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El 18 de septiembre de 1964, Ana María de Grecia tenía 18 años y se casaba con el se convertiría en el último rey de los helenos, Constantino II, hermano de doña Sofía y tío del rey Felipe. La pareja contrajo matrimonio en una fastuosa boda y a pesar de su juventud, la novia lució espléndida y de lo más regia con un vestido digno de la Reina en que se convirtió automáticamente después de pronunciar el ‘sí, quiero’ en la Catedral Metropolitana de Atenas. Casi seis décadas después y por sorpresa ha aparecido el histórico vestido de novia que la hermana de Margarita de Dinamarca llevó en ese importante día y del que se desconocía su paradero.
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Firmado por el diseñador danés Holger Blom, el traje ha permanecido todo este tiempo en los desvanes del Palacio de Tatoi, antigua residencia de la Familia Real helena y primer hogar de doña Sofía, sin que nadie lo supiera. Lo curioso es que estaba guardado tal y como la novia lo recibió poco días antes de su boda. Cabe recordar que en 1967, a los tres años de subir al trono, el rey Constantino tuvo que exiliarse tras el derrocamiento de la monarquía en su país tras el Golpe de los Coroneles, lo que obligó a los miembros de la realeza griega a salir de su casa casi con lo puesto.
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El hallazgo, del que se ha hecho eco el periodista heleno Andreas Megos y que ya recoge la prensa del país, se ha producido 59 años después. Estaba guardado en la maleta de metal, con las iniciales de Ana María, la misma en la que lo recibió. Esta ha sido la segunda vez que el vestido ha visto la luz después del día del enlace real ya que la prenda se encuentra ya a manos del equipo de la Dirección de Gestión del Archivo Nacional de Monumentos, quienes están estudiando los tesoros de Tatoi.
El vestido era soberbio y tal como informa Megos era sencillo y estaba hecho en color marfil en rosa mate con escote ovalado y una larga cola. Presentaba un corte bajo el pecho con un fajín en V invertida. Contaba con tres pequeños pliegues abiertos en la parte superior de cada lado de la V que iban desde el centro hacia afuera para ajustar mejor la parte del busto. Las mangas eran francesas y la entonces princesa danesa decidió prescindir de guantes.
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Como joyas, una gran cruz de diamantes, la misma que llevó en el día del funeral de su marido y la tiara del Jedive de Egipto, una creación de Cartier que pertenecía a la Casa Real de Dinamarca y que la madre de la reina Ana María, la reina Ingrid, usó antes que ella. La princesa Alexia de Grecia, hija mayor de los últimos reyes griegos, también la utilizó en su boda con el español Carlos Morales. De esta espectacular diadema salía el velo de encaje irlandés hecho a mano y con ricos bordados.
Además de este traje nupcial se han encontrado estos días otros enseres del día a día de la familia de la reina Sofía como vajillas, uniformes, objetos de decoración y otras pertenencias personales que se exhibirán, quizá este vestido también, en el futuro Museo del Palacio de Tatoi y que tiene previsto abrir sus puertas al público en 2025. Hasta el momento se han encontrado unos 100.000 objetos que datan de entre 1860 y 1967 En la finca donde se encuentra esta residencia está el cementerio real donde reposan los restos del rey Constantino y de sus antepasados.