Difícil papel el que le ha tocado a Pablo de Grecia este histórico lunes 16 de enero: ejercer de nuevo jefe de la Casa Real griega en un país que es una república desde 1975 y con el dolor de haber perdido a un padre. El hijo mayor de los reyes Constantino, fallecido el pasado 10 de enero, y Ana María de Grecia se ha encargado de recibir, como le corresponde, a todos los jefes de Estado que se han desplazado a Atenas para brindar un último adiós a su padre, el que fuera el último rey de los helenos. Tras el servicio religioso, celebrado en la Catedral de Atenas, y a los pies del féretro de su padre, Pablo de Grecia ha pronunciado un discurso que se convertido en el momento más emotivo del funeral y con el que tanto su madre, como la reina Sofía, se han emocionado hasta las lágrimas.
"Querido papá", así comenzaban unas palabras en las que el hijo mayor de Constantino II, que reinó entre 1964 y 1967 antes de partir al exilio, repasó todas las facetas de su padre."Rey, padre, olímpico, ha llegado el día de la separación de nuestra madre y de tus hijos", decía Pablo de Grecia sin poder evitar emocionarse a medida que avanzaba en un discurso que tenía también mucho de homenaje a su padre, la reina Ana María y a la familia.
Constantino de Grecia, despedido en Atenas con un solemne funeral digno de Rey
El cariñoso recibimiento de Pablo de Grecia a su primo, Felipe VI y a doña Letizia
La familia real griega, unida y muy emocionada en la despedida a Constantino de Grecia
"Perdiste a tu padre, el rey Pablo, mi abuelo a una edad muy temprana. Siempre respetaste su legado cuando asumiste la responsabilidad del trono. Él te dijo: 'dedica tu vida a la felicidad de tu país, no hay misión más digna, considera siempre que el primero es sufrir es el rey y no el pueblo'", dijo Pablo de Grecia haciendo referencia a la trayectoria de su padre como jefe de Estado y enclavándose a sí mismo como relevo en la historia y en la dinastía. "Glorificaste al país con la medalla de oro olímpico", dijo recordando los Juego Olímpicos de Roma de 1960, en lo que Constantino ganó después de haber entrenado durante meses junto a la reina Sofía.
"Fue un momento difícil cuando ascendiste al trono. Y el resultado fue algo que nadie quería. Tu intento fracasó, pero no querías convertirte en el motivo de un nuevo derramamiento de sangre al quedarte en Grecia. Aceptaste con respeto la decisión de el pueblo griego", explicó Pablo de Grecia sobre los hechos sucedidos en el país entre 1967 y 1975. "El amor de la gente ha sido y será para siempre la regla de nuestra familia", ha continuado. "Dios te trajo a dar tu último aliento en la patria. Como nos enseñaste padre, nosotros tus hijos y nietos nos ofrecemos y ofreceremos por siempre a la patria y a Grecia", ha afirmado en un funeral en el que su hijo mayor, el príncipe Constantino Alexios, ha ocupado la primera fila a diferencia de sus hermanos, que se sentaban en la segunda, una forma de señalar su nuevo papel en la Familia Real griega.
"La familia lo era todo para ti y nuestra madre. Creaste una familia unida por el amor y el deber a la Patria", afirmó Pablo de Grecia, momento en el que la emoción pudo con él. Tras desear a su padre un "buen viaje" regresó a su asiento, su madre, la reina Ana María, le agarró con mucha fuerza la mano y le miró a los ojos con un gesto de agradecimiento. Con el discurso de Pablo de Grecia terminaba un funeral que se desplazaba al cementerio de Tatoi, el que un día fue el lugar de veraneo de la Casa Real griega yes el cementerio en el que reposan los restos mortales de los reyes Pablo y Federica de Grecia y que, a partir de ahora, también será el lugar de descanso eterno para el rey Constantino.