Nada se mueve en la alta sociedad británica -y en buena parte internacional- sin que Royal Ascot sea testigo de ello. Mientras los ilustres asistentes al hipódromo, con los sombreros y tocados más elegantes -e incluso extravagantes- no quitan ojo a los caballos ganadores a través de sus prismáticos, se nos presenta la ocasión perfecta para analizar sus movimientos, pasar lista y, en definitiva, no perder detalle de la radiografía de la aristocracia y la realeza que arroja cada jornada de este torneo. Este viernes entre los Windsor que han acompañado a los reyes Carlos y Camilla, estaba Peter Phillips que ha ido por primera vez acompañado de su novia, Harriet Sperling.
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La pareja ya se ha dejado ver en otra competición hípica desde que se conoció su relación el pasado mes de mayo, pero este no es un evento hípico cualquiera. Es una presentación en sociedad en toda regla para la que la enfermera del servicio público de salud de Reino Unido ha escogido un elegante vestido rosa palo de Beulah London rematado con un sombrero de Nicola de Selincourt, el atuendo indispensable para esta cita. Peter y Harriet se han mostrado pletóricos, haciendo las debidas presentaciones y muy cariñosos en todo momento.
Acudir juntos al hipódromo de Berkshire era el siguiente paso natural después de que Harriet ya conociese a las hijas de su novio, Savannah e Isla, nacidas de su matrimonio con Autumn Phillips, y a su hermana Zara en otra carrera de caballos en Glouscestershire hace unas semanas. Sus movimientos apuntan a que su relación se consolida a buen ritmo, ya que salió a la luz solo un mes después de que el sobrino de Carlos III anunciase de forma inesperada su ruptura con Lindsay Wallace después de tres años juntos.
En Ascot han coincidido, además de con los Reyes, con su prima Beatriz de York, que ha ido acompañada de su marido Edo Mapelli Mozzi y con la que han estado charlando muy animadamente, y con Lord y Lady Frederik Windsor, el hermano y la cuñada de Lady Gabriella, cuya reaparición pública hace tan solo unos días ha sido otra de las buenas noticias que nos ha dejado esta edición de Royal Ascot. Era la primera vez que la hija de los príncipes Michael de Kent acudía a un evento desde que enviudó el pasado mes de febrero. Con una sonrisa y muy serena después del duro golpe sufrido, ha estado arropada por la familia real británica en esta vuelta a la escena social tan esperada.
La del Rey o ha sido una reaparición, pero sí una nueva declaración de intenciones. Incondicional de esta cita desde el primer día, Carlos III, espléndido con su sombrero de copa, ha vuelto a repartir saludos y sonrisas junto a la reina Camilla encantado de recuperar ese espacio social y público que había perdido debido al tratamiento contra el cáncer en el que, no obstante, sigue inmerso, aunque con buen pronóstico a juzgar por su creciente actividad. Hace ya semanas que retomó su agenda y no ha querido dejar pasar una cita tan ligada a los Windsor. Su presencia lanza un mensaje claro: el monarca está de vuelta. Por el contrario la ausencia de Kate Middleton reafirma lo que ella misma expresó hace una semana en el mensaje con el que anunció su reaparición en el Trooping the Colour. Su regreso era puntual y aun se encuentra a mitad de camino en su recuperación. Sí han estado, sin embargo, sus padres, demostrando que su vínculo con el príncipe Guillermo y la familia real continúa intacto. Kate no ha podido este año deslumbrar en Ascot, pero el apellido Middleton sí lo ha hecho.