Mako de Japón por fin ha cumplido su sueño. La sobrina del emperador Naruhito e hija del príncipe heredero Akishino ha dado el "sí, quiero" a Kei Komuro, un abogado al que conoció en la Universidad y que actualmente trabaja en un despacho de Nueva York. Los recién casados no han contado con los fastos y el boato de los grandes enlaces imperiales ya que su relación y su enlace lleva en el ojo del huracán desde hace años. Un escándalo financiero de la madre de Kei generó una gran polémica en la Corte y en la sociedad nipona y ha provocado que la fecha de la boda se retrasase casi sine die y que la Princesa haya tenido que renunciar a la vida que conocía hasta ahora. A partir de ahora, Mako dejará su título real, sus privilegios y el Palacio para emprender una nueva etapa como mujer casada.
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La "princesa repudiada" no ha lucido el kimono de seda tradicional de doce capas, ni los tradicionales ropajes que contemplan las milenarias celebraciones de boda imperiales niponas que tienen lugar por el rito sintoísta. Tampoco participó en el ritual de purificación, ni el recorrido por las calles de Tokio tras el enlace -sí hizo las pertinentes visitas a los actuales emperadores, Naruhito y Masako, y a los exemperadores, Akihito y Michiko, como manda la tradición, aunque estas han sido a puerta cerrada y de manera privada-. En su lugar, la novia ha llevado un sencillo traje de con la falda hasta poco más abajo de la rodilla, en un tono verde pálido y un pequeño bouquet de rosas. A las puertas de su residencia se despidió de sus padres y su hermana Kako, a la que dio un cariñoso abrazo antes de meterse en el coche. El príncipe heredero Akishino y su mujer Kiko esperaron a que el vehículo se perdiera de vista antes de entrar en su residencia.
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La pareja se ha inscrito en el registro civil y después comparecieron ante la prensa en un hotel, donde la princesa explicó cómo se sentía tras su enlace y se refirió a la controversia que este había causado. "Siento los inconvenientes que he causado y estoy agradecida por el apoyo que he recibido. Para mí, Kei es irremplazable, el matrimonio era una opción necesaria para nosotros" señaló, como informa la BBC. Kei Komuro añadió que quiere pasar toda la vida junto a Mako. La mirada que se dirigieron el uno al otro no deja lugar a dudas del amor que se profesan y que han defendido contra viento y marea. No contestaron sin embargo preguntas como estaba previsto, algo que se decidió a última hora. Debido al "fuerte sentimiento de ansiedad" que le provocaba a la princesa esta situación, la agencia imperial informó horas antes de que se escogerían cinco cuestiones para responder por escrito y que así no tuvieran que contestar nada en directo ante las cámaras. La misma agencia ha informado de que Mako se quedó muy sorprendida por algunas de las cuestiones planteadas, que incluían información falsa que se presentaba como verdadera (no dieron detalles acerca de a qué se refería).
Los planes futuros de la pareja pasan porque Mako abandone Japón para irse a vivir junto a su ya marido a Nueva York, donde Kei ejerce como abogado. Hasta que llegue ese momento, se espera que sea el próximo mes como informa el medio Japan Times, Mako residirá fuera de la casa familiar.
Una boda marcada por la polémica
Los conocidos como los "Harry y Meghan asiáticos" llevan tres años esperando para poder casarse. Tras su compromiso en 2017, la boda se anunció para noviembre de 2018, pero el problema económico de la madre de Kei lo trastocó todo. Su expareja le reclamaba 31.000 euros que según ella fueron un regalo y, según él fueron un préstamo para poder hacer frente a los estudios de Derecho de su hijo en los Estados Unidos. La polémica generó un gran revuelo y causó una grave crisis en Palacio. En 2020, el príncipe heredero Akishino, padre de Mako, dio su aprobación al enlace, aunque poniendo como requisito que el conflicto financiero se resolviese, lo que también fue muy cuestionado.
Tanta tensión ha pasado factura a la Princesa, que ha sufrido de un cuadro de estrés postraumático. En un intento de conseguir más aceptación, ha rechazado la ayuda económica de 150 millones de yenes (algo más de un millón de euros) que el Gobierno japonés otorga a las mujeres de la Casa Imperial que dejan su estatus para casarse con un plebeyo. También ha renunciado a la tiara de diamantes y a sus joyas imperiales, que se le entregaron cuando cumplió 20 años para poder ser "presentada" ante su abuelo y empezar con sus tareas oficiales.
Haz click para ver “Mako y Kei Komuro, los “Meghan y Harry” de Japón”, un documental donde esbozamos un retrato de la princesa Mako, sobrina mayor de Naruhito, actual emperador de Japón, y su pareja Kei Komuro. Una pareja que se comprometió hace cuatro años y que ha tenido que posponer su enlace en varias ocasiones. Tras la boda, la pareja comenzará una vida en Estados Unidos, lejos de su país natal, lo que les ha valido el apodo de los “Meghan y Harry” de Japón.