La princesa Leonor ha puesto fin este miércoles a su formación en el Ejército de Tierra con la ceremonia de entrega de reales despachos de empleo en la Academia General Militar de Zaragoza. La heredera al trono ha recibido de manos de su padre el Rey el nombramiento como dama alférez cadete y la imposición de la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, ante la atenta mirada de su madre, la reina Letizia, y de su hermana, la Infanta Sofía. Ha supuesto el culmen a diez meses en la capital aragonesa, los primeros de los muchos pasos que aún le quedan dentro de las Fuerzas Armadas. Un curso que ha estado marcado por la exigencia, la disciplina, las maniobras más duras en cualquier circunstancia, la jerarquía y, también, los valores, el compañerismo y una pandilla de amigos que lo serán para siempre.
El patio de La General, como se conoce popularmente en la Academia Militar, ha vuelto a ser escenario de un acto solemne de la hasta ahora dama cadete Borbón Ortiz. En este mismo lugar juró la bandera el pasado octubre, dando un beso a la enseña nacional y comprometiéndose con España aun a costa de su propia vida, en una jornada en el que lució uniforme de época y que estuvo presidida por los Reyes.
Minutos antes de las 11:30 horas, ha llegado la Familia Real a la Academia. También han hecho acto de presencia la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, así como el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, el teniente general Amador Enseñat y Berfeas. Precisamente la región quiso condecorar a finales de mayo a Leonor con la entrega de la Medalla de Argón, la Medalla de las Cortes y el título de Hija Adoptiva de Zaragoza por “su especial sensibilidad por esta tierra”. Una jornada donde estuvo muy emocionada y en la que se mostró tremendamente agradecida. “Gracias Zaragoza. Gracias Aragón. Gracias a todos los que habéis hecho posible que en este tiempo me siente una aragonesa más, una mañana más. ¡Gracias!”.
Tras el saludo a las autoridades, la ceremonia ha comenzado tras los honores a los Reyes, la interpretación del Himno Nacional y 21 salvas de cañón. Acto seguido, el monarca ha pasado revista a las tropas y se ha trasladado, con la Reina y la infanta Sofía, a la tribuna real. Por su parte, la princesa Leonor se ha situado en un lugar destacado, pero esta vez entre sus compañeros. La Princesa ha llevado uniforme militar caqui de manga larga y gorra de plato (es la primera vez que lleva esta prenda de cabeza, ya que hasta ahora siempre ha usado la boina grancé ) como los otros 259 compañeros de quinto curso que han obtenido el despacho de tenientes. El resto de cadetes han vestido los trajes de época. Hay que recordar que la carrera formativa de Leonor en los Ejércitos tiene un currículo especial por su condición de heredera. La Princesa ha hecho dos cursos en uno. Comenzó primero y, tras el juramento de la bandera, se incorporó a segundo.
El nombramiento de alférez supone un ascenso para Leonor de Borbón y está regulado a través del Real Decreto 646/2024 de 2 de julio "en atención a las circunstancias que concurren en su alteza real la Princesa de Asturias" a propuesta de la ministra de Defensa, y previa deliberación del Consejo de Ministros. Su nuevo despacho adquiere un significado especial por tratarse del primer empleo que adquiere como oficial: la ansiada estrella de seis puntas. Su obtención alcanza un mayor grado de responsabilidad, ya que a partir de ahora, los nuevos alféreces tendrán que participar activamente en la formación de sus compañeros de cursos inferiores.
