Están siendo unos días muy especiales para Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett. Tras seis años, la princesa y su prometido se darán el 'sí, quiero' este mismo sábado, 31 de agosto, en el fiordo de Geiranger.
Sus altísimas montañas e impresionantes cascadas se convertirán en el marco de excepción de su esperada boda, un acontecimiento del que ¡HOLA! y HELLO! tienen todos los detalles, en exclusiva.
Aunque, como ya informamos, las celebraciones comenzaron el pasado jueves con una fiesta meet&greet -y ayer disfrutaron de un paseo en barco y una nueva fiesta preboda-, ha llegado, al fin, su gran día.
La hija de los reyes Harald y Sonia de Noruega y el chamán pondrán así el broche perfecto a su bonita historia, que no ha estado exenta de obstáculos. No sólo por el trabajo del novio, sino, también, por su origen étnico, ya que es el primer hombre negro que se convierte en miembro de una Familia Real europea.
Pero el amor todo lo puede, y ellos mismos nos han contado cómo surgió su increíble historia.
"Estábamos destinados a conocernos antes de nacer"
A simple vista, podría parecer una historia que empezó a escribirse como tantas otras. Una pareja que se conoce gracias a una amiga en común (en este caso, Millana Snow, gurú de la salud y el bienestar de Hollywood). Pero, quizá, lo que no podía imaginar la princesa es que el suyo sería un flechazo extraordinario.
"Después de una sesión de sanación, me dijo que la única vez que había sentido niveles tan intensos de energía había sido con el chamán Durek", recordaba Marta en ¡HOLA!
Millana tenía claro que debían conocerse, pero pasaron unos meses antes de que se produjese el encuentro entre ambos. "Cuando Millana me dijo que Marta era una princesa, me asusté. Había tenido relaciones en las que la gente me hacía responsable de su felicidad y, por eso, decidí centrarme en Dios. Quería que mi vida consistiera en ayudar a la gente, a través de mi trabajo. Entonces un amigo me dijo: '¿Y si ella es la persona que estabas esperando?'. Así que invité a Marta a comer a mi casa de Hollywood Hills. Mi asistente me dijo que debería llevar traje, pero yo no soy así: soy de vaqueros rotos, camisetas rock’n’roll, kimonos y botas vaqueras, así que eso es lo que me puse".
"En cuanto abrió la puerta, sentí como si saludara a un viejo amigo. "Ya te conozco", le dije, a lo que él respondió: "Sí, estábamos destinados a conocernos antes de nacer". Entonces puse los ojos en blanco, pensando que era un tipo más de Los Ángeles. Pero cuando hizo una sesión de energía para un amigo íntimo, Durek dio en el clavo y entonces supe que era el auténtico".
Comenzaron entonces una amistad a distancia. Marta y Durek se intercambiaban poemas y quedaban durante sus viajes a Nueva York y Londres. Entre compras y paseos a orillas del Támesis, iba forjándose, poco a poco, su relación. De hecho, Durek, nos confiesa que, al principio, él quería "una amistad platónica".
Habían crecido en mundos muy diferentes, por lo que "quería asegurarme de que, si íbamos a estar juntos, fuera por las razones correctas, que su condición de princesa no tuviera nada que ver y que sentáramos bien las bases".
Sin embargo, el corazón no entiende de universos ni de títulos, y se dieron cuenta de que, con el paso del tiempo, entre ellos estaba surgiendo algo más… Se estaban enamorando. Seis meses después de conocerse, se daban su primer beso. "Estábamos sentados en mi casa de Los Ángeles, mirándonos fijamente", nos decía Durek. "Entonces los dos nos inclinamos hacia delante y fue realmente precioso... luego nos volvimos a besar".
Marta Luisa había encontrado a su "llama gemela". "Cuando pensé en pedirle que se casara conmigo en Disneyland, que nos encanta, me llamó para decirme que no lo hiciera", nos relata Durek. "También lo supo cuando yo consideraba hacerlo en un yate en Turquía, o en el Lake Tahoe. Entonces descubrí cómo podía bloquearla: lo hice pensando en cinco sitios a la vez".
Así que en junio de 2022, con la campiña californiana de fondo y bajo la sombra de un roble, se arrodilló ante ella: "pero lloraba tanto que apenas me salían las palabras. Me dolía la espalda y me quedé clavado en el suelo, así que ella tuvo que ayudarme a levantarme".
El cálido acogimiento de la Familia Real
Los reyes Harald y Sonia dieron una cálida bienvenida a Durek. "Me encanta la Navidad y recibía bonitos pañuelos de bolsillo y cárdigans de punto de la familia", recordaba en nuestras páginas. "La familia de Marta ha sido muy comprensiva y cariñosa. Siempre me siento seguro y puedo hablar con ellos de cualquier cosa. No puedo exponer nuestras conversaciones privadas, pero tiene un padre y una madre muy sabios. Y mi futuro cuñado (el príncipe heredero Haakon) ha hablado de lo privilegiado que es el tenerme en su familia, lo cual es realmente conmovedor".
Las tres hijas de Marta, Maud Angelica, Leah Isadora y Emma Tallulah, fruto de su primer matrimonio con el escritor Ari Behn -fallecido en 2019-, eran una prioridad para Durek, desde el primer día. "Saliendo con una mujer con hijos, tienes que ser responsable. Si no funciona, no es justo para ellas. Quería asegurarme de que nos llevaríamos bien, así que pasé tiempo con ellas. Las llevé a los estudios Universal de Los Ángeles, y se las presenté a mi familia. A medida que las iba conociendo, a ellas y sus diferentes personalidades, era como ver elementos de Marta. Ha costado años crear confianza y una relación que es la nuestra. Como pareja, nuestra prioridad son los niños. Creemos en ser padres prácticos, ellos siempre son lo primero".
Ahora, con su esperada boda, Durek será, oficialmente, un miembro más de la Familia Real noruega, y sellará, al fin, su relación con la princesa "ante el universo".