Mako de Japón ya se ha convertido en la esposa de Kei Komuro, su sueño desde hace años. Contra todos y contra todo, la sobrina del emperador Naruhito e hija del príncipe heredero Akishino se dio un ‘sí, quiero’ de lo más atípico en la corte nipona donde los quimonos milenarios y el boato se cambiaron por un simple trámite administrativo a través del cual la pareja se inscribió como matrimonio en el registro civil y por una conferencia de prensa que se convirtió en toda una declaración de amor. Una puesta en escena un tanto fría, en la que los recién casados casi ni se miraron ni tocaron, algo impensable desde el punto de vista occidental, pero muy normal en Japón donde el espacio personal se respeta al máximo hasta con personas de confianza. Instantes antes de la comparecencia ante los medios de comunicación, la Princesa tuvo un gesto de lo más cercano con Kako, su hermana pequeña, con la que se fundió en un entrañable abrazo. Igual que la princesa Leonor cuenta con la complicidad de la infanta Sofía, Mako tiene en Kako, de 26 años, a su mejor amiga y fiel escudera a la que seguro que echará mucho de menos en Estados Unidos, donde planea emprender una vida con su ya marido.
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Tras su matrimonio, la Princesa ha perdido su título y ya no hará más actos institucionales tal y como se contempla para las damas de la Casa Imperial que se casan con plebeyos. Una despedida de la vida que ha conocido hasta ahora que escenificó en la que hasta ahora ha sido su residencia, el Palacio de Akasaka, donde vivía con su familia. Siguiendo el protocolo nipón, Mako hizo la reverencia a sus padres y a su hermana, que no pudo contener la emoción y abrazó a su hermana con una gran efusividad. Un gesto espontáneo y que resume en tan solo unos segundos la relación que tiene y lo mucho que van a echarse de menos.
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El abrazo de Mako y Kako recuerda a las muestras de cariño y complicidad que se profesan la princesa Leonor y la infanta Sofía. Siempre pendientes la una de la otra, siendo su mejor apoyo cuando se han necesitado como cuando la Infanta caminó ayudada del brazo de su hermana por una herida que tuvo en la rodilla el verano de 2020 o cuando esta hizo lo propio en la última ceremonia de entrega de galardones de los Premios Princesa de Asturias. Solo dos hermanas que han tenido una educación parecida y que lo comparten todo saben lo que es vivir en Palacio y lo que ello supone. Una buena sintonía que también mantienen Eugenia y Beatriz de York o las princesas Amalia, Alexia y Ariane de los Países Bajos. El apoyo de Kako hacia su hermana es tal que en un país donde cada palabra es analizada, alzó la voz para defenderla y poscionarse en su tan cuestionada relación con Kei Komuro. “Cuano se trata del matrimonio, creo que los sentimientos de las personas involucradas son lo importante. Espero que se cumplan los deseos personales de mi hermana mayor”, dijo.
El pasado martes, Mako y Kei Komuro lograron casarse tras tres años de espera. Se conocieron en el año 2012 en la universidad y en 2017 anunciaron su compromiso, que fue recibido en un primer momento con gran alegría por la opinión pública. La boda se programó para noviembre de 2018, pero un problema económico de la madre del abogado lo trastocó todo. Su expareja le reclamaba 31.000 euros que según ella fueron un regalo y, según él fueron un préstamo para poder hacer frente a los estudios de Derecho de su hijo en los Estados Unidos. La polémica generó un gran revuelo y causó una grave crisis en Palacio. En 2020, el príncipe Akishino, padre de Mako, dio su aprobación al enlace, aunque poniendo como requisito que el conflicto financiero se resolviese, lo que también fue muy cuestionado. El pasado martes, mientras la pareja daba una conferencia de prensa en un céntrico hotel de Tokio explicando lo que sentían el uno por el otro, varios manifestantes se agolparon en los accesos del establecimiento en señal de protesta y rechazo al enlace.