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Digital Cover realeza© Getty Images

Carlota Casiraghi rompe su silencio tras su separación de Dimitri Rassam

La hija de la princesa Carolina de Mónaco ha hablado de su amor por la literatura, de su búsqueda de libertad y los desafíos de la maternidad


16 de septiembre de 2024 - 18:20 CEST

Tras cuatro años de matrimonio, un hijo en común y una fuerte crisis que duró meses, Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam, hijo de la actriz Carole Bouquet, pusieron fin a su historia de amor. El pasado marzo, la hija de Carolina de Mónaco fue fotografiada con el exitoso novelista francés Nicolas Mathieu, en unas imágenes que se vieron en exclusiva en la revista ¡HOLA! y en las que derrochaban complicidad. Su pasión por la literatura unió sus caminos y es ahora cuando la sobrina del príncipe Alberto ha hablado por primera vez de su separación matrimonial. 

Carlota Casiraghi© Getty Images

Carlota ha charlado con el periódico británico The Telegraph donde ha contado lo importantes que son  sus encuentros literarios que organiza junto a Chanel, la firma de la que es embajadora, y de cómo la lectura escrita por mujeres “me ha ayudado a no vivir según expectativas y juicios. Para mí, es importante liberarse de ciertos convencionalismos”, de cómo es vivir en Mónaco y formar parte de la familia del monarca monegasco o de los retos que supone la maternidad.

Desde hace un tiempo vive en Mónaco, donde ha participado activamente en la agenda oficial del Principado, y donde le resulta sencillo crear sus sesiones sobre literatura y filosofía. A pesar de pertenecer a los Grimaldi, Carlota asegura que “siempre trato de desvincularme de ese estatus de realeza”, aunque lo hace si es “importante para mi familia, pero genera presión, la gente te juzga y espera mucho de ti cuando tienes un estatus oficial. Prefiero ser libre”. 

Carlota Casiraghi, Chalene de Mónaco y el príncipe Alberto © Getty Images

La cara menos dulce de ser madre

La ‘Princesa’ insiste a lo largo de la entrevista en lo importante que es para ella la libertad y que la está buscando tras el fin de su matrimonio. Además, también pone el foco en la maternidad (además de Balthazar de cinco años, tiene a Raphaël, de diez años, fruto de su relación con el actor de origen marroquí Gad Elmaleh). “Creo que para las mujeres es un desafío tener hijos… Cualquier madre trabajadora se siente acosada y desgarrada y los hombres no lo experimentan de la misma manera. Es desigual porque pensamos constantemente en lo que estará pasando en casa, y los hombres no, ¿verdad? Antes de tener hijos, no te das cuenta de que vas a tener que luchar por tu propio espacio y creatividad”, asegura al medio británico. Aunque para ella el mejor momento del día para leer es nada más despertarse, asegura que con niños es algo “imposible” y asegura que no logra entender el interés que despierta su vida privada. "Con demasaida frecuencia estamos prisioneras de una visión de lo que es una familia, especialmente cuando la gente juzga constantemente tu vida y tus decisiones". 

carlota casiraghi getty1© Getty Images

En una de sus charlas literarias, en la que estuvo como invitada su amiga, la modelo Naomi Campbell, y la escritora Rachel Cusk, sobre quien Carlota Casiraghi confesaba que sus libros han sido para ella “una revelación”. La creadora canadiense habla de la feminidad, pero también de cómo vivió el divorcio de su primer marido. “En su estilo de escritura hay algo muy honesto y crudo y, al mismo tiempo, muy elegante e hipnótico. Siempre me asombra cómo en las situaciones más banales de la vida diaria puede plantear cuestiones filosóficas tan importantes”, explicaba sobre la literatura de Cusk y añadió que “nunca había leído algo tan intenso sobre la maternidad”. 

Carlota y Dimitri comenzaron a salir a principios de 2017, aunque eran viejos conocidos, ya que sus madres son amigas. Un año después, se anunció el compromiso y que se iban a casar. Antes, nacio su primer hijo en común y finalmente se dieron el 'sí quiero' por lo civil el 1 de junio de 2019 y semanas después, el 29 de junio de ese año, se casaron en una ceremonia religiosa en la abadía de Sainte-Marie de Pierredon, en Saint-Rémy de Provence, donde la princesa Carolina se refugió con sus tres hijos tras la trágica muerte de su marido, Stefano Casiraghi.