Habría que tener mucha suerte, pero hubiera sido posible encontrarse ala reina y la princesa de Países Bajos en un restaurante de Madrid y tan solo unos meses antes a Marta Luisa de Noruega en Cádiz con sus hijas, o a los monarcas belgas haciendo el camino de Santiago. España siempre ha sido uno de los destinos predilectos de la realeza, y lejos de perder esa costumbre, todo apunta a que cada vez más, los royals escogen nuestro país como destino de sus escapadas privadas e incluso de residencia, como es el caso de Ernesto de Hannover.
Así disfrutaron Máxima y su hija Amalia de su escapada a Madrid
El jefe de la casa güelfa reside en Madrid, igual que su hijo Christian y su esposa Sassa de Osma. Además de su hijo y sus nietos,también le atrajo a España el amor y no es difícil verle pasear por el Madrid de los Austrias con su pareja Claudia Stilianopoulos, hija de la recordada Pitita Ridruejo. Unos años antes, era su entonces mujer, Carolina de Mónaco, la que solía dejarse ver por Extremadura con su familia, disfrutando de unas jornadas de caza, en ocasiones con el príncipe de Hannover.
No es el único príncipe enamorado de España. Birgitta de Suecia, hermana del rey Carlos Gustavo, se encuentra la mayor parte del año en Mallorca. Aunque tiene fijada su residencia en Alemania, la princesa sueca pasa habitualmente hasta diez meses al año en la isla balear. Es una apasionada del golf y ha sido una de las precursoras del Torneo de golf Princesa Birgitta de Santa Ponça, en la localidad mallorquina de Calviá.
La pasión por el sol de los Bernadotte y el amor sevillano de Guillermo y Máxima
Otra Bernadotte, la heredera Victoria también escogió España como destino de sus vacaciones privadas en la Semana Santa de 2013. Con su marido Daniel y su hija Estelle pasaron unos días en Aguamarga, en pleno parque natural del Cabo de Gata en Almería. Además, allí coincidieron con otros príncipes, Guillermo y Máxima que estaban a punto de convertirse en reyes de Países Bajos. No es de extrañar que el sur de España atraiga especialmente a los Orange, que se conocieron en la Feria de Abril de Sevilla y volvieron años más tarde al Real con sus tres hijas, vestidos de flamenco y disfrutando de una tierra a la que volverían tres años más tarde para celebrar su 20º aniversario de boda. Entonces recorrieron de manera absolutamente privada Córdoba, Jerez de la Frontera y Granada.
Su hija mayor parece haber heredado la misma pasión con España. Hace tan solo un mes visitaba Madrid con su madre, donde se les vío de compras y almorzando en una terraza, tal y como muestran las imágenes queha publicado ¡HOLA! en exclusiva. Pocas semanas después, la princesa Amalia regresó a la capital en solitario, según publicó Vanitatis.
Además de las grandes ciudades, nuestro país está lleno de paraísos naturales y Haakon y Mette-Marit de Noruego escogieron uno de los más codiciados para disfrutar de sus vacaciones estivales de 2019. Junto a sus hijos, se les pudo ver surcando las cristalinas aguas de Formentera a bordo de un yate. La hermana del príncipe heredero, la princesa Marta Luisa, también disfrutó el año pasado de unos días en nuestras costas junto a su hija Emma Tallulah, que participaba en una competición ecuestre en la localidad gaditana de Vejer de la Frontera.
El norte también tiene su público entre los 'royals'
No hay duda de que el sol del sur es un aliciente, sobre todo teniendo en cuenta que todos los royals europeas proceden de latitudes sensiblemente más septentrionales que la nuestra. Aún así, el norte también atrae a su cuota de realeza y los reyes de los belgas, Felipe y Matilde, son un buen ejemplo de ello. Fieles al Camino de Santiago, es habitual que empleen parte de sus vacaciones en realizar una nueva etapa. También Guillermo de Luxemburgo, el heredero del Gran Ducado, ha peregrinado en más de una ocasión a la famosa catedral compostelana.
Federico y Mary de Dinamarca, aunque también han frecuentado Mallorca en más de una ocasión, se decantaron en 2019 por las vinícolas tierras de la Rivera del Duero y visitaron Peñafiel, en la provincia de Valladolid, con su amigo Peter Sisseck, fundador de las bodegas Dominio de Pingus y Hacienda Monasterio. Dos años más tarde,la boda de la hija de este buen amigo de los príncipes daneses las trajo de vuelta a tierras castellanoleonesas. la celebración tuvo lugar en el monasterio vallisoletano de Santa María de Valbuena.