Tanto la Reina como su hija menor han optado por llevar vestidos para esta ocasión. Doña Letizia ha estrenado un diseño floral de manga corta y volantes, mientras que la Infanta se ha decantado por uno blanco con rayas. El acto ha sido abierto por el arzobispo castrense. En primer lugar, el Rey ha nombrado a Leonor dama cadete alférez y la ha hecho entrega de la gran cruz del Mérito Militar. Acto seguido le ha dado un emocionante abrazo. La Princesa ha salido de la formación, entre una gran ovación y se ha dirigido a la tribuna real,donde se ha fundido en otro gran abrazo con su madre y su hermana. La ceremonia ha continuado con la entrega de despachos a los siete mejores de las promociones del Ejército de Tierra, infantería, caballería, artillería, ingenieros, transmisiones, aviación, y la Guardia Civil. Durante el resto del acto, la heredera al trono se ha colocado a la derecha de su padre y ha estado intercambiando comentarios con él.
Los recuerdos de don Felipe
Este acto seguro que ha traido recuerdos a don Felipe quien hace 38 años, en 1986, recibió en este emblemático patio y de manos de su padre su despacho de caballero alférez cadete de Infantería y la gran cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco, el mismo que ya tiene su hija mayor. El objeto de esta condecoración es recompensar a los miembros del Ejército y la Guardia Civil y otras personas civiles tras la realización de acciones y hechos o la prestación de servicios de destacado mérito. La Gran Cruz es una placa abrillantada de ráfagas en oro, con la cruz del color correspondiente en el centro, orlada de dos leones y dos castillos en plata, proporcionales al conjunto. La banda, de seda, tiene los mismos colores que la cinta de la que penden las cruces, uniéndose en sus extremos con un lazo de la misma cinta, del que penderá la veneración de la Gran Cruz timbrada de corona real, en oro, y sujeta a la banda con un aro dorado. La que recibe Leonor es con distintivo blanco y se concede por méritos, trabajos, acciones, hechos o servicios distinguidos, que se efectúan durante la prestación de las misiones o servicios que ordinaria o extraordinariamente sean encomendados a las Fuerzas Armadas o que estén relacionados con la Defensa.
En último lugar, el director general de la Academia Militar, Manuel Pérez López, ha hecho su alocución en la que se ha referido a la dama alférez cadete Borbón Ortiz: "Os vamos a echar de menos. Habéis dejado huella entre vuestros compañeros" ya ha destacado que se lleva "una gran mochila de experiencias, valores, conocimiento, amistad y compañerismo" en los que ha crecido como persona y conoce mejor y valora al Ejército de Tierra y la vida militar. A la vez ha aprovechado la ocasión para sentirse honrado de haber contribuido a la formación de la princesa Leonor. Tras esta intervención, ha sido el turno del homenaje a los que dieron su vida por España y los alumnos han entonado el himno de La General, uno de los símbolos de unión entre ellos. Otro de los grandes momentos ha sido cuando el Rey ha mandado romper filas y todas las gorras han salido volando hacia el cielo. La Princesa se ha desplazado a donde estaban sus compañeros de segundo curso para seguir junto a ellos el final del acto.
Esta es la segunda vez en los últimos días que vemos a la princesa Leonor en público. El pasado 19 de junio, día en que acababa el curso en la Academia de Zaragoza, participó junto a los Reyes y la infanta Sofía en los actos con motivo del décimo aniversario de Felipe VI como Rey, con los que se inició una nueva etapa en el reinado. Después, la heredera al trono se fue a Jaca donde ha disfrutado de las fiestas patronales en honor de Santa Orosia y San Pedro, donde bailó a ritmo de pop español, compartió la alegría de sus peñas y se montó en los coches de choque.
La próxima semana, la princesa de Asturias vivirá momentos inolvidables con los actos derivados de la entrega de los premios princesa de Girona (9 y 10 de julio) y el debut de su primer viaje oficial al extranjero en solitario, que será el 12 de julio a Portugal, por invitación expresa del presidente Marcelo Rebelo de Sousa, con quien los Reyes tienen una estrecha relación. A finales de mes se espera que esté junto a la Familia Real en Mallorca y antes de que acabe agosto seguirá con su formación castrense en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra) como alférez de fragata para comenzar con sus estudios dentro de La Armada.