La Princesa de Asturias dice adiós a una etapa breve pero inolvidable en la Academia General Militar de Zaragoza. La heredera al trono ha puesto fin diez meses de formación en el Ejército de Tierra con la ceremonia de entrega de reales despachos de empleo en la Academia General Militar de Zaragoza. Un día muy significativo para la princesa Leonor, que ha recibido de manos de su padre, el rey Felipe VI, el nombramiento de dama cadete alférez y le ha hecho entrega de la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, y en el que también ha contado con el apoyo y cariño de su madre, la reina Letizia, y su hermana, la infanta Sofía.
Ha sido un acto lleno de instantes muy emotivos, como el cariñoso abrazo entre padre e hija y su afectuoso apretón de manos tras nombrarla dama alférez cadete y entregarle la Gran Cruz del Merito Civil, así como las miradas de orgullo de su madre y su hermana, quienes han podido felicitarla y se ha fundido en un emocionado abrazo. Los gestos, las miradas y las sonrisas no podían ocultar la satisfacción de toda la Familia Real al ver los logros conseguidos por la heredera al trono tras concluir su primera etapa en el Ejercito. A diferencia de otros actos en los que han estado más contenidas, doña Letizia y la infanta Sofía han mostrado su entusiasmo e incluso su hermana ha aplaudido al verla y se ha abrazado a ella.
La infanta Sofía, como su gran aliada, no ha perdido detalle de cada momento de la ceremonia -como la gran hermana que es la apoya, está pendiente y aplaude cada paso que da la princesa Leonor- y sabía que hoy era un día clave para ella en las Fuerzas Armadas. Para este acto, celebrado en el Patio de Armas de la Academia Militar de Zaragoza, ha elegido un vestido asimétrico de rayas marineras de Hugo Boss con un guiño a su hermana, que proseguirá su formación militar en la Escuela Naval Militar de Marín y a bordo del Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano. Por su parte la reina Letizia ha lucido un favorecedor vestido con estampado de ramilletes de flores de la firma Maje, que ha combinado con sandalias planas debido a la fractura de una falange proximal del dedo central del pie derecho.
Leonor se despide de esta breve pero intensa etapa en Zaragoza, donde ha vivido momentos duros en el campo de entrenamiento, pero también muy felices. La Princesa de Asturias afronta esta jornada con una mezcla de sentimientos, por un lado está la alegría de haberse convertido en alférez cadete del Ejercito de Tierra y por otro, la tristeza por despedir a sus compañeros, con los que ha forjado una gran amistad. Junto a ellos entonó el himno de La General y cuando el Rey ha dicho la frase rompan filas, las gorras de todos han volado hacia el cielo para clausurar el acto.