La semana se ha tornado triste para la familia real sueca. Charlotte, esposa del hermano de la reina Silvia, Ralf Sommerlath, ha fallecido, tal y como ha confirmado la portavoz de palacio, Margareta Thorgren, que ha informado también de que el viernes se celebrará un funeral privado en su memoria, al que acudirán sus sobrinos, las princesas Victoria y Magdalena y el príncipe Carlos Felipe con sus respectivos cónyuges y, por supuesto, los Reyes, aunque para ello Silvia ha tenido que hacer una importante modificación en su agenda.
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El mismo día en que se celebrará una misa en memoria de Charlotte Sommerlath, la Reina tenía previsto recibir a Sonia de Noruega para inaugurar juntas una exposición en el centro de arte Príncipe Eugens de Estocolmo. Lamentablemente esta cita entre las dos homólogas y amigas ha sido pospuesto. La triste noticia ha sorprendido a Silvia en Berlín, donde fue recibida por el presidente alemán Frank Walter-Steinmeier con motivo del 25º aniversario de su fundación contra el abuso infantil. Desde allí se ha desplazado a la localidad belga de Kettenis, donde reside su hermano para acompañarlo en este difícil momento.
Ralf, de 95 años, es el único hermano vivo que tiene ya que perdió a Walter en 2020 y a Jörg en 2006, ambos menores que ella. Los tres han estado siempre muy unidos y así lo ha expresado también la portavoz de la casa real: "Existe un fuerte vínculo entre los hermanos y una bonita cohesión en la familia de la Reina. Se apoyan el uno al otro". Además de su viudo, despiden también a Charlotte dos hijos, Carmita y Thomas, casado con Bettina Aussems. La familia siempre ha estado muy presente en las grandes ocasiones de los Bernadotte, como las bodas de sus sobrinos o los bautizos de los más pequeños de la familia.
La reina Silvia, de 80 años, y sus hermanos son hijos del director de cine Walther Sommerlath y Alice Soares de Toledo, de origen brasileño. La esposa de Carlos Gustavo de Suecia nació en la ciudad alemana de Heidelberg y junto a Ralf, Walther y Jörg vivió en Brasil entre 1947 y 1957, cuando la familia regresó a Alemania y se instaló en Düsseldorf. Crecieron juntos hasta que Silvia conoció al príncipe heredero de Suecia en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972. Su vida cambió radicalmente, pero nunca perdió el estrecho vínculo que compartía con sus hermanos. Tanto es así que su hermano Walther, fallecido a los 86 años, dejó Italia, donde vivía para trasladarse a Estocolmo y estar cerca de ella. Igualmente cuando Jörg, que murió a los 64 años a causa de un cáncer de laringe, empeoró de su enfermedad se mudó junto a su hermana a una pequeña casa del siglo XIX ubicada a unos 50 metros del Palacio Real de Drottningholm, una de las residencias de la Familia Real.