La princesa Aiko acaba de hacer su gran debut real. Un mes después de cumplir 20 años, la hija del emperador Naruhito y la emperatriz Masako se unía a su familia para celebrar por primera vez la ceremonia de Año Nuevo , en el Palacio Imperial de Tokio.
De blanco inmaculado como princesa del sol naciente, con guantes largos complementados con un broche, un collar de perlas y la Orden de la Preciosa Corona que le impuso su padre el pasado cinco de diciembre, hizo su primer servicio público… Un primer paso con el saludo de embajadores, funcionarios y miembros del parlamento en un largo camino que no la llevará al trono, aunque los japoneses no se dan por vencidos.
Aún con todas las leyes en contra, para la ciudadanía no tiene sentido seguir manteniendo vigente la norma que prohíbe a la mujer acceder al trono. Frente a su primo Hisahito, el heredero del heredero, la joven princesa simboliza el futuro; y la ‘guerra’ se libra en internet. Miles y miles de mensajes de felicitación de cumpleaños volvían a incorporar el deseo de que Aiko sea su futura emperatriz, el pasado diciembre: “Si el emperador es un símbolo de unidad nacional, el gobierno debería intentar reflejar la voz del pueblo”.
La oportunidad de representar a la corona y de tener una vida pública podría convertirse en su gran ‘fortaleza’. De momento, ha prometido ayudar a sus padres tanto como le sea posible, y ha pedido a los japoneses “que sigan cuidándome con cariño”, porque todavía “tiene mucho que aprender”. Sus próximas palabras ‘llegarán’ en marzo, cuando responda a todas las preguntas en una rueda de prensa.
Aiko, la universitaria
Como su tía Sayako, de la que ha heredado su tiara, estudia Lengua y Literatura Japonesa en la Facultad de Letras de la Universidad de Gakushuin, la misma en la que se formaron su abuelo, Akihito; y su padre, el actual emperador, máster en Historia. Por sus notas podía haber aspirado a otras, pero optó por este centro -abarca todas las etapas educativas y estuvo reservado a realeza la nobleza hasta 1947-, donde estudió desde el jardín de infancia.
Según diferentes informaciones de los medios japoneses, Aiko es muy popular entre sus compañeros, y sus profesores la califican como una joven brillante, sensible, honesta y muy curiosa. Una alumna que trabaja duro, muestra profundo interés por todas las materias y siempre tiene preguntas.
Los ensayos de la princesa
La princesa domina la escritura antigua y es muy buena haciendo ensayos en los que habla de sus experiencias personales: desde los paisajes que la cautivaron al deporte. Fue muy leído el trabajo sobre Hiroshima y la paz que presentó cuando se graduó en secundaria. Lo escribió después de visitar el Domo de la Bomba Atómica y el Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima. “La paz no se deja en manos de otros, sino que se construye con los pensamientos y acciones responsables de cada persona”.
También escribe tanka, (poesía tradicional japonesa), siendo el poema más conocido el que dedicó a sus recuerdos en Reino Unido, donde hizo el curso de verano de 2018. Eton College, fundado por el rey Enrique VI, en 1440 y antigua escuela de los príncipes Guillermo y Harry, fue su primera oportunidad de perfeccionar inglés, adentrarse en la historia de Gran Bretaña, aprender a cocinar, compartir habitación y salir de la jaula dorada.
Orquesta imperial
La princesa tiene pasión por la música. Domina el violonchelo -empezó a tocarlo en primaria- y se la ha podido ver interpretando la Gran Marcha de la ópera Tannhäuser, de Wagner con sus compañeros; y también tocando en el mismo escenario junto a su padre. La familia imperial casi puede formar su propia orquesta. Su abuela Michiko toca el piano, el emperador emérito, el violonchelo y su padre, el violín y la viola.
Poderoso ‘swing’
Aiko, según el periódico Asahi, ha montado a caballo desde que era pequeña y no hace muchos meses que se despedía de Toyoyoshi-go (Gran Alegría) en los establos de Palacio, antes de que fuera trasladado a la granja Imperial, donde pasará sus últimos años. Es muy buena esquiadora -empezó con tres años-, una magnífica atleta y se le dan bien todos los deportes: baloncesto, tenis, bádminton, voleibol y, especialmente el sóftbol (parecido al béisbol) llegando a ser líder de su equipo y muy famosa por su poderoso swing. Sus padres le enseñaron a batear y también entrenó mucho con el personal de la casa. También ha participado en competiciones de natación de larga distancia y es una gran escaladora como su padre y su abuelo.
Cría gusanos de seda
Sigue a los grupos de música más populares de Japón, le encanta la moda y, al igual que a Masako, le gustan los animales. Cría gusanos de seda y cuida de Yuri, el perro shiba con el que le gusta fotografiarse en las ocasiones importantes -le hace a mano los pañuelos que lleva al cuello-; y los gatos Mi y Seven. Su trabajo de graduación de la escuela secundaria se tituló: “Los gatos y los perros en el período Heian, a través de la literatura”.
Aiko,’la persona que ama a los demás’, ha superado años muy duros (sufrió acoso en el colegio y estuvo enferma), y como la única hija de los emperadores de Japón, seguirá librando batallas. Puede que espere que algún día las leyes le sean propicias, al menos para no tener que abandonar la familia imperial cuando se case como su tía Sayako o su prima Mako… O quizá haya aceptado su destino. De momento, desde su ventana del Palacio Fukiage Sentō Gosho, y cómo apasiona la astronomía, sigue mirando a las estrellas.