La boda de Marta Luisa de Noruega y el chamán Durek Verrett, que será la gran exclusiva mundial en ¡HOLA! y en su publicación hermana HELLO!, será el triunfo del amor. Los contrayentes han elegido el espectacular fiordo de Geiranger, uno de los lugares más turísticos del país, para su boda. Es su forma de poner en valor la exuberante naturaleza Noruega y estos profundos golfos y valles tallados por la acción de los glaciares. Así lo expresaron en septiembre de 2023, cuando se anunció la fecha de su boda: “Geiranger es conocida por su espectacular fiordo y sus montañas. Está en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y representa la rica cultura y belleza natural de Noruega. Estamos muy felices de celebrar nuestro amor en el hermoso entorno de Geiranger. Significa mucho para nosotros reunir a nuestros seres queridos en un lugar tan rico en historia y experiencias intensas de naturaleza. Geiranger es el lugar perfecto para abrazar nuestro amor”. Un entorno idílico donde reunirán a todos sus seres queridos, includia la Familia Real al completo que se alojará durante el tiempo que dure la celebración en el barco real Norge, que ha acompañado al rey Harald durante sus 87 años de vida, y que te mostramos a continuación.
El Norge es uno de los dos barcos reales que quedan en el mundo después de que el yate real de Isabel II de Reino Unido, el Britannia, fuera desmantelado en 1997. Además del barco real noruego, la otra nave que está en activo es el Dannebrog, la embarcación de Federico y Mary de Dinamarca que este verano han usado, por ejemplo, en su visita de este verano por Groenlandia.
La historia del barco real del rey Harald está intrínsecamente unida a él. Se construyó en 1937, en el mismo año en el que nació el monarca, aunque el yate no siempre ha pertenecido a la monarquía escandinava. Cuando en 1905 se produjo la disolución entre Noruega y Suecia, el Gobierno noruego ofreció al príncipe Carlos de Dinamarca el trono. La oferta contemplaba “un yate equipado para usarlo cuando lo deseara, a expensas del Estado”. Tras un referéndum, en el que una gran mayoría de los ciudadanos votó a favor de la monarquía, aceptó convertirse en Rey bajo el nombre de Haakon VII (abuelo del rey Harald). Sin embargo, la situación económica en Noruega poco después del fin de la unión era tal que el entonces soberano no reclamó ningún barco propio.
Después de la Segunda Guerra Mundial surgió de nuevo la cuestión de dotar al jefe del Estado de un barco real independiente. A través de un llamamiento que se hizo público en los periódicos del país, se animó a todos los noruegos a hacer un regalo público al Rey con motivo de su 75 cumpleaños y se pensó en que un barco sería lo más acertado. Finalmente, en julio de 1947 se compró el barco británico Philante por 1,5 millones de coronas noruegas ( lo que serían unos 130.000 euros de la época). El Philante fue construido en 1937, año de nacimiento del actual rey Harald, para el fabricante de aviones británico Thomas Sopwith. En aquel entonces era una de las embarcaciones más grandes del mundo y este magnate lo usó como base para sus barcos de regatas. El nombre del navío deriva de los nombres del propietario y de su esposa: Phyllis y Thomas.
Barco de guerra antes que barco real
El pasado del Philante es apasionante y cuando estalló la Segunda Guerra Mundial fue usado por la Marina británica. Se usó como barco de escolta de convoyes a través del Atlántico, mientras que a partir de 1942 pasó al servicio como buque escuela. En 1946 fue devuelto a Thomas Sopwith y al año siguiente vendido a Noruega.
Antes de que Haakon VII lo recibiera como regalo se sometió a una profunda reconstrucción y renovación. El trabajo del interior, con el arquitecto Finn Nilsson, fue particularmente arduo y extenso. El 17 de mayo de 1948, Día Nacional de Noruega, el comandante de la nave, el capitán Christian Monsen, pudo izar el banderín de mando por primera vez y el 9 de junio se le entregó al monarca con el nombre de Norge.
Una vez en posesión del monarca, el rey Haakon lo usó en viajes que hizo a lo largo de la costa noruega y en aguas más lejanas. En junio de 1955, Haakon VII navegó en él por última vez. El rey Olav, padre de Harald, se hizo cargo del Norge tras la muerte de su padre en 1957. Se sometió a una inspección y se hicieron unas obras para mejorar el casco y el equipamiento. Siguiendo la tradición de su padre, Olav usó el barco tanto de forma privada como oficial.
El incendio que casi acaba con el 'Norge'
En 1985 tuvo lugar uno de los episodios más difíciles del Norge. Mientras se encontraba siendo reparado en el astillero Horten, se produjo un incendio mientras se le estaban realizando unos trabajos de soldadura. El fuego se propagó rápidamente por todo el barco que quedó completamente calcinado. Afortunadamente, ni el casco ni el motor habían sufrido daños graves. El soberano tomó la decisión de que debía ser reconstruido. Nuevamente, se volvió a contar con los servicios del arquitecto Finn Nilsson que lo recuperó y lo mejoró, ya que aumentó su capacidad técnica y su seguridad.
Olav de Noruega fue propietario del Norge hasta que en 1991 murió, momento en el que su hijo, el actual rey Harald, pasó a ser el nuevo propietario. El soberano noruego es el dueño del buque, pero una resolución real de 1947 estipula que debe ser tripulado, operado y mantenido por las Fuerzas Armadas del país. En temporada alta cuenta con una tripulación de 50 personas y en invierno su plantilla se reduce a la mitad. Las tareas de los marineros son de vigilancia y mantenimiento. En el mes de febrero ingresan en él nuevos reclutas que reciben formación teórica y práctica de cara a la próxima temporada.
La Familia Real usa activamente el barco real tanto para viajes oficiales dentro como fuera del país o como base cuando el monarca se encuentra en regatas internacionales. La vela es una de las grandes pasiones del rey Harald.
El funcionamiento del barco lo marca el Rey, que inicia el inicio y el final de la temporada de navegación con una visita. La temporada de verano abarca desde mediados de mayo y hasta finales de septiembre. Además de para su tiempo libre, los Reyes noruegos lo usan en sus desplazamientos internacionales y en giras por los condados y visitas de Estado. Los príncipes Haakon y Mette-Marit también han viajado en él.
Este Palacio flotante, con tanto significado para la Familia Real, también ha sido testigo de la historia reciente de la monarquía como fue el ascenso al trono de los reyes Harald y Sonia, en 1991, o el 60 cumpleaños de la pareja real que se celebró a bordo en 1997 con miembros de la realeza europea. El Norge volvió a ser la base de la Familia Real durante la celebración del 25º aniversario de Harald y Sonia como Reyes en 2016 y ahora servirá de 'hotel' durante las celebraciones por la boda de la princesa Marta Luisa y Durek Verrett.