Mientras doña Letizia se encuentra en Córdoba para presidir un acto con jóvenes de la Fundación Princesa de Girona, don Felipe ha permanecido en Madrid este jueves donde ha tenido varias audiencias. En una de ellas ha recibido al Consejo de la Diputación de la Grandeza de España y Títulos del Reino, un organismo que tiene más de dos siglos de antigüedad y que es la máxima dignidad de la jerarquía nobiliaria española.
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Al frente del Consejo Permanente y Diputación de la Grandeza de España se encuentra María Cristina de Ulloa y Solís-Beaumont, duquesa de Arcos y marquesa de Jarandilla que es desde la primavera de 2022 la decana de la institución siendo la primera mujer en la historia que lidera a los nobles españoles. A finales de marzo del año pasado, la Duquesa, abogada de profesión, sustituyó a Enrique Fernández-Miranda, duque de Fernández-Miranda, que fue secretario de Estado de Inmigración en el Gobierno de José María Aznar.
La duquesa de Arcos dijo en su discurso tras su nombramiento: “Es para mí un verdadero honor y un privilegio haber sido elegida para prestar este servicio a España y a la Corona, al mismo tiempo que supone una enorme responsabilidad de la que soy muy consciente. Por ello, no escatimaré ningún esfuerzo ni dedicación para desempeñar el cargo de la mejor manera posible”.
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María Cristina de Ulloa asumió en 2016 el Ducado de Arcos tras cedérselo su madre, Ángela María de Solís-Beaumont Téllez-Girón, duquesa de Osuna y marquesa de Jabalquinto, entre otras distinciones. Hace más de una década fundó el despacho de abogados Ratio Iuris, centrado en el asesoramiento societario, contractual, pre-contencioso y en la dirección letrada de procesos judiciales y de procedimientos arbitrales relacionados con el derecho civil y mercantil. En particular, en el ámbito de la propiedad industrial e intelectual, la sociedad de la información y las nuevas tecnologías. Anteriormente trabajó en Moscardó&Asociados, Garrigues y Clarke Modet&Co patentes y marcas.
El secretario del Consejo de la Grandeza de España es el conde de Casa Galindo, Enrique María Laso de la Vega y Valdenebro, sevillano de 39 años, abogado del Estado y en la actualidad director internacional del Grupo Restalia, multinacional española líder en neorestauración con presencia en trece países y que cuenta con marcas como 100 Montaditos, La Sureña o The Good Burger. Fue director general de relaciones con las comunidades autónomas y entes locales en el Ministerio de Presidencia.
El Tesorero de la Diputación, el marqués de Vívola, es Francisco de Borja de Arteaga y Fierro, de 53 años, casado con Rocío Barreiros Spínola y padre de tres hijos. Su abuelo fue Íñigo de Arteaga y Falguera, duque del Infantado. Entre los vocales que se han encontrado con el monarca se encuentra el marqués de Casa Ulloa, Esteban Torres y Silva, que se casó hace una década en Jerez de la Frontera con Paola Zarraluqui Pardo.
Uno de los rostros más conocidos entre la nobleza que se ha desplazado hasta el Palacio de la Zarzuela ha sido el de Fernando Fitz-James Stuart y Solís, duque de Huéscar y heredero del título de duque de Alba, que actualmente ostenta su padre, Carlos Fitz-James Stuart, primogénito de la recordada duquesa Cayetana. A sus 32 años, el duque de Huéscar está casado con Sofía Palazuelo con la que tiene dos hijas, Rosario, futura duquesa de Alba que ya tiene dos años y medio y Sofía, que vino al mundo el pasado enero. Fernando Fitz-James Stuart estudio en el colegio Santa María de los Rosales, igual que el rey Felipe, la princesa de Asturias y la infanta Sofía. Se graduó en derecho por la universidad de Londres e hizo un master en dirección de marketing en el College for International Studies (CIS) y otro en la Universidad de Massachusetts.
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También estaban convocados a esta audiencia el marqués de Casa Ulloa, el duque de Medina-Sidonia, la duquesa del Infantado, el marqués de Puebla de Cazalla, el de Salvatierra, el de San Adrían y el duque de Tetuán así como la marquesa de Albayda, el barón de Algerri, los vizcondes de Armería y de Banderas, el marqués de Grigny y la marquesa del Valle de Tena.
La Grandeza pasó de ser una situación de hecho en los siglos XIV y XV a convertirse en una deferencia o reconocimiento de la Corona en el siglos XVI. Finalmente pasó a ser una dignidad otorgada por libre voluntad regia a partir del XVII, haciéndose constar de forma expresa y escrita y generalmente cargándola sobre un título. Se estima que hay 3.740 títulos, de los que 2.830 estarían vigentes y 417 son grandezas de España.