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Kayo Komuro, la suegra de la princesa Mako y ‘malvada’ del cuento de hadas nipón

Si para muchos es una heroína, para otros es la villana que cambió la historia de Mako y Kei. La historia que cautiva a Japón es una telenovela: suicidios, deudas, ambición…


25 de octubre de 2021 - 12:45 CEST

Japón la ha convertido en la villana de la historia… Desde el mismo momento en el que la Casa Imperial anunció, en 2018, que la boda de la princesa Mako y Kei quedaba pospuesta, Kayo Komuro es la mano en la sombra y la ‘malvada’ que destruyó el cuento de hadas.

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Para muchos, Kayo es el ejemplo de una mujer humilde y sacrificada que superó grandes tragedias y dio una buena formación a su hijo. Por el contrario, para otros, es la encarnación de la suegra “villana” dispuesta a casi todo con tal de conseguir sus fines. Las críticas son salvajes y la han llegado a relacionarla con una secta.

Cuando se anunció el compromiso (2017) de su único hijo con la nieta del emperador, todo parecía indicar que sería un camino de rosas, pero nada más lejos. Se hizo pública su vida y la guerra monetaria que todavía mantiene con su exprometido -responde al seudónimo de Sr.Takeda- y se desató la polémica.

Desde entonces y desde todos los frentes se ha fomentado una tormenta de ataques y una atmósfera de odio hacia la señora Komuro, la “viuda negra”. Cientos de noticias señalan su “lado oscuro”, aunque es difícil distinguir entre lo verdadero y lo falso… Entre la idea de esa madre poderosa y codiciosa de identidad, estatus e influencia que manipula a su hijo; y la de la mujer que tiene debilidades, sufre, libra una lucha para salir adelante con su pequeño y está profundamente herida por las informaciones que se han dado de ella y de su hijo.

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La princesa y Kei Komuro se conocieron en 2012, en los bancos de la Universidad Cristiana Internacional de Tokio, se comprometieron en 2017, y fijaron la fecha de su boda en noviembre de 2018, pero han tenido que esperar tres años. Tras la boda, empezarán una nueva vida en los Estados Unidos, donde Komuro trabaja como abogado.

Villana o heroína

Para muchos, Kayo es una víctima y una heroína, el ejemplo de una mujer humilde y sacrificada que superó grandes tragedias y dio una buena formación a su hijo. Por el contrario, para otros, es la encarnación de la suegra “villana” dispuesta a casi todo con tal de conseguir sus fines; y con una ambición desmedida que casi le costó el matrimonio a su hijo.

La familia imperial lo esperaba así, según diferentes medios japoneses, pero Mako no cedió y sorteó todos los obstáculos durante los tres años de espera.

La boda se celebra mañana, 26 de octubre, aunque el conflicto financiero de 30.000 euros, que desató la polémica, dividió a los japoneses y revolucionó la corte milenaria, sigue sin solucionarse.

La princesa Mako, hija mayor del príncipe heredero de Japón y sobrina del emperador Naruhito, cumple su sueño, pero con un coste muy alto. Con casi medio Japón en contra, y sufriendo un “trastorno de estrés postraumático complejo” por las críticas y calumnias que ha afrontado, se casa con Kei Komuro en una sencilla boda civil, tras renunciar por amor a las ceremonias imperiales, a todos sus títulos y privilegios, a su dote de más de un millón de euros, y a sus aderezos de diamantes.

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Después de anunciarse el compromiso en 2017, se supo que la suegra de la princesa tenía una deuda sin pagar y que el denunciante era el exnovio y uno de los mejores amigos del padre de Komuro.

¿Quién es Kayo Komuro?

Kayo Komuro, de soltera Tsunoda, nació el 27 de agosto de 1966 y tenía 23 años cuando se casó con Toshikatsu Komuro. Graduado en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Meiji, de una buena familia de Fujisawa, y empleado del Ayuntamiento de Yokohama, era el marido perfecto. Y así fue durante unos años hasta que, empobrecidos por su nivel de vida, empezaron a tener dificultades económicas… Aún así, los problemas solo acababan de empezar.

En 2002, cuando Kei tenía 10 años, su marido, que sufría depresión, se suicidó, según informan diferentes periódicos. Y una semana después, su suegro, Minsheng Komuro, devastado por la noticia de la muerte de su hijo, también decidía quitarse la vida. 

