Los príncipes de Italia se han puesto en pie de guerra contra el Gobierno. Una vez fracasada la mediación, los hijos de Umberto II, el último rey del país, reclaman las joyas reales que custodia el banco de Italia desde 1946, cuando la familia real tuvo que exiliarse tras ser proclamada la república. El contencioso promete ir para largo, teniendo en cuenta la imprecisión del acta de entrega del cofre en el que se establece que las joyas se mantendrán "a disposición de quien tuviera derecho a ellas". Y esta se precisamente la cuestión que deben dilucidar los tribunales. Pero, ¿quiénes son los herederos que pelean por recuperar tan valioso tesoro?
Víctor Manuel de Saboya, un pretendiente rodeado de polémicas
El aspirante al trono de Italia es Víctor Manuel, aunque hay quien cuestiona sus pretensiones en el caso de que volviese a instaurarse la monarquía en el país. Es el caso de los seguidores de Amadeo de Aosta, fallecido el pasado mes de junio, y con el que protagonizó una sonada disputa en la boda de los reyes de España en 2004. El origen de su enfrentamiento se encuentra en el matrimonio de Víctor Manuel con su esposa Marina Doria, una esquiadora suiza con la que se casó en Las Vegas en 1970 y con la que tuvo a su único hijo, Manuel Filiberto de Saboya. Umberto II no aceptó este enlace y según las leyes de la Casa de Saboya, si el padre no consiente el matrimonio y el hijo se casa, este pierde todos los derechos dinásticos. Amadeo de Aosta sostenía entonces que de seguir la voluntad del difunto Rey, el aspirante al trono italiano debería ser él.
Uno de los puntos más oscuros de la biografía del hijo mayor del último rey de Italia es el que lo enfrentó duramente con Beatrice Borromeo, la esposa de Pierre Casiraghi. Corría el verano de 1978 en la isla de Cavallo (Córcega), cuando Víctor Manuel de Saboya tenía su yate anclado en la elegante Costa Esmeralda. En la noche del 17 al 18 de agosto creyó que una embarcación vecina le había robado la barca hinchable que usaba en sus desplazamientos a tierra, así que se acercó al otro barco armado con una escopeta. La hipótesis que manejaba la acusacion es que el aspirante al trono efectuó varios disparos y uno de ellos alcanzó a Dirk Hamer, un turista alemán que dormía en su barco ajeno a la disputa y que acabó falleciendo a consecuencia de las heridas. Tras una dilatada instrucción del caso, en el año 1991, el Príncipe fue absuelto por un tribunal de París.
En el año 2006 la historia dio un nuevo giro. Víctor Manuel se encontraba en la cárcel de Potenza –por otro caso del que más tarde sería absuelto y recientemente indemnizado- cuando una cámara oculta le grabó relatando a sus compañeros de celda como había engañado al tribunal francés. En 2011 Beatrice Borromeo publicó en Il Fatto Quotidiano la grabación íntegra del vídeo y el heredero demandó por difamación al medio. Sin embargo, en esta ocasión la Justicia falló a favor del periódico en el que trabajaba la aristócrata.
María Gabriela de Saboya, el amor de juventud del rey Juan Carlos
El nombre de la hermana de Victor Manuel de Saboya es más conocido en nuestro país por haber sido uno de los primeros amores del rey Juan Carlos, antes de contraer matrimonio con doña Sofía. María Gabriela, de 81 años, actualmente vive en Suiza, donde preside la Fundación Umberto II. Igual de combativa que es ahora para recuperar las joyas de su familia, lo fue cuando gestionó con el Gobierno italiano la repatriación de los restos de sus abuelos a su país natal. La Princesa, a la que pidieron la mano el rey Balduino de Bélgica y el Sha Reza Pahlavi, se casó en 1969 con el multimillonario rumano Robert Zellinger de Balkany, del que se separó en 1990 y con el que tuvo una hija, María Isabel Zellinger.
Recientemente, María Gabriela de Saboya ha sido noticia por una espectacular venta: una tiara española valorada en 1,3 millones de euros. Subastada en Sotheby, se adjudicó por uno de los precios más altos que se ha pagado por una joya así en los últimos años. Perteneció a la reina consorte María Victoria, mujer de Amadeo de Saboya, y su entonces propietaria aseguró a ¡HOLA! que la vendía porque no la ponía casi nunca ya que no le quedaba bien. “Siempre es un poco triste desprenderse de este tipo de cosas, pero no voy a llorar por esto”, decía con asombrosa naturalidad.
María Beatriz de Saboya, una vida marcada por la tragedia
Familiarmente conocida como Titti, María Beatriz es la más joven de los hijos de los últimos reyes de Italia, que solo estuvieron un mes en el trono. Cuando era joven era conocida en los círculos monárquicos más ortodoxos como la princesa rebelde por su carácter independiente y transgresor para la época. Su vida, desgraciadamente, acabó marcada por la tragedia. Se casó en 1970 con el diplomático argentino Luis Rafael Reyna-Corvalán y Dillón, con el que tuvo tres hijos. Sin embargo, el mayor falleció al precipitarse desde una ventana cuando estaba esperando su primera hija, y el segundo perdió la vida poco después de nacer. Además, cinco años después del deceso de su hijo mayor, su marido apareció muerto en extrañas circunstancias.
María Pia de Saboya, la primogénita
La hija mayor de Umberto II y la reina María José tiene 87 años y reside en Francia. En el Agamenón, el famoso yate de Federica de Grecia, el mismo donde se conocieron los reyes Juan Carlos y Sofía, fue donde también ella descubrió a su gran amor. El afortunado fue el príncipe Alejandro de Yugoslavia, con el que tuvo cuatro hijos, hasta que se divorciaron en 1967. Uno años después, María Pía se casó en segundas nupcias en Florida con Miguel de Borbón-Parma, hijo de Renato de Borbón-Parma y Margarita de Dinamarca.