La princesa Haya estaría a punto de hacer un cambio en su vida, después de que hace casi un año, en diciembre de 2021, lograra un acuerdo millonario de divorcio del emir de Dubái, Mohammed bin Rashid, que se convirtió en el más caro de Reino Unido. La hermana del rey Abdalá de Jordania estaría pensando en mudarse a Gales y empezar así una nueva etapa.
A sus 48 años y después de dar por finalizada su tormentosa separación matrimonial, la Princesa ha comprado un hotel rural aislado en Gales que planea convertir en su hogar, según informa el Daily Mail, cuya ubicación exacta no ha trascendido para proteger su seguridad.
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El Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales dictaminó que la hija del anterior rey hachemita recibiría 630 millones de euros de su exmarido y también le dio la custodia en exclusiva de los dos hijos del matrimonio, los príncipes Jalila y Zayed, con los que se refugió en Reino Unido para salvarles de un matrimonio concertado.
Pero la sentencia, que también concluye que el emir debe abonar unos 300 millones de euros en conceptos de manutención de sus hijos, seguridad cuando sean adultos, su educación y la pensión que no abonó durante los años que duró el conflicto conyugal, reveló que la Princesa pagó ocho millones de euros para que sus escoltas mantuvieran en secreto su romance con su guardaespaldas británico, Russel Flowers, y que parece que fue el desencadenante de la ruptura del matrimonio. La fortuna del emir se estima en más de 6.000 millones de euros.
El juez también concluyó que existía “un riesgo claro y omnipresente” para la Princesa y sus hijos y que el jeque “era la principal amenaza para ella”. Haya siempre ha mantenido que huyó de Emiratos porque sino su vida hubiera corrido peligro.
El 10 de abril de 2004, Haya se convirtió en la sexta esposa de Mohamed bin Rashid. En junio de 2019 huyó del país con sus pequeños mientras que su todavía esposo la acusaba de traición y pidió asilo en Reino Unido, donde se alojó en una mansión del selecto barrio londinense de Kensington. Desde Gran Bretaña empezó a batallar legalmente contra su esposo para pedir la custodia de sus hijos. Para protegerla, su hermano, el rey jordano, le concedió un cargo diplomático en la embajada hachemita en Londres.