Kayo, que era ama de casa a tiempo completo, comenzó a trabajar en un café, en una oficina de asistencia social y en una pastelería -Matterhorn (Tokio) donde hacía dulces occidentales-, al tiempo que reclama la herencia de su marido. Un año después, presentando un cuadro de agotamiento físico y mental, su suegra también se suicidó.


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La princesa Mako es la hija mayor de los príncipes herederos al trono del Crisantemo, Akishino y Kiko; sobrina de los emperadores Naruhito y Masako y nieta del anterior emperador, Akihito. Tiene dos hermanos, Kako, y el príncipe Hisahito, llamado a ser emperador.

El exprometido con el que nunca hizo vida

Con su trabajo, y el dinero heredado, Kayo consiguió que su hijo ingresara en una escuela internacional. Además, también había empezado a contar con el apoyo del Sr. Takeda, amigo de su marido y vecino del mismo edificio. Una relación que con el tiempo acabó en compromiso (2009), aunque nunca vivieron juntos ni hicieron vida de pareja, según habría afirmado el propio Takeda, quien ayudó a Kayo hasta 2012. El año que rompieron su compromiso y también, la fecha en la que perdió su trabajo.

Y de ahí la duda. Es la palabra de uno contra el otro y, a falta de pruebas documentales o testigos, la señora Kayo sigue en boca de todos, aunque existen dudas razonables.

Por un lado, los que creen a Kayo y afirman que  Takeda intentó aprovecharse del compromiso de Kei con Mako  para recuperar el dinero que le había regalado en un momento de dificultades económicas, después de perder su trabajo, su casa y su jaguar.

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Para la mayoría de los japoneses Kei Komuro es un astuto abogado que ofrece a Mako un futuro incierto en Nueva York; y su madre, una mujer de ambición desmedida con una influencia en su hijo desproporcionada.

Aislada en su pequeño piso y sin posibilidades de seguir estrechando lazos con los padres de Mako

Por otro lado, los detractores de Kayo que enfatizan que los 30.000 euros fueron un préstamo y que se aprovechó de la bondad de Takeda hasta arruinarlo, como hizo con su marido y sus suegros.

Las críticas hacia la suegra de la princesa han sido sangrantes, dejándola aislada en su pequeño piso y sin posibilidades de seguir estrechando lazos con los padres de Mako, Akishino y Kiko.

Kayo Komuro visitó varias veces la residencia de los príncipes herederos al trono, pero desde que estalló la polémica nunca más volvió a poner un pie en la casa de la familia imperial. Tampoco Kei hasta hace algunos días, cuando se reunió por primera vez con su prometida después de tres años y dos meses, aunque en otro palacio. De la Residencia Aka Shinomiya, donde ha vivido la princesa hasta ahora, a Akasaka Higashi, que se utiliza para encuentros y reuniones oficiales.

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La princesa Mako se casa mañana después de sortear un mundo de obstáculos y de tomar decisiones sin precedentes. No ha sido un cuento de hadas imperial.

Más problemas para Kayo y la rueda de prensa de los recién casados

La rueda de prensa que concederán mañana los recién casados puede convertirse en un pequeño ‘infierno’. Kei no sólo tendrá que hablar de la polémica que les ha perseguido durante años, sino que es muy posible que también le pregunten por las últimas noticias que apuntan a que los problemas de Kayo no han terminado. Según el medio digital japonés News postseven, el pasado día 6 un periodista presentó una denuncia ante la Fiscalía del Distrito de Tokio en la que acusa a Kayo de dos acciones fraudulentas. La primera, relacionada con la prestación de viudedad y la segunda por estar cobrando, durante un año y medio, un subsidio por baja laboral en la pastelería donde trabajaba mientras tenía un trabajo a tiempo parcial en un restaurante en Karuizawa dirigido por un conocido.

Aunque el mismo medio informa que el periodista ha sido demandado, la carta de acusación no ha sido rechazada y si se acepta oficialmente, se iniciará una investigación a fondo.

Si finalmente se demuestra la veracidad de las acusaciones, la credibilidad de Kayo sufrirá otro fuerte descalabro y removerá todavía más las ya agitadas aguas de la Corte del Crisantemo y la sociedad japonesa.