en el kilómetro 103 de la Autovía A-2, a la altura de Almadrones, Guadalajara. Según nos ha contado Ana Isabel Rebollo, una de las propietarias de este negocio familiar con más de 125 años de historia, la aparición de don Felipe fue totalmente inesperada. "Hicieron una reserva por la mañana y el encargado nos dijo que pensaba que era para un político porque habían reservado también algunas mesas de alrededor para los escoltas. Yo estaba en la cafetería con mi sobrino y al verle llegar dijimos: '¡Pero si es el Rey!'", nos ha detallado.
Estaba previsto que don Felipe viajara a Soria en helicóptero, pero el mal tiempo lo impidió y finalmente hizo el trayecto en coche. A mitad de camino, hizo un alto para comer en esta conocida área de servicio que se encuentra a 125 kilómetros de Soria y 110 de Madrid.
Don Felipe tomó asiento y preguntó al camarero por los famosos torreznos del restaurante. Había oído hablar de ellos y quería probarlos. También pidió los pimientos de cristal a la plancha y una de las especialidades de la casa, el lechazo asado. De postre, fruta.
Tal y como nos ha explicado Ana Isabel, en el comedor había más personas almorzando y el Rey fue muy amable con todos ellos. De hecho, en la mesa de al lado había una señora mayor que no daba crédito a lo que estaba viviendo y don Felipe se portó de manera muy cariñosa con ella.
El Rey estuvo dos horas en el restaurante, de 14:30 horas a 16:30 horas, y antes de marcharse se hizo varias fotos con los dueños del Área 103, Ana Isabel, Antonio y Ramón Rebollo, que también es presidente de la Fundación Nipace, cuyo objetivo es mejorar la vida de los niños y niñas con parálisis cerebral de toda España.
Otras visitas reales
No es la primera vez que un miembro de la Familia Real española hace una parada en este restaurante. Según nos ha explicado Ana Isabel, la infanta Cristina también ha comido allí y hace tiempo, don Juan Carlos y doña Sofía. "Yo tengo 54 años y cuando vinieron los reyes Juan Carlos y Sofía me tuvieron a mí en brazos", ha recordado con nostalgia y lamentando no tener una foto de aquel momento.