Era la menor de las hijas de la todopoderosa Victoria de Inglaterra. Muchos pensaron que nunca contraería matrimonio y que se quedaría en la corte al cuidado de su madre. Pero el amor llegó a su vida de la mano del apuesto Enrique de Battemberg, el príncipe con escaso pedigree del que inmediatamente se enamoró. Fue una mujer pausada y culta, fiel guardiana de los diarios más íntimos de la reina-emperatriz. Pero su vida estuvo marcada por una repentina viudedad y el sufrimiento de la hemofilia que tanto lastraría la vida de su estirpe. Desde que su hija Victoria Eugenia se casó con Alfonso XIII se convirtió en una asidua visitante de España.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
- Constancia de la Mora: ¿una aristócrata en las filas republicanas?
- María de Windsor: la única royal que defendió a Wallis Simpson
Beatriz del Reino Unido nació en 1857 en Buckingham. Su alumbramiento fue uno de los primeros en los que se utilizó cloroformo para aliviar el dolor. Era la menor de los nueve hijos de la reina Victoria y de su amado Alberto de Sajonia-Coburgo. Pese a la relevancia de su madre en la política y sociedad de toda una era, ella creció en un clima afectivo y familiar, aunque marcado por el puritanismo que imperaba en la corte. Tenía apenas cuatro años cuando la muerte repentina de su padre en 1861 tiñó de negro el palacio de Windsor y vistió de luto a la reina para siempre. Desde ese momento, la joven Beatriz se convirtió en la más fiel compañera de la reina-viuda y en su paño de lágrimas. Vio como desde palacio se arreglaba el matrimonio de su hermano Eduardo con la elegante Alejandra de Dinamarca y también el de Alfredo con la Gran Duquesa rusa María Alexandrovna. Su hermana mayor se había casado con el heredero del Imperio Alemán mientras que Alicia, la segunda de las chicas, había hecho un matrimonio de interés con Luis IV de Hesse. ¿Cuándo le tocaría a ella? Beatriz no era muy apuesta y en los círculos políticos del periodo imperialista, en los que tanta influencia ejercían Gladstone y Disraelí, toda la corte pensaba ya que ella sería la encargada de cuidar a la reina en la vejez. Gran lectora, pasaba, como su madre, muchas temporadas en Escocia.
Pero fue en la boda de una de sus sobrinas en Hesse, dondeBeatriz iba a conocer al príncipe que le hizo abandonar la soltería. Enrique de Battemberg pertenecía a una rama menor del círculo de la realeza ya que el matrimonio de sus padres distaba bastante de los cánones establecidos para las familias reinantes. Pero era muy apuesto y, sobre todo, dispuesto a compartir su vida con Beatriz y la soberana. Este era el requisito que Victoria había puesto para autorizar el casamiento: podrían casarse siempre que siguiesen viviendo con ella en la corte.
El matrimonio se celebró en la isla de Wight en 1885. Entre sus damas de honor se encontraban sus sobrinas, Alix de Hesse -ultima zarina de Rusia- y Maul de Gales -futura reina de Noruega-. Enrique se enroló en la Marina Real y sirvió con devoción a su nueva patria.Beatriz y Enrique tuvieron tres hijos, los príncipes Alejandro, Leopoldo y Mauricio y una única hija, Victoria Eugenia, nombre recibido en honor de su abuela y de su madrina, la emperatriz española Eugenia de Montijo. Victoria Eugenia, Ena, era la menor de todos los nietos de la reina Victoria. El mayor era el kaiser Guillermo II.
En una misión de servicio en la actual Ghana, Enrique de Battemberg se contagió de malaria y falleció pocos días después. Beatriz incrédula ante lo ocurrido, esperó su cadáver en Madeira. Desde entonces Beatriz se unió todavía más a su madre, pasando los días ordenando y reescribiendo las notas biográficas que la augusta señora anotaba en su cuaderno. También era su compañía en las temporadas que Victoria, aquejada de reumatismo, pasaba en el espléndido hotel Cimiez de Niza.
Beatriz vio con buenos ojos elnoviazgo y posterior enlace de su hija Ena con el rey Alfonso XIII. Ocupaba la tercera carroza en la comitiva de gala que sufrió el atentado de la calle Mayor, el 31 de mayo de 1906, el día del enlace. Ella nunca llegó a confesar que supiese si Victoria Eugenia, era o no transmisora del “mal de la sangre” pero lo cierto es que su hijo Leopoldo morirá también a causa de la enfermedad.
- Sofía Carlota de Baviera: la hermana de Sissi que murió en el incendio de un bazar en París
- La princesa Bibesco: el amor prohibido de José Antonio Primo de Rivera
La princesa Beatriz fue una asidua del Palacio Real de Madrid y compartió muchas veladas con la reina María Cristina con la que siempre se entendió, a pesar del germanismo de la Regente y de que el príncipe Mauricio murió en la primera batalla Yprés. Fue también una abuela afectuosa con sus nietos, Alfonso, Jaime, Cristina, Beatriz, Juan y Alfonso.
La princesa Beatriz falleció en 1944. Mientras dormía, después de pasar en Inglaterra los años de la Guerra Mundial en los que, por un tiempo, dio cobijo a su hija, la ya exiliada Victoria Eugenia. Fue la última superviviente de los hijos de la reina Victoria.