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De reinas a princesas: ¿Quién hace la mejor reverencia?

En sus tiempos, cuando tenían agenda oficial, las infantas de España, Elena y Cristina, También eran ejemplo de cómo hacer una buena reverencia


28 de noviembre de 2023 - 8:00 CET

Reinas y princesas han tenido que aprender el arte de la reverencia y todas, incluida Victoria de Suecia, princesa de sangre, han sido entrenadas detrás de escena para conocer el ceremonial. Se necesitan tiempo para dominar las reglas. Y no sólo es saberse las normas, abrazar siglos de tradición, genealogía y memoria, es llegar a conseguir la “gracia real”. Desde el orden de precedencia, al protocolo en los banquetes de estado, a cómo bajarse de un coche. Desde cómo dar un beso y recibir un ramo de flores al “entrenamiento” de su postura corporal: hombros, manos, barbilla, espalda, piernas (inclinadas hacia la derecha o hacia la izquierda) … Aunque el gesto “real” que más atención despierta sigue siendo el de la genuflexión partiendo de que solo se hace una reverencia a alguien de mayor rango. Y hay tres reglas: todas se inclinan ante Reyes -incluidas las niñas a partir de los cinco seis años-; una reina nunca dobla las rodillas y una alteza real tampoco se inclina ante otra.

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Sobre estas líneas, la princesa Mary de Dinamarca y la reina Letizia

Reglas para todas

Las cinco princesas herederas consortes, Matilde, Mette-Marit, Máxima, Mary y Letizia empezaron su camino en las cortes de Europa inclinándose ante Reyes y pasando el primer gran examen de protocolo tanto en las vísperas de las celebraciones de sus matrimonios, como en el día de sus bodas, en besamanos que fueron auténticas cumbres reales. Con una diferencia para la ahora Reina de España, que hizo su debut en Copenhague como futura princesa de Asturias.

Ese fue el inicio y el recorrido durante años hasta que en 2013 llegó el primer cambio con Máxima de los Países Bajos, la primera princesa heredera consorte que llegó al trono. Esa fue la parte más “chocante”. Doña Letizia recibiéndola en Madrid con una genuflexión. O Mary en Dinamarca inclinando la rodilla hasta el suelo… O Isabel II recibiéndola con un beso.

Mary la mejor: “Federico me enseñó a hacer mi primera reverencia”

La genuflexión cuando es buena de verdad requiere músculo y equilibrio. Parece sencillo, pero es una ejecución de segundos que requiere mucha práctica. Con la espalda recta, la cabeza erguida y sin perder el contacto visual centras el peso en el pie izquierdo, colocas el derecho de punta y alineado detrás del izquierdo y al mismo tiempo doblas la rodilla izquierda y vuelves a levantarte con los pies paralelos entre sí.

Princesas reverencias© GettyImages
Princesas reverencias© GettyImages

Antes de convertirse en princesa, Mary recibió clases de cómo hacer la inclinación perfecta con tacones altos. Aunque previamente ya había tenido otro maestro, el propio príncipe Federico que llama a su mujer Maz. Lo contaron en una entrevista hace algunos años. Fue así:

Federico: “Ah, mañana viene mamá a tomar el té”.

Mary: ¿Qué? Ya sabes, necesito prepararme para esto. No es simplemente… ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer? En realidad, fue bastante entretenido porque Federico me enseñó cómo debía recibirla con una reverencia. Así que fue muy gracioso verlo…”

Federico: Yo tenía que hacer la reverencia. “Así es como te inclinas”.

Ninguna ha doblado o dobla la rodilla como ella. Casi hasta el suelo, lo que significa que se agacha casi medio metro. Lo volvimos a ver este mismo mes durante la visita de estado de los Reyes de España a Dinamarca y, también lo dicen los expertos. Una reverencia de la princesa heredera de Dinamarca no es para todas.

Sólo hay que ver la mirada de orgullo de la reina Margarita cuando la ve haciendo una genuflexión. La Soberana, que no pasa nada por alto, le da un diez con su sonrisa. Es una firme defensora de la formalidad , de las tradiciones y de marcar la distancia y nadie debe olvidar que se sienta en un trono. Un ejemplo, hace unos años, un periodista usó el “du” (tú) para dirigirse a ella y su respuesta fue: “No creo que nos conozcamos tan bien que seamos “dus”.

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Las reverencias de la princesa de Gales

Baile de genuflexiones

En la corte de los Windsor la reverencia (curtsy o bob) es todo un mundo, está muy presente en los círculos de la corte y viene marcada por el momento en el que te encuentras con la persona de mayor rango tanto en privado como en público. Ya lo dijo Harry en su docuserie recordando el día en el que Meghan iba a conocer a la reina Isabel II. ¿Cómo explicar que tienes que inclinarte ante tu abuela? Es raro”.

No sólo viene determinada por la posición que ocupa la persona, sino también por el rango de su acompañante. De ahí el baile de reverencias… Un ejemplo, Kate, llamada a ser Reina, cuando no tenía al lado al príncipe Guillermo debía saludar con una genuflexión a las “princesas de sangre” como la princesa Ana (estando incluso con su marido) o sus primas políticas, Beatriz y Eugenia de York.

Ahora, con un nuevo Rey en el trono, la tradición ha cambiado. La Princesa de Gales ya no está obligada a inclinarse ante la Princesa Real, ya sea que su marido esté presente o no, a diferencia de Meghan. Asimismo, Camilla, que, durante años, tuvo que doblar la rodilla ante su familia política y otras reinas de Europa como Máxima, Letizia o Matilde ya no tendrá que hacer más reverencias.

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Sobre estas imágenes, Meghan Markle haciendo una reverencia durante el funeral de Isabel II de Inglaterra
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Sobre estas imágenes, Meghan Markle haciendo una reverencia durante el funeral de Isabel II de Inglaterra

En peligro

En algunas monarquías corre peligro. Más allá del ceremonial y la tradición se considera un gesto innecesario y no acorde con el siglo 21, aunque se pone en práctica el protocolo cuando se saluda a un monarca extranjero. En Noruega se mantiene la costumbre -la reina Sonia enseñó a la princesa Mette-Marit-, en Suecia, Bélgica y Países Bajos la genuflexión casi ha desaparecido, y en España el gesto real se ve cada vez menos en los besamanos de Palacio, aunque la princesa Leonor y la infanta Sofía, también han recibido lecciones y las veremos algún inclinándose en las cortes de Europa.

La decisión de intentar mantenerla o no hacerlo está “reñida”, pero veremos a las nuevas generaciones saludar a Reyes y Reinas de esa manera antigua. La confirmación nos ha llegado de la mano de la princesa Charlotte y la princesa Amalia.

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Sobre estas líneas, una pequeña princesa Leonor haciendo reverencia a su padre, el rey Felipe VI

La futura reina de los Países Bajos reconocía en la biografía que se publicó con motivo de su 18 cumpleaños que le encanta hacer reverencias, aunque su bisabuela las abolió prácticamente porque prefería un buen apretón de manos. Pero Máxima retomó la antigua tradición y a sus hijas les gusta. Una buena reverencia es señal de respeto, pero una buena reverencia también merece respeto. No se trata tanto de la persona ante la que se inclinan, sino más bien de la institución que representan.

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