Pocas instituciones tienen una naturaleza tan jerárquica como la monarquía: el orden de nacimiento lo determina todo. Hay un tiempo, durante la infancia, en el que estas diferencias se notan menos desde el punto de vista institucional y público. Sin embargo, la mayoría de edad de un heredero o heredera lo cambia todo. El papel, la responsabilidad, las obligaciones o los derechos se redistribuyen por completo y entonces la casa real comienza a cambiar. El caso de la princesa de Asturias, que juró la Constitución el pasado octubre, es el de una incorporación a la vida institucional muy cuidada, medida y pensada con cariño.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Es posible que un rey se encuentre en la plenitud de su reinado, pero a partir de los dieciocho el vuelo de su sucesor o sucesora es imparable. La celebración por el X aniversario de la proclamación de Felipe VI ha confirmado lo que viene sucediendo desde el 2018 en la monarquía española, que los reyes están totalmente volcados en la preparación de la princesa Leonor y también de la infanta Sofía. Si el soberano celebró sus 50 años entregándole el Toisón de Oro a la princesa de Asturias, ahora, tras una década en el trono comparte con ella todo el protagonismo de un papel para el que le queda un largo camino.
Don Felipe y doña Letizia sabían desde el principio que una de sus labores más importantes era preparar el relevo del soberano y así, cuando la princesa Leonor ha alcanzado la mayoría de edad, se ha incorporado estando en periodo de formación pero siendo ya un activo para la monarquía. Está claro que llegará un momento en el que la princesa de Asturias tenga que tomar sus propias decisiones y establecer un rumbo propio, pero, de momento, su padre le está dejando un espacio generoso en el que "entrenarse" sin riesgos.
Otros casos y otras casas
Cada monarquía y cada país tiene sus circunstancias, pero, en general los actuales soberanos de Europa siguen esa línea, aunque cada uno tiene sus circunstancias. Por ejemplo, Ingrid de Noruega todavía no es la princesa heredera, Amalia de los Países Bajos ocupa un lugar en el consejo de Estado pero no tiene exigencia militar y la formación de Christian de Dinamarca está siendo muy supervisada por su abuela, la reina Margarita, en el trono hasta el pasado enero.
El tema de los reyes y los herederos, de los primeros y los segundos, se comentó mucho desde que un príncipe de cuna reveló como le había afectado a nivel familiar su posición jerárquica. Fue el príncipe Harry el que contó las fricciones que surgieron en la casa Windsor cuando él y su hermano, el príncipe Guillermo, quisieron emprender una agenda propia, tenían que estar pero no demasiado, tenían que abrirse un hueco en la vida pública pero sin opacar a su superior jerárquico, Carlos III, que todavía tenía por delante un largo camino al trono.