El funeral de Isabel II, celebrado este 19 de septiembre en Londres, ha estado lleno de símbolos con una carga histórica de siglos. Ha sido en el final de esta solemne ceremonia cuando se ha producido uno de los momentos más significativos antes del reposo eterno de la monarca junto a su marido, el Duque de Edimburgo. Se trata de la retirada de la Corona del Estado Imperial, una de las piezas más importantes de la colección de joyas reales y la más familiar de todas las coronas. Con un peso de 1,06 kilos y 31.5 cm de altura, está compuesta por 2868 diamantes, 269 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas y cuatro rubíes es la misma que usó el 2 de junio de 1953 al ser proclamada Reina de la misma Abadía de Westminster y ha sido la última pieza que va acompañar a la fallecida monarca en su féretro junto al Orbe y el Cetro.
El joyero real junto con el capitán de navío y los sargentos de armas han sido los encargados de retirar esta valiosa pieza, para que, finalmente, el Decano la acabase por depositar sobre el altar. El gesto previo al fin del ritual religioso y al descenso del ataúd lo ha llevado a cabo el rey Carlos III cuando ha colocado la bandera de la Guardia de Granaderos de la Compañía de la Reina, mientras que Lord
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CORONA REAL
Contiene el diamante Cullinan II de 317 quilates, que fue entregado a Eduardo VII cuando cumplió 66 años y que se puede quitar y usar como broche. En el centro de la cruz que hay sobre esta pieza hay un zafiro que perteneció a un anillo de San Eduardo el Confesor, que fue Rey de Inglaterra entre 1042 y 1066. Se hizo por primera vez en la Restauración pero ha tenido unas diez versiones. Fue rehecha en 1937 para la coronación de su padre, el rey Jorge VI y su tamaño fue modificado para la Reina, quien la ha usado anualmente para la apertura del Parlamento.
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CETRO
El cetro es otro de los símbolos de poder y autoridad que hay sobre el ataúd de roble que contiene los restos mortales de Isabel II. Se trata de una barra de oro de 92 centímetros de largo y 1.170 gramos de peso. Tiene en la parte superior una cruz en la parte en la que se encuentra engastado el diamante tallado incoloro más grande del mundo, llamado diamante Cullinan I, de 516 quilates . Esta pieza se comenzó a usar en las coronaciones desde 1661, cuando Carlos II ascendió al trono, pero fue transformada en 1910 para Jorge VI por el citado diamante, conocido como la Primera Estrella de África.
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ORBE
Sobre los restos mortales de la histórica monarca del Reino Unido reposa el Orbe del soberano, que simboliza el poder del monarca. Compuesto por una cruz montada sobre un globo terráqueo hueco de oro, simboliza el mundo religioso. Además, las bandas de joyas que hay representan los tres continentes que se conocían en la etapa medieval y están compuestas por esmeraldas, rubíes y zafiros rodeados de diamantes de talla rosa y filas individuales de perlas. Por su parte, la cruz está engastada con diamantes, un zafiro, una esmeralda y perlas. Durante la ceremonia de coronación, tradicionalmente esta pieza se coloca en la mano derecha del monarca y luego en el altar.
ESTANDARTE REAL
El féretro de la que ha sido jefa del Estado durante más de siete décadas está cubierto por el estandarte real, que representa al soberano y al Reino Unido. Dividida en cuatro partes, incluye tres leones que corresponden a Inglaterra, un león que simboliza Escocia y un arpa que representa a Irlanda. Esta misma bandera es la que ondea cuando la Reina (ahora el rey Carlos III) se encuentra en el interior de uno de los Palacios Reales, en el coche con el que se traslada en actos oficiales o, cuando aterriza, en los aviones donde se encuentra la monarca. Si ondea desde Victoria Tower significa que la Reina está en el Parlamento. El estandarte nunca ondea a media asta, ni siquiera con el fallecimiento de Isabel II, puesto que siempre hay un soberano en el trono.
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